Camina de un lado a otro tan exasperado como angustiado. Vuelve a ver a su hermano y grita lleno de ira, desesperado.
— ¡Que mierdas pasa conmigo!—Exclama y se lleva las manos a la cabeza, agita con las mismas su cabellera para luego gruñir sin control.
Él mismo se encuentra sentado en el sofá de la amplia sala, disfrutando del jazz suave y bajo, que emiten las bocinas en todo el recinto.
—No tengo idea de que te está pasando—Menciona frio, entre susurros y agitando la copa, en la cual esta vertido el líquido violeta, de un vino añejado por años. Traga saliva, perturbado y prueba un poco del dulce líquido.
Su corazón celestial era víctima de un dolor punzante y desesperante que no lograba descifrar. Llanus lo observa consternado por sus recientes acciones y opta por levantarse de la silla. Camina hacia él mientras aun esta sin defensas en el suelo arrodillado y sumiéndose en algo que los humanos llamaban depresión, para intentar consolarlo.
—Solo era una aventura Llanus—Musita lleno de nostalgia.
Llanus posa una mano en su hombro y suelta un suspiró corto, sin tener idea de que comunicarle a su moribundo hermano. Se remoja los labios con su lengua y finalmente procede a emitir un sonido.
—Tal vez se acabaron las aventuras ya, y lo que estás viviendo en estos momentos es el sentimiento que tanto odias—Alega como una hipótesis temporal, la cual va a ser debatida por su hermano en cualquier momento.
Él se da vuelta y se levanta de golpe para que la mano de Llanus se alejara. Agita sus brazos en el aire y observa con nostalgia hacia los ventanales amplios de la terraza, puede ver su reflejo plasmado en el transparente cristal y el fuego de la chimenea arder con fuerza desde donde está.
— ¿Amor? —Pregunta horrorizado.
—No lo sé, nunca he sentido amor Luci, solo es una hipótesis—Alega con frialdad al estirar un brazo hacia la derecha. Un ángel no debería de poder ensimismarse con un humano y menos uno que tenía tanta experiencia como ningún otro.
Se vuelve a ver el fuego que arde abrasivo dentro de la chimenea, dándole así la espalda a su hermano.
—¡Si lo es, prefiero volver al maldito infierno antes de sentirme así!—Exclama vociferante y se tira en el sofá color crema, para sujetar la botella de vino y empezara beber sin control desde la boquilla de la misma.
Tose al ahogarse con todo ese licor y gruñir con desesperación, tal vez ese ardor en su pecho era la causa de sus desenfrenados sentimientos.
Llanus se quita los lentes, para poder contemplar a su hermano desafortunado esparramado sobre el sofá.
Suspira.
«Lucifer está enamorado» Piensa su hermano al observar los síntomas de su creciente enfermedad.
Y vuelve la patita de su lente hasta sus labios y empieza poco a poco a conjeturar un plan, que podría sacar a su hermano de la miseria en la que estaba cayendo, necesitaba encontrar un antídoto, antes de que fuera más tarde.
***
La historia que cuenta Aniel
Abusó de los límites por ser el favorito de su divinidad, como todo mal hijo debía recibir un castigo, el destierro termino por ser la opción final. Entonces su hermano intento interferir.
Su padre lo condeno a un mundo de oscuridad eterna, todo por intentar defender a su hermano, el sentido de compasión y justicia lo impulsaron a esos extremos, sin saber que serían su más grande perdición.
Él en el vacío oscuro del limbo se dedicó a acompañar a los difuntos confundidos, pero en esa oscuridad tenía una luz que brillaba tanto como era posible, su pequeña hermana era su esperanza y su apoyo más grande, hasta que un día su hermano condenado los saco de la oscuridad y los atrajo hacia el mundo terrenal.
El mundo humano se convirtió en un amplio patio de juegos y por cientos de años, se dedicaron plenamente a mantener su unión.
Al fin y al cabo, solo se tenían ellos.
En un mundo sombrío y lleno de caos.
***
La historia que cuenta Llanus
Fue condenado, por proteger y justificar los actos de su hermano. Pues su corazón no le permitía verlo siendo castigado, y mucho menos saber que estaría siendo condenado, era su hermano pequeño, el hijo favorito y el consentido.
No tenía idea que lo que estaba haciendo, era un pecado llevado a tales extremos y sin querer a su padre le había fallado.
Pero al limbo fue enviado, para vigilar almas perdidas y protegerlas de todo aquello que no perteneciera allí.
Podía volver a los cielos, pero se negó, prefirió acompañar a su hermano en su amargura.
Sólo debía postrase nuevamente frente a su padre, pedir el perdón y así finalmente regresaría a los cielos.
Pero se negó rotundamente y así se mantuvo al lado de su hermano.
***
La historia que cuenta Lucifer
Era el favorito, un prodigio y el consentido, aspirando ser como su padre.
Deseo crear vida sólo para seguir su ejemplo y terminó siendo castigado por su avaricia.
Más de un ángel se fue tras él y en caídos se convirtieron. Sólo para crear y habitar un infierno, mientras se negaba a pedir perdón.
Pero en la tierra decidió divertirse, condenarse aún más y pecar, enseñarle a los humanos la maldad, sin parar, sin titubear y por un tiempo paró aburrido, inconforme y sin ánimos de continuar.
Para él todo parecía una eternidad.
La eternidad se apoderaba de su celestial cuerpo y el aburrimiento empezaba hacer su nuevo mejor amigo. Pensó que no tenía emociones, que no sentía amor, y aun así se arriesgaba todos los días a conocer una nueva persona, aprender de su vida e idealizar como manipular su esencia.
Pasarían años antes de descubrirse asimismo, pasarían años antes de que se sintiera tan vacío y humano, el tiempo le enseña, el tiempo lo vuelve frágil, como todo en el mundo, llega a transformarse, cambiar tanto, hasta ya no tener conocimiento de lo que era.