Rosario no consiguió contenerse ante la presencia de Júpiter en su oficina, le pareció muy extraño que un joven con su apariencia y físico bien presentable, se encontrara en el lugar para solicitar una plaza de limpieza. Sin embargo, no sospechó en el momento la causa verdadera, por la cual se encontraba Júpiter en su oficina con su segunda identidad.
Júpiter de igual manera, aunque su objetivo principal era más que necesario llevarlo a cabo lo más inmediatamente posible, no se negó en su interior el deseo que de pronto creció por Rosario desde la noche anterior, por lo que ese segundo encuentro con ella, ahora en su oficina, provocó que Júpiter dejara su deseo e imaginación a la vista.
Cuerpos llenos de deseo, se entregaron a la pasión en ese mismo instante. Rosario no logró saciar su sed en ese momento, pero conoció una vez más el cuerpo de Júpiter, mismo cuerpo que disfruto la noche anterior, mismas sensaciones que le dejaron ciertas dudas sobre ese segundo encuentro inesperado.
Tras el encuentro intimo inesperado, Rosario se quedó con una sensación extraña, preguntando de inmediato. —¡Así que tu nombre es Ariel! ¿Por qué será que siento que te conozco de alguna parte?
Júpiter reaccionó al comentario de Rosario, mientras se terminaba de vestir frente a ella. —Dudo mucho que nos conozcamos de alguna parte señorita, sin embargo, creo que este tipo de encuentros provocan que algunas personas sientan atracción por la otra persona, ¡Espero que esto no represente nada para usted y no afecte mi petición laboral!
Rosario se dio la vuelta y respondió con la frialdad que la caracterizaba. —No te afecta en el aspecto laboral, sin embargo, estaba pensando en ofrecerte un puesto de mejor categoría y no un simple empleado de limpieza, ¿Te parecería bien ser mi asistente personal?
Definitivamente no era lo que Júpiter estaba pensando o esperando que sucediera, ¿Pero eso podría cambiar los planes? Por lo que, a pesar de lo sucedido. Samael que se encontraba al pendiente de todo lo acontecido en el lugar, le habló por medio del audífono que llevaba Júpiter sin que obviamente Rosario se percatara de ello.
—¡No deberías de aceptar ese puesto amigo! Podría de alguna perjudicarnos, debido a que tendrías que estar cerca de ella en cada momento y eso dificultaría nuestra misión, es mejor que le insistas con el trabajo de limpieza.
Rosario veía que Júpiter no respondía a su propuesta y aún no termina de vestirse del todo, por lo que preguntó con algo de curiosidad. —¿Todo bien? ¿Quieres o no ser mi asistente personal? Porque la verdad deseo que esto se repita de vez en cuando, no es por elevarte el ego jovencito, pero me has hecho sentir muy diferente a como muchos otros, ¡Incluso podría decir que eres la segunda persona que me hace sentir espectacular en tan poco tiempo!
Júpiter sin dudar imaginó que se refería a su alter ego Luzbel, lo que sucedió entre ellos en su habitación la noche anterior, respondió con cierto orgullo, pero disimulando para esconder su identidad.
—¡Creo que no es la única que me lo hace saber! Por otra parte, me siento defraudado al escuchar que soy la segunda persona y no haber ocupado el lugar de esa primera persona que le hizo sentir diferente. Ahora respecto a lo de la propuesta laboral, sinceramente no me siento capacitado para ese puesto, por lo que estaría más que complacido de quedarme con el puesto de limpieza y cumplir sus caprichos cuando usted así lo necesite o desee.
Rosario tomó asiento y giró hacia la ventana de su oficina, tras encender un cigarrillo, entonces exclamó. —¡Puedo apreciar en tu voz, que eres orgulloso y difícil de convencer! De alguna manera, me encanta ese tipo de actitud, sin embargo, eso no va directamente conmigo, pero creo que después de todo tienes razón, no siempre se le puede dar recompensas a los animales por su buen desempeño, de vez en cuando es bueno hacerles saber ¡Cual es su lugar! Espero no te ofendas, pero entonces quédate con el puesto de trabajo por el cual has venido y si llegara a necesitarte, entonces te buscaré, solo asegúrate de limpiarte las manos antes de estar conmigo.
Júpiter no dejó de sentirse humillado por la manera en la que Rosario le respondió, por lo que antes de reaccionar, Samael, escuchando la conversación, supo de inmediato que Júpiter podría actuar de mala manera e intento calmarlo.
