Aurora.
Escuchar aquello me derrumbó, no puedo perder a Wolfgang, con las piernas temblando corro hacia dónde se encuentra, la desesperación me está matando y ni que decir de Rhea que se encuentra aullando con desesperación y aquello me pone más nerviosa, pero comprendo su estado.
Al llegar a la enfermería, todo está tranquilo lo que me extraña y eso me pone en alerta temiendo lo peor me dirijo hacia la cama donde se encuentra Wolfgang, la cual estaba cubierta con unas cortinas corredizas ingreso con cierto temor de no encontrarlo pero mis miedos se disiparon al ver su rostro dormido y sereno, aquello tranquiliza mis nervios pero me deja con cierta interrogante¿Acaso no sufrió un paro cardíaco?.
En se momento ingresa la señora Kala, con una expresión tranquila y comienza a explicarme lo que había pasado.
- Mi señora, siento haberla asustado así, el Alfa sufrió un paro cardíaco, pero pudimos estabilizarlo ya se encuentra fuera de peligro, sus heridas en su mayoría ya sanaron y la luparia ya está fuera de su sistema, solo es cuestión de tiempo para que recupere la conciencia - decía mientras revisaba el suero conectado a Wolfgang.
-No sabes cuánto fue mi desesperación y el miedo me invadió pero afortunadamente solo fue un susto así que no te preocupes y me tranquiliza escuchar que esta mejorando, así que de ahora me encargaré de estar a su lado y cuidarlo - digo.
-Créame todos nos llevamos un gran susto, lo dejo en buenas manos pero si me necesitas solo mándame llamar - dijo antes de marcharse.
Luego de que se marchara me acerco al rostro de Wolfgang que ya no contaba con el tubo en la boca y besos sus labios aunque no responda a mi beso ya extrañaba sentir sus labios sobre los mios y también extraño sus hermosos ojos azules como dos zafiros mirándome con dulzura y su voz masculina pronunciando mi nombre mientras hacíamos el amor, extraño todo de el solo pido a la diosa luna que la haga despertar.
-Rory no te preocupes, despertara en cualquier momento, ya puedo sentir a Cronos pero necesita un poco más de tiempo para recuperarse- decía Rhea en mi mente y aquello me lleno de esperanza.
- Lo dices en serio y como está Cronos- respondí.
- Te lo mostrare-dijo Rhea.
En ese instante pude divisar mentalmente a Cronos se encontraba recostado y con la respiración en calma pero por sobre todo se encontraba bien.
-No puede verme ni escucharme - pregunto a Rhea.
-Por el momento no y no solo a ti tampoco puedo hablarle debe estar cansado pues ha estado luchando para sanar las heridas externas de Wolfgang pero no debes preocuparte ya están fuera de peligro- dijo Rhea.
- No sabes cuánto me alegra oírlo, ya que en unos días debo ir al consejo para tratar unos asuntos, aunque no tenga ganas de ir no tengo opción o de lo contrario pondría a la manada nuevamente en riesgo y es lo menos que necesitamos en estos momentos - se lo explico a Rhea.
-Debemos cuidarnos mucho en esa reunión, algo me parece sospechoso en todo eso - me advierte Rhea.
El resto del día no me separé de Wolfgang y para pasar el tiempo pedí unos libros y se los leí y cuando me encontraba a la mitad de unos de los libros mi estómago comenzó a gruñir, decidí ir por algo para comer, cogí unos spaghetti con bastante salsa y unos postres dulces y volví con Wolfgang mientras degustaba lo que había traído observó a Wolfgang y puede ver que se movía ligeramente, dejo a un lado el plato y me acerco a él con la esperanza de que al fin despertara, pero sólo realizaba unos movimientos leves, un poco decepcionada vuelo a mi lugar a terminar mi cena y al culminar de comer decido salir al exterior de la enfermería a observar la noche estrellada
La noche estaba en calma y la característica brisa fría golpeaba mi rostro y mis pensamientos estaban en aquella reunión ya que dentro de tres días se llevaría a cabo y lastimosamente no podré faltar, decidí llegar conmigo a gamma Remus y Eleonora al enterarse se ofreció a ir conmigo a ella también le parece sospechoso esa dichosa reunión y me alegra saber que quiera protegerme aunque ya lo puedo hacer por mi cuenta.
Varios minutos después de admirar las estrellas y la luna que se encontraba en su etapa menguante decido volver con Wolfgang ya que empezaba a sentir el cansancio de este día agotador, me acerco al rostro de mi amado y dejo un cálido beso en sus labios, deseándole buenas noches y me recuesto en la camilla que había mandado colorar a un lado de cama de Wolfgang, lo observó unos segundos antes caer rendida a los brazos de Morfeo.
Mi respiración era agitada, solo podía divisar un bosque oscuro, me encontraba huyendo de algo , Rhea había tomado el control y podía escucharla diciéndome que mis perseguidores se acercaban y la desesperación comenzaba a traicionarme no sabía de qué estaba huyendo, mi instinto de supervivencia me obligaba a huir por mi y el hijo que está creciendo en mi vientre, a lo lejos pude divisar un acantilado y maldije para mis adentros al no tener donde huir pronto me alcanzarían.
