El miedo recorre mi cuerpo mientras me pregunto cómo pudo haberme descubierto, pero ahora no tengo tiempo para buscar una respuesta, debo darle la vuelta a las cosas y fingir confusión.
—¿D-de que estas hablando Christian? ¿Te volviste loco? —le pregunté haciéndome la desentendida.
—No pero si no es ella, ¿Quién mas podría ser? —murmuró como si estuviese hablando con el mismo y nuevamente su mirada acusante y llena de ira vuelve hacia mí— Dime qué es lo que quieres a que estas jugando Mía, ¡Dímelo ya!
No puedo evitar respirar aliviada...
—Solo quiero redención, quiero estar con esos niños como una verdadera madre —le dije con tranquilidad.
—¡No, no, tu estás mintiendo! Les quieres hacer daño —insistió— ¡Ah, ya sé!, Quieres hacer que te quieran para lastimarlos después —aseguró y golpe
