Hacía mucho tiempo no sabía nada él y escucharlo me provoco un escalofrió en la espina dorsal, mi única reacción fue cortar el teléfono. No terminamos traumáticamente, simplemente se fue a Alemania y en determinado momento se alejó sin dar mucha explicación.
Con el tiempo deje atrás esa etapa y me parece raro que varios años después me este llamando ¿Cómo consiguió mi numero?
Nicholas me saca de mi trance cuando me viene a buscar para ir a cenar y al verlo recuerdo todo lo que me estaba atormentando antes de la llamada. ¿Será posible que este embarazada?
-Nicholas? - Lo llamo
-Que pasa mi princesa? - Se arrodilla frente a mí ya que estoy sentada en la cama- Estas bien? Estas un poco pálida.
-Sí creo que si- Le sonrió para que se tranquilice- Alguna vez antes pensaste en hijos? - Le suelto la pregunta de una vez y noto como se tensa.
-Bueno la verdad no, nunca tuve esos deseos- Me mira- Y ahora creo que ya estoy muy grande para ello. ¿Tú quieres hijos?
-No.... si... no lo sé- Balbuceo- Nunca hablamos sobre este tema, pero si no quieres tener hijos conmigo no hay mucho que decir al respecto- Me levanto para salir con una opresión en el pecho.
-Alto ahí! - Me ordena y me sienta tomando mis manos entre las suyas- Tú me preguntaste si alguna vez antes pensé en tener hijos y fui sincero, ahora, entiendo que también tienes deseos propios y nunca tocamos ese tema- Limpia una lagrima que rebelde se escapa por mi mejilla- Cuando nos casamos y antes yo te he dicho que quería todo contigo porque realmente es así, antes de ti no, no me lo imaginaba o deseaba y aun pienso que ya estoy grande pero mi amor si tu llegaras a quedar embarazada amaría haber formado una personita contigo.
Y eso es suficiente para romper en llanto, saber que el amaría tener un hijo conmigo me sensibiliza aún más aplacando un poco el miedo que estoy sintiendo. Debo hacerme un test y sacarme esta duda de encima.
Tres días después estoy reincorporándome al hospital a pesar de la oposición de mi esposo que quería que me quedara unos días más y a pesar de que no volvió a la oficina mientras estuve en casa y ame pasar tanto tiempo con el ya no podía dilatar más mi regreso.
El día estaba siendo agotador, varias cirugías y pacientes en emergencia, estaba muy cansada y aún tenía el test de embarazo en mi bolso que no me animaba a hacer. Cada vez que pensaba en salir de la duda algo pasaba y tenía que dejarlo, no quería hacerlo en casa por miedo a que Nicholas lo descubra. Se lo que hablamos y lo que me dijo, pero aún tenía miedo al resultado.
Estábamos en la cafetería con Liz tomando un café en un pequeño descanso que tuvimos, bueno ella un café y yo un té. Veo entrar a la misma mujer con la que choque en la entrada hace unos días atrás, en cuanto me ve se dirige a mí y con un rostro no muy amistoso.
-Doctora Altman, que placer verla de nuevo- Me mira y ya su presencia no me parece tan amigable- Es bueno encontrarla.
-Necesita algo? - No muestro amabilidad, no sé realmente quien es o que quiere solo sé que su tono para conmigo no me gusta. Se acerca más ignorando la presencia de mi amiga que la mira con los ojos como platos y ya se la quiere comer.
-Realmente si- Dice sonriendo y con su acento alemán marcado- Quiero que te mantengas bien alejada de mi prometido.
-Acaso me está amenazando? - No puedo creer el descaro no tengo idea quien es o quien es su prometido, me levanto para encararla- No tengo idea quien es usted o su prometido pero que le quede claro que a mí las amenazas baratas no me asustan, ahora lárguese.
-Esta avisada- Liz se para a mi lado- Que tengan buena tarde.
