Martha Despierto con una sonrisa en mi rostro, aún sintiendo la calidez del sueño que acabo de tener. Un sueño en el que aquel hombre de ojos azules, Maximiliano, aparecía de manera tan vívida y encantadora. Me sorprende lo claro que puedo recordar su rostro, sus gestos y cada detalle de nuestra cita. Después de conocerlo, no pude evitar la curiosidad y decidí buscarlo en las redes s0ciales y en internet en general. Pero para mi sorpresa, no encontré absolutamente nada sobre un hombre llamado Maximiliano Mancuso. Es como si no existiera un rastro digital de él en ninguna parte. Me parece extraño que alguien que trabajó para el congreso italiano, y que es de buena familia, no tenga una presencia en línea. Es como si se hubiera borrado de la existencia, o como si nunca hubiera existido