Capítulo 3:A todos nos importa el dinero.

915 Words
Durante la noche Brandon estaba delante de la estación de autobús caminando de un lado a otro preocupado, porque ya había pasado una hora y Elyanna todavía no había aparecido. Llovía mucho aquella noche y él estaba entero mojado a penas con una mochila en la espalda con lo poco que tenía, cuando de repente una camioneta vieja que Brandon conocía muy bien se paró delante de él. –¡¡¿Es que te has vuelto loco muchacho?!!– Exclamó Cyrus bajándose de la camioneta acercándose a su hijo. –¿Te ibas a marchar dejándome solamente una carta despidiéndose? –No intentes impedírmelo papá, me iré muy lejos de aquí con Ely. Nadie nos impedirá de ser felices juntos. –Habló Brandon con vehemencia y su padre miró alrededor. –¿Y dónde se supone qué está tu princesa, que no la veo aquí contigo? –No lo sé papá, se habrá retrasado, pero yo sé que vendrá, Elyanna me ama y quiere estar conmigo. –Contestó Brandon angustiado porque Elyanna todavía no había llegado. –Ella no vendrá Brandon, Elyanna jamás abandonará la mansión de su familia para vivir en la calle contigo. No seas tan ingenuo hijo. – Habló Cyrus colocando una mano sobre el hombro de su hijo viendo como se mordía los labios mientras que sus ojos comenzaban a cristalizarse. –No es cierto papá, a Elyanna no le importa el dinero, yo soy lo más importante de su vida. –A todos nos importa el dinero, y puede que ella te ame, pero se habrá asustado de imaginarse alejada de la seguridad que le brindan sus padres. – Replicó Cyrus sacando de su chaqueta un sobre. – Tu futuro no está al lado de esa chica hijo, está en este sobre. –¿Qué esto papá? – Preguntó Brandon mirando el sobre intrigado. –Te han ofrecido una beca de estudios para la Universidad, aquí encontrarás lo que necesitas para lograr todo lo que te propongas Brandon, incluso esa chica. Sube a la camioneta hijo, nos vamos. –Murmuró Cyrus y Brandon miró la carretera por donde supuestamente llegaría Elyanna. – Nadie quiere a un fracasado hijo, es lo primero que debes aprender en esta vida.– Murmuró y Brandon lo siguió. –¿Os marcháis de la ciudad Cyrus? – Preguntó el guardia de la estación del pequeño pueblo, que los conocía de toda la vida. –Así es Norman, ya no queda nada en este pueblo para nosotros. – Contestó Cyrus y le hombre bajó la cabeza porque conocía bien la situación en la que estaban, todo el pueblo hablaba de ellos. Brandon se subió a la camioneta para marcharse a Massachussets con su padre, mirando la estación de autobús con un nudo en la garganta, pensando que tal vez su padre tuviera razón que Elyanna sintió miedo y por eso no apareció para escaparse con él, pero lo que Brandon no se imaginaba es que ella estaba en su casa luchando con todas sus fuerzas para ir en su encuentro. –¡¡Si sales por esta puerta para irte con ese bueno para nada, no volverás a entrar aquí nunca más, te puedes olvidar que tienes una familia!!– Vociferó Simon mirando a su hija con desprecio mientras que la hermana de Elyanna y su madre le rogaban que no la echará a la calle, pero ella levantó la cabeza con determinación con su labio sangrando después del golpe que le había propinado su padre y habló. –No volveré a tu casa nunca más Simon White y esto no lo hago solamente por Brandon, también lo hago para ser libre. – Contestó Elyanna con vehemencia, después miró a su hermana pequeña y a su madre con tristeza porque sabía que sería la última vez que las vería. Después abandonó la casa de sus padres y caminó por la carretera rezando a Dios de que Brandon no se hubiera cansado de esperarla, porque él era lo único que le quedaba en aquel momento. Cuando Elyanna llegó a la estación de autobús ya era muy tarde y Brandon no estaba, ella se desesperó sin saber qué hacer cuando el guardia le contó que él se había marchado de la ciudad con su padre y en aquel pueblo no quedaba nada para ella. Elyanna se sentó en un pequeño banco que había delante de la estación mirando el último autobús que había allí y tomó una decisión, se armó de valor y caminó hasta él. –Disculpa, ¿a dónde va este autobús? – Preguntó Elyanna al conductor que estaba sentado tomándose un café y él hombre levantó la mirada para verla. –Este autobús va a California niña, partimos en diez minutos. – Contestó el hombre Entonces Elyanna se giró para mirar alrededor por última vez y pensó en sus ahorros que tenía guardados en la pequeña mochila. Diez minutos más tarde Elyanna estaba sentada en el autobús mirando por la ventana con la mirada perdida pensando en Brandon y le dolía imaginar que tal vez él estaría imaginando que ella había desistido de escaparse con él y por eso se había marchado con su padre, entonces se maldijo por no haber sido más fuerte cuando se enfrentó a su padre, porque entonces hubiera podido llegar a tiempo para irse con Brandon. –Te encontraré mi amor, te juro que algún día volveremos a vernos y espero que puedas perdonarme por haber sido tan débil.
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