Necesitamos hablar. - Me acomodó en su regazo. -Bien empieza tú. - Está acariciando mi pancita. -Ángelo yo sabía que Victoria no es tú hija. - Digo con un nudo en la garganta, su mano se detiene en seco encima de mi panza, su respiración se escucha más fuerte en mí oído. - ¿Desde cuándo lo sabes? - Dice con su voz fuerte. -Desde hace unos días. - Ya estoy nerviosa, por qué no me perdone por ocultarle algo así. - ¿Y no pensabas decírmelo? - No me separa de él. -Ángelo, no quería que sufrieras. - Digo con mi voz entrecortada. -Estefanía, en algún momento me iba enterar. -Ángelo, lo se. - Me acomodo para verlo cara a cara, su mirada es de sufrimiento y odio, se cuánto ama a Victoria. -Ella sigue siendo tú hija, aunque no lleve tú sangre. -Daría mi vida por ella. - Corre