Me acercaba más al acantilado y me estaba quedando sin opciones, era saltar o dejar que me atrapen, al llegar al borde puede notar el inmenso mar azul y con mis perseguidores pisando me los talones, decido lanzarme al vacío y con un grito interno ante la caída esperando sentir el agua fría del mar, sin embargo eso no pasó solo sentí el frío y duro piso, por el susto abro de par en par los ojos y caigo en cuenta que seguía en la enfermería y solo fue un sueño y me había caído de cara al suelo, me levanto rápidamente avergonzada para mí suerte solo estaba yo y nadie más había visto mi vergonzosa caída.
Decidí ir a desayunar y a darme una ducha sin dejar de pensar en aquel sueño que parecía tan real hasta pude sentir la tierra de ese oscuro bosque entre mis cuatro patas cuando huía en mi forma de loba, acaso ese sueño será una señal de algo ¿Tú que piensas Rhea?- se lo pregunto.
-Que podrías tener razón y sea una advertencia de que algo está por suceder, así que debemos estar alerta- respondía Rhea.
-Si, ordenare que dupliquen la seguridad de la manada -digo al salir de la ducha.
Los días para la reunión pasaron volando y el día de hoy debía partir antes del medio día, antes de mi partida deje todo en orden, solicite que reforzarán la seguridad y se mantuvieran alerta a cualquier movimiento sospechoso, deje a cargo a Max que es el beta, que se sintió extrañado ante mis peticiones y solo le expliqué que era por precaución ya que la manada quedaría expuesta sin su alfa y su luna ausentes, a lo que el solo asintió.
Antes de partir, decido ir a ver a Wolfgang para darle un beso y prometerle que en cuanto acabe la dichosa reunión volvería a su lado.
- Aurora debemos partir, si queremos llegar a tiempo- decía Remus
Mi corazón se oprimió por tener que dejar a Wolfgang, pero esto es por el bien de la manada, posó un beso en sus labios y con una que otra lágrima me despido de el y así nos dirigimos a la orden que se encontraba en un territorio neutro entre los licántropos y los vampiros más o menos en la zona de los humanos, pero de igual manera se encontraba fuera de las miradas indiscreta de los humanos, ya que contaba con una fachada muy convincente, a pocos metros de la estancia pude distinguir un letrero gigante que dejaba en claro que se trataba a simple vista de un club campestre, al cual solo los mas adinerados tenían acceso, por ende la estancia era inmensa ya que contaba con todo lo que un club debería tener, como lo es una cancha de tenis, un campo de golf que se encontraba a lo lejos, una alberca bastante grande, un campo con obstáculos para realizar equitación y varias hectáreas que no tuve tiempo a verlas con detenimiento ya que el coche ya había aparcado en la entrada y Remus se encontraba esperando a que saliera del auto, saliendo de mis ensoñación decido salir para terminar con esta reunión que me mantiene lejos de Wolfgang y así poder volver junto a él.
Ingresamos a lo que parecía la recepción y nos recibe una hermosa joven con ojos verdes y melena negra, me acerco a pedir información de donde se llevará acabó la reunión y al parecer la tomo por sorpresa ya que se exalta en su lugar.
- Disculpa no quería asustarla, solo me interesa saber dónde se realizará la reunión de la orden- digo con voz tranquila.
- Oh no se preocupe, disculpe me Usted a mi, estaba muy concentrada en lo que hacía y si debe dirigirse por ese pasillo y girar a la derecha y encontrara unas puertas, ya la están esperando,¿Usted es Aurora Craton verdad?- finalizó.
Asiento y le doy las gracias, me dirijo por donde me indicaba seguido de Remus, en cambio Eleonora decidió esperar en el auto, llegamos a unas puertas bastante altas y Remus procede a abrí una de ellas para darme pasó.
Detrás de las puertas se encontraba un salón amplio con una mesa larga en el centro y en el cual se encontraban varios miembros ya en sus respectivos lugares, al percatarse de mi presencia todos voltean en mi dirección lo que me pone un poco nerviosa, para romper la tensión Gamma Remus me presenta ante los miembros.
-Buenos días, miembros de la orden me complace presentarles a mi señora Luna compañera del Alfa Wolfgang de la manada Luna sangrienta, Aurora Craton- decía mientras hacía una reverencia.
Unos de los miembros se levanta de su sitio y exclama.
-Es un gusto conocerla en persona, señorita Aurora y me presento ante usted mi nombre es Marcus Miller- respondía aquel sujeto.
-Señorita Aurora tome asiento, contamos con el resto del día para que conozcas a todos los demás miembros, ahora debemos tratar un asunto importante- decía un hombre que estaba sentado en la punta de la mesa.
Solo me limito a asentir y a ocupar el lugar que me asignaron y al terminar de sentarme pude divisar al alfa de la manada este, el mismo que había ido hace unos días atrás a la mansión, al verme me lanza un saludo con la mano y le correspondo de la misma forma.