La vemos salir de la cafetería sin poder creer lo que acaba de suceder, Liz me interroga sobre ella o su famoso prometido, pero al igual que ella no tengo ni la menor idea de quienes son. En lo que terminamos de tomar nuestras bebidas después de tan desagradable interrupción me animo a contarle mis sospechas.
Grita emocionada y no sé qué hacer para que se calme, me dice que le cuente a Nicholas y me haga el test con él en casa, pero yo niego diciendo que lo voy a hacer ahora y darle la sorpresa si es positivo cuando me venga a buscar. La verdad es que ya quiero salir de este padecimiento ya me tardé mucho en hacerlo.
-Listo? - Me dice una vez que salgo del baño.
-Si ahora hay que esperar- Estoy nerviosa, no estoy lista aún. Me falta mucho en mi carrera y no es como que esto es planificado, pero también pienso que será algo nuestro, de Nicholas y mío. Tengo la cabeza como una montaña rusa, no sé qué pensar o que sentir. Me siento mal, a veces me siento egoísta por pensar en mi carrera antes y a veces pienso que podría con todo.
Ya paso el tiempo y no me puedo mover para mirar el resultado, debo ser la persona más cobarde de todo este maldito planeta. Le pido a Liz que lo mire, yo no soy capaz.
-Lía- Mira el test y luego a mí, repetidas veces.
-Ya suéltalo- Se acerca a mí.
-Míralo tú misma- Levanta el vendito test y yo me quedo inmóvil, me tiembla el cuerpo, mi cabeza late como un demonio y mi piel pierde todo rastro de color.
POSITIVO.
Grande y conciso, estoy embarazada.
Liz me abraza conteniendo mi llanto y agradezco que lo haga porque a duras penas me puedo sostener en pie. Estoy sintiendo tanta cantidad de emociones que ni siquiera soy capaz de ponerle nombre.
-Amiga hermosa- Sigo llorando- Vas a ser mamá! Ya no llores más te vas a deshidratar. ¿Dime que estás pensando? Estas feliz? ¿Quieres tenerlo?
- Yo... yo no sé...- Sigo llorando- No estoy lista para esto- Toco mi vientre plano y calmo un poco mi llanto- No sé qué hacer, pero siendo honesta cuando vi el positivo mi corazón latió más fuerte.
-Entonces yo sí creo que ya sabes tú respuesta- Me abraza y besa mi cabeza- No importa cuál sea tu decisión yo voy a estar para ti siempre.
-Lo sé- Vuelvo a tocar mi vientre- Debo hablar con Nicholas, también es una decisión que él debe tomar.
Salimos del baño y después de tratar de poner toda mi atención en algunos pacientes más ya es hora de irme, miro mi reloj cuando termino de revisar unas fichas médicas y sé que mi esposo ya debe de estar por llegar.
-El rubio te luce bien, pero el morocho te hace ver sublime- Me giro anonadada al escuchar esa voz que reconozco al instante. Alex Wagner frente a mí, más alto y guapo de lo que recuerdo.
-Que haces aquí? - No salgo de mi asombro y ni siquiera sé que decir. Ciertamente después que se fue a Alemania no pensé en volver a verlo jamás.
-Bueno has estado fuera toda la semana y hoy no tuve posibilidad de verte- Se acerca a mi poniéndome en alerta- Soy el nuevo jefe de neurocirugía, es decir tu nuevo jefe.
Si oficialmente me quedo de piedra en mi lugar,
-Pero... pero tú vives en Alemania- Me siento estúpida al decir aquello- No entiendo como dejas la dirección de un instituto de prestigio por ser jefe de un departamento.
-Digamos que quería un cambio- Sonríe y sé que nada bueno va a traer esto- Cuando me ofrecieron el puesto me hablaron maravillas de ti, sabía que ibas a ser brillante Amalia.
-Gracias- Trato de hilar un pensamiento- Alex yo...
