No sabia como sentirme al respeto de la confesión que Dayana me hizo, tendría razón y David, mi amante, mi jefe no era tan malo como suponía o suponemos todos.
Mi cabeza me dolía, comienzo a respirar suavemente y mis ojos arden, los tallo suavemente, no recordaba que tenia el casco entre mis manos y por poco se me cae al suelo. Escucho los,pasos pesados de mi jefe y me volteo al sentir su brazo en mi cintura, parados en la entrada de su casa se encuentran Dayana y Bob; ambos se despiden con una sonrisa, y nosotros les devolvemos el gesto, me pongo el casco con mis manos temblorosas, mi jefe me observa lo noto por el rabillo de mi ojo.
-Te ayudo- me abrocha el casco y siento mi pecho palpitar rápidamente, siento como las palmas de mis manos comienzan a sudar.
"Que asco"
David termin
