Brandon no supo que hacer, había pensado tantas veces en aquel momento y en cada uno de sus sueños, pero cuando finalmente la tenía delante no sabía que decirle, olvidó hasta su propio nombre. Entonces el gerente llamó la atención de Brandon sacándolo de su aturdimiento y despertando a Elyanna del estado de shock en el que se encontraba.
–¿Señor Müller a usted que le parece? ¿Señor Müller? –Preguntó el gerente extrañado al ver que su jefe parecía aturdido mirando a la asistenta personal de la subgerente.
–¿Qué...qué...qué dijiste? – Preguntó Brandon haciendo un esfuerzo para gesticular la pregunta girándose para ver al gerente y Elyanna se apartó de él al darse cuenta de que los demás comenzaban a mirarlos extrañados, entonces se giró para ver al gerente intentando recomponerse.
Elyanna se dio la vuelta llevándose una mano a la boca para ahogar un sollozo por la impresión tan grande que había tenido de volver a encontrar a Brandon y salió de la sala de reuniones. En el pasillo Elyanna se apoyó en una de las paredes para buscar algo de equilibrio.
Bran. –Murmuró Elyanna llevándose las dos manos a la boca sintiendo por como si su corazón estuviera a punto de saltar de su pecho de la emoción.
Elyanna tenía al amor de su vida tan cerca y no se lo podía creer, entonces tocó de forma inconsciente su brazo, donde la había agarrado Brandon y respiró profundamente pensando que no había sido un sueño, que lo había sentido, era real y estaba a tan solo unos metros de ella.
–¿Es que no has escuchado que te ha pedido un café? – Preguntó la subgerente molesta viendo la cara de tonta que traía Elyanna en su rostro. –¿Qué estás haciendo ahí parada? Ve a prepararle una taza de café al jefe.
–Lo siento, ahora mismo le preparo el café. – Contestó Elyanna todavía alterada por la sorpresa, pero intentando disimular delante de la subgerente, que la miraba con recelo viendo que la chica actuaba de una forma muy extraña.
Brandon movía los dedos sobre la mesa girando la cabeza de vez en cuando para mirar la puerta, deseando salir corriendo por ella para buscar a Elyanna, cuando en una de esas veces la vio entrar otra vez con una taza de café en la mano para él.
Elyanna buscó en su interior toda la fuerza necesaria para no caerse delante de Brandon con la taza de café, porque en aquel momento no tenía control sobre su cuerpo, era imposible dejar de temblar por la emoción que estaba sintiendo.
–Gracias. –Murmuró Brandon mirándola embelesado cuando ella le entregó la taza de café y Elyanna esbozó una dulce sonrisa que hizo su corazón saltar de felicidad.
Brandon no pudo evitar fijarse en ella, en lo hermosa que estaba. La última vez que se habían visto ella tenía apenas dieciséis años, pero la Elyanna que estaba justo delante de él en aquel instante era una mujer hecha y era perfecta, como él la imaginaba.
Elyanna volvió a salir de la sala y después de un rato se terminó la reunión. Ella intentó continuar con su trabajo, pero estaba tan nerviosa preguntándose que haría Brandon, si se acercaría o que haría ella, cuando de repente escuchó aquella voz detrás de ella.
–¿De verdad eres tú? – Murmuró Brandon entrando a la pequeña cocina que había en la planta superior donde solían preparar el café. – Dime que no estoy soñando por favor.
–Espero que no, porque mi corazón no soportaría saber que esto no es real. – Murmuró Elyanna y Brandon no se aguantó las ganas de envolverla en sus brazos.
Elyanna se derritió en aquel abrazo, en el calor de aquel cuerpo que tanto había echado en falta y no pudo evitar derramar algunas lágrimas por la felicidad de volver a encontrarlo, pero escucharon cuchicheos de unos empleados que pasan cerca mirándolos y se separaron intentando disimular un poco.
–¿Trabajas aquí? – Preguntó Brandon mirándola de arriba abajo y Elyanna asintió con las mejillas sonrojadas.
–Sí y al parecer eres mi jefe. –Murmuró con una sonrisa tímida que lo hizo derretirse. – No puedo creer que te tengo delante de mí ahora mismo, después de diez años.
–Y no sabes el tamaño de mi felicidad por volver a verte. – Habló Brandon emocionado y Elyanna bajó la cabeza avergonzada, entonces él acarició su rostro. – Todavía te ves muy hermosa cuando te domina la timidez. – Susurró y las mejillas de Elyanna se pusieron todavía más rojas.
–Tú has cambiado mucho, ahora llevas barba. – Habló Elyanna fijándose en como los cabellos de Brandon estaban peinados hacia atrás y lo elegante que iba vestido con un traje azul oscuro, entonces la subgerente se acercó a la cocina para llamarlo, pero bajó la cabeza al ver la situación tan comprometedora en la que estaba con Elyanna y Brandon tragó en seco al verla, recordando donde estaban, entonces se alejó de la chica abotonándose la chaqueta de su traje.
– ¿A qué hora sales? – Preguntó observando a la subgerente que estaba con la cabeza bajada para estar seguro de que no los estuviera escuchando y Elyanna se mordió los labios con nerviosismo.
–Salgo en media hora, pero hoy es viernes.
–¿Y qué pasa? – Preguntó Brandon mirándola a los ojos con expectación. –¿Tienes algún compromiso? ¿Vas a verte con alguien? – La interrogó y Elyanna negó con la cabeza con vehemencia.
–Es que trabajo en un bar como camarera los viernes, ya sabes, para ganar un dinero extra y no puedo llegar tarde. – Contestó y lo vio respirar con más calma.
–Tengo que ir a cenar con los socios, pero dime donde está ese bar y yo iré a verte. – Pidió Brandon humedeciéndose los labios mientras que miraba la boca entreabierta de Elyanna, deseando volver a besarla. – Sí quieres, claro.
–Sí, sí quiero y mucho. – Contestó Elyanna y Brandon no pudo evitar sonreír al darse cuenta de que seguía siendo una chica tímida tal y como él la recordaba.
Los dos quedaron de verse cuando Elyanna saliera de trabajar, pero Brandon tenía la intención de llegar antes para ver en que tipo de bar trabajaba la chica.
Brandon pasó toda la cena mirando su reloj y ni siquiera había podido probar su comida, solo deseaba volver a encontrarse con Elyanna y tenerla otra vez en sus brazos, entonces cuando terminaron la cena se despidió de los socios de empresa y se montó en su coche deportivo.
Cuando Brandon aparcó en la entrada del pequeño bar donde trabajaba Elyanna, pudo verla a través de la cristalera detrás de la barra, sonriendo mientras atendía unos clientes y se mordió los labios observándola. Brandon analizó el lugar detenidamente, viendo que era un bar tranquilo donde la gente solía ir después de cenar para tomar una copa con los amigos, pero igualmente no le había gustado la forma como Elyanna parecía ser tan atenta con los hombres que estaban sentados en la barra y estaba dispuesto a entrar para marcar su territorio cuando su teléfono móvil comenzó a sonar. Entonces Brandon giró los ojos cuando vio quien era, pero decidió contestar poniendo el teléfono en altavoz para que lo dejará en paz.
–Hola papá. – Contestó Brandon a la llamada con fastidio.
–¿Se puede que mierda andas haciendo que no contestas a las llamadas, Brandon? – Preguntó Cyrus enojado y Brandon resopló con cansancio.
–No he venido a San Francisco de paseo papá, estaba trabajando. ¿Me puedes decir porque estás tan molesto y desde cuando necesitas tanta atención?
–Yo no necesito tu atención, pero tu esposa sí.