—¡Ni siquiera lo pienses Júpiter! Te puede descubrir y eso definitivamente no te conviene en lo absoluto, ahora mismo estoy devolviendo las acciones que perdió anoche, para jugar con su cabeza, lo importante es que te has quedado con el puesto, solo agradece y retírate.
Júpiter exhaló profundamente para lograr calmarse y entonces hablar de nuevo con Rosario. —Le agradezco su amabilidad y comprensión, ¿Cuándo comienza mi turno de trabajo?
—¡Tomate el día libre por tus servicios de hace un momento! comenzaras a realizar tus tareas a partir de mañana desde muy temprano y termina inmediatamente después que me veas marcharme de esta oficina.
—Se lo agradezco señorita, que pase un excelente día, sin falta me presentare el día de mañana.
Rosario sin voltear a ver un solo segundo exclamó con desprecio. —¡Solo desaparece de mi oficina de inmediato!
Júpiter dejando una prenda, se marchó de inmediato del lugar, ahora con el puesto de limpieza, su plan de venganza comenzaba a ser una realidad. Mientras que Rosario por un breve instante estuvo a punto de descubrir a Júpiter, pero la humildad que después de todo termino demostrando Júpiter, le hizo borrar ese pensamiento de su interior.
—Es una verdadera lástima que existan jóvenes así, desperdiciando su potencial, de cualquier manera, creo que debo centrarme en encontrar a Luzbel de nuevo, ¡Necesito recuperar mis acciones y descubrir la verdad! Necesito descubrir ¿Quién en verdad es Luzbel?
Melquiades, el hombre de confianza de Rosario, llegó apresuradamente a su oficina, algo importante estaba ocurriendo en la empresa de modelaje. —¡Rosario! Esto es muy importante y creo que deberías de estar pendiente de la situación, después de lo sucedido anoche.
Rosario se impactó al momento de la llegada de su servil Melquiades y preguntó con un susto en su boca. —¿Qué sucede Melquiades, cual es la desesperación de tu parte?
—Revisa la actividad de la empresa, hace unos instantes fueron incorporadas las acciones que se robaron anoche y volvieron a su precio estándar y algunas otras sobrepasan los cuarenta y cinco puntos de hace unos días.
Rosario no podía creer lo que estaba escuchando, por lo que, tomando el computador, corroboró personalmente lo que estaba sucediendo, las acciones de la empresa, aumentaron en 45 por ciento y no existía una sola pérdida. Eso sin lugar a duda motivó y elevó los ánimos de Rosario, comenzó a sentirse más calmada y con su deseo anterior, exclamó.
—¡Con mayor razón Melquiades, debo volver a encontrarme con Luzbel!
—Pero Rosario, ese tipo fue el que provocó todo esto y porque ahora deseas volver a encontrarte con ese ladrón, es inaudito de tu parte.
—Pueda que tengas razón, pero ahora es cuando debo averiguar ¿Cuál fue el motivo por el cual ha hecho esto y que fue lo que lo motivó a devolverme las acciones, no crees? Por lo que espero que se presente esta noche al club.
Melquiades asentó la cabeza con desaprobación y mencionó. —¡Estas demente Rosario!
Júpiter por su parte, después de regresar de su cita en el edificio de modelaje de Rosario, era momento de conversar con Samael, lo que ahora debía de suceder y que paso era el que debería de dar de nuevo en contra de Rosario, no sin antes responder algunos cuestionamientos de parte de Samael.
—¡Lo has conseguido amigo! Solo hay algo que me intriga, ¿Cómo es que puedes tomar el cuerpo de Rosario de la manera que lo has hecho? En estas dos ocasiones he notado que lo has hecho de una manera distinta a como deberías.
Con el rostro lleno de incertidumbre y así mismo con vergüenza preguntó a su amigo. —¿A qué te refieres con eso Samael?
—Que, ¿si odias a esa mujer? ¿No crees que haces el amor con ella, de una manera muy apasionante? En tu lugar la trataría como a una perra y maldita asesina, como lo que en verdad es, me refiero a que deberías de haber actuado en la intimidad con ella con violencia y que sintiera tu enojo y deseo de venganza ¿Oh es que te atrae de verdad? No me digas que te enamoraste de ella ¿Oh sí?
Júpiter trató la manera de ignorar y esconder sus pensamientos, respondiendo con severidad. —¡¿Cómo se te ocurre mencionar eso?! Por supuesto que no, en lugar de estar pensando eso, deberías de explicarme lo de esta noche, ya se hace tarde.
