Mientras hablaban, la condujo hacia el centro del vestíbulo. Justo cuando llegaron, la orquesta empezó a tocar de nuevo.
“¿Quieres unirte a mí en el Zolthen?” preguntó Jusser antes de que Tyla pudiera formular una respuesta a su pregunta anterior.
Tyla vaciló por sólo una fracción de segundo. Jusser tomó su silencio como consentimiento y la arrastró a sus brazos a tiempo para la música. Había sido una emboscada suave y cronometrada perfectamente.
“Supongo que estás aquí para ver el comienzo de la Búsqueda del Tesoro”, dijo Jusser mientras giraba suavemente alrededor de él.
“En cierto modo, sí.”
Ella retrocedió un paso lejos de él mientras sostenía su mano izquierda en la mano derecha de él y se agachó bajo su brazo para subir detrás de él.
“Esperaré que estés abajo en el Hermes para que me vayas” Le soltó la mano con la izquierda, tomó su otra mano con la derecha y volvió a girar para mirarla.
“Me temo que será un poco difícil” dijo, acercándose a él y deslizándose el brazo libremente alrededor de su cintura. Juntos avanzaron tres pasos hacia la derecha de Jusser.
“Estaré a bordo del Honey B en ese momento.”
“¿El barco de Bred? ¿Está en la Búsqueda? Jusser la empujó suavemente lejos de él y ella hizo una pirueta.
“Sí, fue una entrada de última hora.” Esperó el ritmo requerido, luego saltó al aire y bajó con un pie. Su compañera tomó su pierna libre, se arrodilló y la deslizó sobre su hombro. Luego, agarrando una mano extendida, la levantó en el aire.
“¿No preferirías estar con un ganador?”
“Tengo la intención de hacerlo.”
La giró una vez y luego la dejó caer de nuevo. “En realidad no esperas que ese prostíbulo que tiene sea un contendiente serio, ¿verdad?” Se volvió a medio camino, de modo que los dos se pusieron espalda con espalda.
“Ciertamente, sí” dijo, dando cinco pasos hacia atrás mientras tomaba un número igual para que sus espaldas permanecieran juntas. “Porque voy a correr la Búsqueda por él.”
“Aha, ahora está claro. Me preguntaba por qué Bred bajaría de su nube y se uniría a los demás.”
Dieron tres pasos a su derecha, dos a su izquierda, luego se volvieron para que volviesen a verse cara a cara. Es su hermana quien tira de las cuerdas.
“Como las mujeres no pueden entrar por su cuenta, le pedí a Bred que se inscribiera en la Búsqueda como un favor para mí. Él estuvo de acuerdo, siempre y cuando haga el trabajo real.
Se agarraron las muñecas el uno al otro e hicieron dos largos pasos. “Me ha dado el mando temporal de su nave.”
“¿Y por qué estás tan interesado, de repente? Siempre has preferido las fiestas de los juegos.”
“Siempre ha habido un...”
En este punto, el baile requirió un intercambio momentáneo de parejas. Se enfrentaron a una pareja cercana e hicieron unos ligeros giros con otros antes de reunirse de nuevo. “DeVrie en la Búsqueda del Tesoro” continuó Tyla con facilidad “Y por lo general hemos ganado también.”
“La sonrisa de Jusser se ensanchó.” Pero no la última vez.
Su enojo hacia él se duplicó. “No necesitas ser tan macabro. Si mis padres no hubieran muerto, habrían ganado. Tuvo suerte.”
Estaba tan loca que casi se perdió un paso, pero se recuperó a tiempo y mantuvo su dignidad haciendo que su lapso pareciera ser un adorno.
“La suerte no tuvo nada que ver con eso, querida.” Se abrazaron las manos y caminaron en un pequeño círculo.
“Simplemente jugué eso como si tocara todo lo demás: ganar. Y lo hice.”
Los rígidos requisitos de los Zolthen ahora exigían un abrazo. Tyla puso los brazos discretamente alrededor de su compañero, pero no había nada planeado para achuchar a Jusser.
“Mis agentes han encontrado recientemente nuevos afrodisíacos exóticos para mí” susurró al oído “y estaría encantado de compartir mi primera muestra de ellos contigo.”
Empezaron a darse un achuchón, cuando el baile les obligó a dar un giro sobre ellos mismos con el pie derecho, para volver a juntarse. Jusser lo hizo perfecto. Tyla simplemente se alejó de él, dejando Jusser a adrede sin pareja en el medio del salón.
Nadie más había dejado solo a su pareja en el medio del Zolthen. Tal acción era considerada como un insulto, y Jusser quedó completamente mudo. Lo peor de todo, a demás de haberlo echo sin decir palabra alguna, fue el hecho de que al instante todos los allí presentes se dieron cuenta, y la sala se convirtió en un hervidero. Nadie regresó al baile.
