A Victoria, le faltó el tiempo para marcharse a su dormitorio. En el momento en el que estuvo arriba, cerró la puerta con llave y abrió el correo electrónico. Allí estaba. No había nada escrito. Tan solo una fotografía. Un escalofrío le recorrió el cuerpo de la cabeza a los pies. Había creído que aquella horrible noche había quedado olvidada para siempre. Había estado sometida a una presión extrema. Su desesperación por que la incluyeran en la hermandad compuesta por todas las chicas más admiradas había sido el cdetonante que la había conducido a su mayor vergüenza. ¿Qué razones había para que alguien guardara algo así y por qué lo sacaba en aquellos momentos? Victoria, había cambiado de universidad. Se había marchado al oeste y había cortado todos los vínculos. De hecho, solo pensar que se podía encontrar cara a cara con alguien que hubiera estado allí aquella noche, animándola a beber otro trago cada vez que se equivocaba en una pregunta de aquel estúpido concurso al que la habían sometido a ella y a las otras novatas, le resultaba insoportable. Sintió un sabor amargo en la boca al mirar la foto. Parecía otra universitaria cualquiera divirtiéndose, pero, aunque ya había empezado a notar los efectos de los trago de ginebra, se había sentido muy incómoda posando con el juguete s****l que alguien le había colocado junto a la boca.
Sin embargo, su deseo por ganar a cualquier precio le había hecho superar al resto de las chicas y someterse a todos los desafíos que le proponían. Había ido haciendo uno detrás de otro, pero, cuando le hicieron meterse en el lago y nadar desnuda hasta el pontón a ciegas, estaba muy borracha. El alcohol que tenía en la sangre, más el cambio de temperatura del agua y la desorientación que tenía, la habían llevado a perder el conocimiento antes de poder completar el desafío. No sabía quién la había sacado del agua ni quien había llamado a la ambulancia que la llevó al hospital donde le hicieron un lavado de estomacal, la rehidrataron y la trataron de hipotermia. Sin embargo, sí recordaba la carta que había recibido de la" Fraternidad", la carta que le decía, que, tras considerarlo, habían decidido que ella no poseía las cualidades para pertenecer a la "Fraternidad". Ya que no habían alcanzado todas las competencias. Había resultado muy duro regresar a clase y enfrentarse a las miradas de compasión de algunos de sus compañeros. Lo peor fueron las burlas de los otros. Aquellas personas la habían visto en su peor momento, cuando estaba más desesperada y más vulnerable. Entonces, comprendió que no podía seguir estudiando allí. Al final del semestre, regresó a Inglaterra y completó sus estudios más cerca de su hogar.
Su abuelo nunca le había preguntado por qué. Simplemente, se había alegrado mucho de volver a tenerla cerca. Su salud había empezado a quebrantarse y su negativa a seguir las órdenes del médico y a realizar cambios en su estilo de vida, agravaron las condiciones existentes. Por ello, en cuanto se graduó, se marchó a trabajar con él a tiempo completo. Habían creído sinceramente que lo que había ocurrido en el este había quedado completamente olvidado, pero parecía que no era así. El pasado había regresado para atormentarla de nuevo. Resultaba evidente que había sido su matrimonio con Angus, el detonante de todo aquello, pero, ¿Quién estaba detrás de la identidad de Suya?. ¿Qué esperaban ganar? Peor aún, ¿Qué ocurriría si aquella foto y, potencialmente otras, porque sabía que había habido muchas personas haciendo fotos aquella noche, se mostraban en público? Por ejemplo, a su marido, a sus empleados…o a los Maersk o a los Baker. Perdería todo el respeto que con tanto esfuerzo le había costado ganarse. Hasta aquel momento, no había respondido a ninguno de los correos que le habían enviado. No había querido establecer relación alguna con quien hubiera hecho aquello. No se podía permitir que nada estropeara sus planes. Estuvo a punto de apretar el icono para responder, pero, al final, dejó caer el teléfono sobre la cama. Si no respondía, tal vez terminarían cansándose y la dejarían en paz, pero. ¿Y si no era así? ¿Tendría que denunciarlo a la policía? En realidad, no había amenaza alguna en las palabras. Tal vez la policía no podía hacer absolutamente nada. Además, no había querido denunciarlo hacía años. Sí. Estaba haciendo lo correcto. Se metió en el cuarto de baño para cambiarse de ropa. Decidió que, en aquellos momentos, seguir ignorando aquellos correos era la mejor opción. Después de darse una ducha, dejó el teléfono donde lo había dejado y regresó a la piscina.
Angus, estaba acostado en una silla junto al agua. Su cuerpo era fuerte, bronceado y muy saludable, aunque, para su gusto, tenía demasiada carne al descubierto como para que ella pudiera estar tranquila. Durante un instante, Victoria, se preguntó lo que habría sido empezar una relación con él fuera del encierro atmósfera de su matrimonio. ¿Habrían encontrado compatibilidad el uno con el otro si se hubieran conocido como una pareja normal y corriente? No lo creía. Tal vez solo de la manera más formal. Compitiendo el uno con el otro en su negocio, lo tenía todo en común, aunque, al mismo tiempo, eran polos opuestos. En aquellos momentos, estaban casados y así era como iban a permanecer, al menos hasta que ella firmara su contrato y salvara a la Naviera de la familia Jones de la quiebra. Sintió un profundo dolor en el pecho al pensar en que podría perder su empresa, pero, al mismo tiempo, odiaba haber llegado a aquella situación y haber tenido que firmar un contrato matrimonial con alguien que parecía estar considerando aquel casamiento como algo para toda la vida. Si era sincera consigo misma, eso era también lo que ella había tenido en mente.
No había estado mintiendo del todo cuando Victoria, la había presionado para que le contara las razones por las que había utilizado a "Solución Matrimonial", aunque tampoco le había contado toda la verdad. No le gustaba haber mentido a propósito, pero, en ocasiones, no había otra posibilidad. ¿Y si su esposo no hubiera sido Angus Baker? Tragó saliva al pensar que, en aquellos momentos, podría haber estado de luna de miel con otro hombre. No podía engañarse. Dudaba mucho de que otro hombre la atrajera del mismo modo que lo hacía Angus. Él era todo lo que una mujer estuviera buscado en un esposo… a excepción de que era su rival. Si sus familias no hubieran estado enfrentadas, si la abuela de él no le hubiera roto el corazón al abuelo de Victoria y no se hubiera casado con una mujer a la que no amaba lo suficiente y a la que, por desgracia, también había roto el corazón… Sin embargo, estaba casada con Angus Baker. Con el guapo hombre que estaba allí, frente a sus ojos.