Se levantó en la mañana caminando de un lado a otro, perturbado se metió en el baño, abrió todas las llaves y empezó a darse un baño en la tina. Su entrepierna seguía dura por el recuerdo del tacto que había recibido de Adele, necesitaba aliviar lo que ella no podía y no quería, por ello se propuso a practicar la masturbación. Tomo su m*****o con la mano derecha y poco a poco empezó a jalar su m*****o de arriba abajo, provoco una placentera fricción que duró media hora, por poco y se inunda el baño en la que se había escondido. Adele tocó la puerta de su habitación. — ¡Lucifer!—Lo llamo con fuerza— ¡Lucifer, ya amaneció!—Grito la chica. Mientras el la escuchaba con claridad pensaba. «Grita más fuerte, di mi nombre otra vez» Lascivo. Adele abrió la puerta de la habitación. — ¡Esta