Su pelo causaba cosquilleos en mi hombro, estaba su rostro sobre mi pecho desnudo, podía sentir sobre mi costado derecho su pezón rozarme y sus dedos jugar con mi pecho, el silencio de la noche era agradable, mientras nuestros cuerpos tomaban un descanso y la respiración nuestra se calmaba. Calma. Era lo que más podía resaltar de esta relación, sin mencionar lo bien que nos llevábamos ella y yo o lo agradable que era, más…el hecho de que sí le cayó bien a mis padres. Rosaura seguía dejando claro que era la mujer perfecta. Ya mañana se marchaba, lo retrasó un día más, pero tenía que irse y en esta ocasión tardaría más en volver, tenía que completar las grabaciones y las últimas escenas eran las más exigente, según lo que me dijo ella. Trevor. Pensaba en ese hombre. Sé que ya esta