NICHOLAS Han pasado dos semanas del alta de Amalia y hemos estado viviendo en una montaña rusa constante de emociones. Fue literal cuando dije que solo seriamos ella y yo, lo necesitaba como el aire para respirar. Pero el casi ni dormir ya está pasándome factura, es difícil hacerlo cuando todas las noches se despierta llorando y a los gritos por las pesadillas que tiene, que solo se calman cuando nos meto en la tina y con calma la baño y luego la acaricio para dormir. Todo eso se lleva buena parte de la madrugada y para cuando quiero conciliar el sueño debo levantarme a adelantar algo de trabajo. Decidí que todo lo que dure la recuperación de Amalia trabajaría desde la casa, pero aun así debo levantarme temprano y revisar todos los documentos y cosas que se hacen si no estoy allí. No m