-Volví por ti- Suelta sin más- Sé que ha pasado tiempo, pero no he podido olvidarte.
Me deja muda, sin saber que decir ante esa confesión, pienso que debe ser broma, que no puede volver después de casi cinco años a decirme aquello. No porque me afecte de alguna manera, yo amo a Nicholas es el amor de mi vida y eso no lo cambia nada ni nadie, es que simplemente me parece descabellado. Estaba a punto de responderle cuando veo que la misma fastidiosa mujer con acento alemán toma el brazo de Alex y ahí las piezas empiezan a encajar.
-Veo que ya se encontraron- Me mira con desprecio- Alex mi amor no hacen falta las presentaciones ya nos hemos conocido.
-Amalia yo...- Levanto la mano para frenarlo es casi inaudito que me haya dicho lo que me dijo estando comprometido y él lo sabe.
-No hace falta decir nada Doctor Wagner- Marco distancia y me dirijo a ella- Realmente no sé qué piensa, le dijeron o se imaginó, pero no voy a volver a tolerar amenazas de su parte en mi lugar de trabajo, no me obligue a tomar medidas señorita.
-Que? - Alex gira su cuerpo para mirar a su prometida y no de una buena manera.
-Dejemos algo en claro, Alex y yo tenemos un pasado, pero es eso señorita Müller pasado, no me interesa más que una relación profesional con el- Ahora hablo para los dos para que Alex entienda que no tiene ninguna chance conmigo- Estoy felizmente casada y lo último que quiero son confusiones o problemas en mi lugar de trabajo.
-Que? ¿Cómo que casada? - Ahora él se gira para mirarme fijamente a mí- Con quién?
-Conmigo- Dice una voz a mis espaldas, su perfume me llega y su mano apretando mi cintura fuerte cuando llega a mi lado me hace sonreír, lo miro y sé que no está contento de verlo- Tiempo sin verte Wagner.
-No puede ser, ¿enserio Amalia? - Su prometida lo mira sin poder creerlo, pero también mira a mi esposo devorándolo, Nicholas está molesto, pero por el brillo en sus ojos sé que lo está disfrutando y yo bueno... estoy tan cansada que lo único que quiero es irme a casa.
-Claro que es enserio- Responde Nicholas- No importa ni las circunstancias ni el tiempo cuando encuentras a tu alma gemela, mi esposa y yo estábamos destinados a estar juntos.
-Qué bello lo que acaba de decir- Le dice la rubia sonriéndole- No nos han presentado, Greta Müller un gusto...
-Nicholas Grey... un gusto señorita Müller- Nicholas me da un apretón más fuerte en la cintura bajo la atenta mirada de Alex y estrecha su mano con la de ella- Ahora si nos disculpan quiero llevarme a mi esposa a una cita. Buenas noches.
Saludo al igual que él y nos vamos, salimos en silencio no me dice nada lo que me hace pensar que quizás lo de la cita fue para molestar a Alex. Quiero hablar con él, lo necesito hay tanto para decirle que ni sé por dónde empezar.
El camino a casa es silencioso, ninguno dice nada. Yo no sé cómo si quiera decirle que estoy embarazada, sé que lo me dijo hace unos días atrás, pero una cosa es algo a pensar a futuro y otra cosa es que esté sucediendo ya. Tengo mucho miedo.
Nicholas no ha dicho ni una palabra y eso me asusta más, tiene la mirada fija en el camino y está apretando tan fuerte el volante que se le marcan los nudillos de las manos. Yo solo lo miro sin decir nada y cuando me doy cuenta estamos en el estacionamiento de casa. Detiene el auto y se quita el cinturón de seguridad haciendo lo mismo con el mío para luego volver la vista al frente.
-No me gusta para nada su regreso y como te miraba- Lo suelta pero no me mira.
Está enojado lo conozco y sé que esto me va a traer problemas porque lo conozco no le va a dejar estar, así como así...