Las palabras de Júpiter no convencieron en lo absoluto a Samael, por lo que dejó ese tema por el momento de un lado, para pasar a explicar lo de esa noche. Aunque sería difícil lo que llegaría a suceder, pero era más que necesario para que Rosario encendiera sus alarmas y cayera definitivamente en las garras de Luzbel, en este caso Júpiter.
La hora de abrir el club más extravagante y famoso de la ciudad, se acercó y el momento del espectáculo comenzó con todo. No sería hasta dentro de un mes que Rosario Alma de Fuego, tendría que presentarse de nuevo, pero ella no iba a esperar.
Rosario envió el anuncio que se presentaría por primera vez en dos noches seguidas, lo que eso elevó los ánimos de los participantes esa noche en el club, pero Rosario sentía que Luzbel, aparecería de nuevo y ese era el principal motivo por el cual ella se presentó por segunda noche en su club.
—Rosario, el invitado que estabas esperando, acaba de llegar y es muy diferente, la máscara es igual, pero su atuendo parece como de los mismos jeques de oriente, ¿Qué harás?
—Lo quiero esta noche en mi pent-house nuevamente, esta vez descubriré su verdadera identidad.
Júpiter se movía entre los VIP del club, ninguno de los VIP se acercaba a conversar con Júpiter, por lo que la soledad era más que evidente, situación que también provocó que Rosario se acercara a Júpiter. Antes de realizar el supuesto sorteo que se realizaba, esta vez el nombre de Júpiter, sin lugar a duda se encontraba en la caja, para garantizar que subiera a la habitación con Rosario esa noche una vez más.
Rosario se acercó muy atrevidamente y susurro entre el ardiente deseo de sus labios. —¡Estoy más que segura que el único propósito de tu visita es por mí! ¿verdad?
—¡No se equivoca Alma de fuego! Aunque créame que esta noche estoy más que interesado en estar con otra de su elenco y no precisamente con usted ¿A quién me recomienda?
Rosario sintiéndose excluida y ofendida recrimino de inmediato la respuesta de Júpiter. —Eres un descarado Luzbel, no permitiré que puedas estar con una de ellas, eres solo mío y solo conmigo podrás estar en la habitación, ¡Aun así sea por la fuerza! Me debes muchas explicaciones que deseo descubrir esta noche.
—¡Si usted así lo dice y desea, con gusto la complaceré! Solo espero que esta noche pueda soportar todo el deseo y odio que siento en mi interior.
Rosario se acercó un poco más a ese rostro que cubría la máscara de diamantes negros, para exclamar a su oído. —Creo que no sabes el tipo de mujer que soy en realidad, un joven como tú, no podría dejarme destruida en la cama. Ve subiendo a la habitación, porque ya eres el ganador de la noche.
Tras el sorteo y saber que Júpiter era el ganador, Rosario se alejó nuevamente del escenario y se dirigió a su habitación, decidida a descubrir la verdad que se escondía tras la máscara y ese carácter lleno de prepotencia.
Júpiter por su parte, se encontraba cómodo y sin vestimenta alguna en la habitación, esperando a que llegara Rosario. La máscara no se despegaba de su rostro por un solo instante.
—¡Hasta que has llegado Rosario! Estaba a punto de marcharme.
Rosario no dio tregua alguna, se lanzó como fiera salvaje al cuerpo de Júpiter, deseando arrancar esa mascara de su rostro, pero Júpiter la dominaba como la fiera que era Rosario, la volteaba y colocaba contra la pared, dominando por completo su deseo y desenfreno. El odio y rencor comenzó a aparecer y a sentirse por dentro del cuerpo de Rosario, hasta que ella exclamó sedienta y llena de placer. — Veo y siento que en verdad me odias, pero ¿cuál es la razón? ¿Te molesta que sea mejor que tú?
Júpiter no respondió en el momento, hasta que su deseo desenfrenado quedara completamente satisfecho, tras unas horas en el acto íntimo, Júpiter la lanzo hacia la cama con fuerza, dejándola exhausta y sin poder reaccionar adecuadamente, para mencionar entre las sombras y la luna llena que se veía a través de la ventana.
—Rosario, alma de fuego, he venido para hacerte pagar por tus pecados, ¡He venido a vengar la muerte de Sebastián Ríos!
—¿Sebastián Ríos? ¿Cómo sabes del nombre de mi difunto esposo?
Antes de marcharse de la habitación nuevamente y sin dejar rastro alguno, Júpiter exclamó, tras haber dispersado una capsula de humo en la habitación.
—¡Sebastián Ríos, era mi padre!