Llego a casa de los padres de Christian, me seco las lágrimas, respiro profundo y toco el timbre; la madre de Christian abre la puerta. —Mía ¿Q-qué haces aquí? Pensé que te tardarías, a penas los acabas de traer hace poco —pronunció y antes de que yo intentara darle una explicación, ella se adelanta— ¡Ah! me imaginó que ya volviste a ser la de antes y te los llevarás insultando a todos a su paso. Trato de reunir todas mis fuerzas para no gritar de desesperación, coraje y dolor. Yo entiendo sus razones para tratarme así pero ¿¡Quién carajos me entiende a mi!? En mi interior grito llena y por fuera respiro profundamente y me fuerzo a sonreír. —No señora Adela, vine porque se canceló mi cita con Christian y pasé por ellos porque mañana tienen clases pero si usted quiere puedo decirle a B