Pongo toda mi atención a la charla que ya había iniciado, el tema a tratar era sobre la exposición de los seres sobrenaturales a la humanidad y que el famoso cazador humano Wendell había reunido varias pruebas que nos podría poner en peligro y por ende debíamos más que nunca mantenernos unidos, tanto licántropos y vampiros para seguir sin ser descubiertos ya que eso conllevaría a una inevitable guerra por la supervivencia de las especies tanto sobrenaturales y la humanidad, ya que conociendo a los humanos tratarían de darnos caza.
Un vez aclarado ese punto, tanto lobos como vampiros decidieron iniciar una búsqueda exhaustiva de aquellas pruebas y así destruirlas antes de que salgan a la luz, idearon un plan para iniciar la búsqueda para luego pasar a otros temas no tan importantes, hasta que tocaron el tema de la leyenda de las hijas de la luna.
- Me honra comunicarles, que aquella leyenda se encuentra con nosotros y los mitos de su inexistencia han sido revocados y la persona es la señorita Aurora Craton- finalizaba el sujeto a la cabeza de la reunión.
Un incómodo silencio se instala en la sala y puedo sentir el nerviosismo subir ya que todos se encontraban observándome, traicionada por los nervios las palabras se quedan estancadas en la garganta, sin poder pronunciar palabra, pero una voz ácida y arrogante rompe el silencio.
- Pero que conveniente, que la guerrera más temida sea una loba y eso como nos deja a los vampiros en una abismal desventaja- dijo una despampanante mujer pelirroja con ojos color ámbar y sus blancos colmillos se asomaban a los lados de sus labios teñidos de un rojo pasión.
-Valeria, porque deberían estar en desventaja, si no estamos en guerra, aquí nuestro enemigo en común podrían ser los humanos si descubren nuestra existencia, o acaso no piensan renovar el tratado de paz que hay entre los licántropos y vampiros- exclamaba uno de los Alfa licántropos.
- Claro que el tratado se renovará Damián, solo lo digo por si algún día no lleguemos a un acuerdo y se llegue a desatar un guerra entre nosotros- respondía lanzando me una mirada de sospecha.
- No veo porque, no llegaríamos a un acuerdo ya que las condiciones del tratado están bien claras para ambos bandos, mientras ninguno se atreva a atacar a nadie de la otra especie y no invada el territorio del otro todo debería permanecer en paz para todos- decía el hombre sentado al final de la mesa.
- Pero que nos asegura que la señorita Aurora no sea una amenaza para los vampiros, tenemos que saber de lo que es capaz, queremos saber cuáles son sus poderes, para llegar a una conclusión de si sería o no una amenaza para nosotros- finalizaba la chica sin apartar la mirada de mi.
-Si ese es el caso, la señorita no tendría inconveniente en mostrarnos sus poderes ¿no es así señorita Aurora?- dijo nuevamente aquel hombre dirigiéndose a mi.
- No..o ten..go ningún problema- respondí con la voz temblorosa.
Así fue como nos dirigimos al lugar de entretenimiento, que se trataba de un campo amplio rodeado de varios árboles a lo lejos, el Alfa del este Alexis me explicaba como seria la cosa, tendría que enfrentarme a dos de los más fuertes luchadores tanto de los lobos como de los vampiros.
-Las reglas son, es una lucha amistosa por ende no pueden lesionarse de gravedad solo tienen permitido inmovilizar al oponente- dijo el Alfa Marcus.
- Aclaradas las reglas, pueden comenzar- dijo Alexis.
Enfrente mio se encontraban dos hombres fornidos e imponentes y cabe recalcar que eran el doble de tamaño que yo, ante la señal que da comienzo a la batalla, rápidamente ambos se lanzan hacia mi, esquivo varios golpes de milagro y debo admitir que son buenos pues no me dan tiempo a contra atacar solo consigo persuadir sus golpes, hasta que uno de ellos lanza un golpe que daría directo a mi vientre, decido protegerme con una ráfaga de viento que lo lanza varios metros y el otro al recuperase de la impresión se lanza al ataque con furia esquivo sus golpes con dificultad y para desestabilizarlo , hago temblar la tierra a mis pies confundiendo a mi oponente que pierde el equilibrio y cae aprovechando la breve ventaja a mi favor lo inmovilizó enterrando su cuerpo a la tierra, dejando solo su cabeza fuera, al mismo tiempo Rhea me advierte del peligro que se aproximaba por la izquierda, se trataba del otro oponente que ya se había recuperado el cual logro dar en el blanco, aún un poco aturdida me pasó la mano por el lugar que recibo el golpe y puede notar que mi nariz sangraba.
Ante eso una ira me invade, solo espero que mi nariz no se haya roto, con determinación me concentro en derrotar a mi oponente y sin más rodeos formo un gran torbellino atrapando así al sujeto restante lo cual deja claro que la lucha había acabado, con la respiración agitada por el esfuerzo de controlar los elementos los liberó a ambos de su prisión, acto seguido la multitud me observaba con impresión y diría que con un poco de admiración y poco a poco aquellas miradas se suavizan en su mayoría de parte de los licántropos y las sustituyen leves aplausos de aprobación.