Oriana Valladares Sus besos recorren mi cuerpo y cada centímetro de mi piel se estremece bajo su contacto. Mantengo los ojos cerrados, negándome a abrirlos, temiendo que, si lo hago, este trance delicioso podría desvanecerse, y no... no quiero que acabe. Siento cómo la lengua de Math se desliza sobre mi piel, dejando un rastro de fuego. Sus lamidas provocan una descarga eléctrica entre mis piernas, y una ola de cosquillas inunda mi interior, como si algo en lo más profundo estuviera a punto de despertar, latiendo con ansias. Desciende lentamente por mi vientre, su lengua traza círculos alrededor de mi ombligo, arrancándome un gemido, me hace estremecer. Mis caderas se arquean instintivamente, buscando más. —¡Ahh! ¡Si! ¡ah! —jadeo, completamente excitada. Estoy tan húmeda, tan desesperad