Tyla estaba furiosa, incluso para alguien que siempre mantenía la cabeza fría como ella. Abandonando a Jusser en el medio del Zolthen era un insulto de grandes proporciones, pero tenía que haber algo más que pudiera hacer. Regresar junto la alejaría del resto de la fiesta. Tyla DeVrie era una gran experta en andar por el filo de la espada, y un insulto tan ordinario como eso no cambiaría nada.
Anduvo con resolución hacia la solitaria figura del androide que estaba sentada en una de las mesas. Había sido tan fuerte el haber sido desmoralizado que no se dio cuenta de su llegada. “¿Te importaría terminar este Zolthen conmigo?” preguntó ella.
El androide la observó, contemplando ensimismado. “Eh... ¿quien? ¿yo?”
Ella repitió la pregunta.
“Pero nosotros... nadie nos ha presentado. Quizás no sabes quien soy.”
“¿Es necesario?”
“Eh, no, no. Creo que no. Bueno, ningún problema. Los androides salen de las fábricas ya adultos, por lo que parecen que el tiempo no pasa en balde para ellos” dijo “sesenta o por ahí, supongo.”
Este parecía tener apenas veinte años, más un chico que un hombre. Según los cánones de la Sociedad, vestía de etiqueta, ropa de marca, pero del año pasado, cosa que mostró su ignorancia.
Tenía la parte afeitada de moda en su cabello, pero apenas tenía un centímetro de ancho. El androide era alto y delgado, con unas extremidades exageradas, como si hubiera sido construido para poner de manifiesto las simpatías maternas en las mujeres sin alienar a los hombres. Parecía desesperadamente inocente y desconcertado, pero no sin un poco de encanto infantil.
Es una entidad artificial, recordó Tyla a si misma, creada en un tubo de prueba y evolucionado en un tanque para servir a una función específica.
Tomó su mano y la llevó de vuelta a la pista de baile, observando la reacción de Ambic Jusser por el rabillo del ojo. Era tan bueno como había anticipado. No estaba muy contento. Tampoco había ninguna de las otras personas en la fiesta que había trabajado duro toda la noche para ignorar el androide. Ahora su presencia había sido reconocida por una de las personas más importantes de la Sociedad y su condición había sido planteada por su invitación a la danza.
Tyla podía percibir la ira y la indignación que irradiaban por el vestíbulo, disfrazados por las sonrisas cortés y las expresiones vacías. Y no le importaba. Su posición era lo suficientemente estable como para aguantar cualquier tormenta; Lo importante era que su venganza sobre Jusser fuera lo más completa posible. No se recuperaría rápidamente de este golpe.
Cuando empezaron a bailar se volvió dolorosamente obvio que el androide era tan torpe como parecía. Tyla fingió no darse cuenta, e incluso hizo lo mejor que pudo para ocultar algunos de los errores más evidentes de la criatura. Ella se mantuvo a distancia y se concentró en el baile, con los ojos enfocados hacia delante.
“Bueno, yo debería presentarme a mi mismo, por lo menos” dijo el androide con un tono de preocupación. “Mi nombre es Johnathan R.”
“Muy bien por ti” contestó Tyla. Las circunstancias la llevaron a tener que bailar con esa criatura, pero no tenía pensado ser educada con él.
El androide se dio prisa y pasó por alto dos pasos. “Sé que eres Tyla DeVrie, porque oí al androide anunciar tu llegada junto a la puerta.”
“Que listo.”
Se ahorró unos pasos más y Tyla se estremeció. ¿Tenía que ser un bufón?
“Mistress DeVrie, eres muy hermosa y estoy seguro de que podrías haber bailado con cualquier hombre en la fiesta esta noche. Obviamente no me gustas. ¿Por qué me pediste que bailara?”
“Nunca antes había bailado con alguien como tú.”
Se detuvo por completo. “Oh. Bueno, estoy seguro de que lo encontraste una experiencia novedosa y emocionante. Ahora, si me disculpas, señora DeVrie, tengo algo importante que hacer en mi mesa. Muchas gracias por el baile.” Y se fue, volviéndose de espaldas a ella y caminando hacia la mesa que había ocupado toda la noche.
La orquesta dejó de tocar. Todo el mundo dejó de bailar. Las conversaciones cesaron. Y todos los ojos se fijaron rígidamente en un solo punto dentro del enorme vestíbulo.
Tyla podía sentir, de manera remota, la atención que estaba recibiendo, pero necesitaba incluso ese poder tan concentrado para registrar algo en su cerebro. Su mente se había quedado entumecida. Esto no podía estar pasandole a ella, no a Tyla de Vrie. ¿Cómo podría un androide atreverse a pisarla de aquella manera, especialmente después de que ella se condescendió a bailar con él? Su única compensación por su gracia había sido despreciarla a los ojos de todos los que le importaban.
La sonrisa estaba de nuevo en los labios de Ambic Jusser. Había vengado el insulto de Tyla sin siquiera intentarlo. Empezó a acercarse a ella de nuevo. Desde el otro lado del pasillo, el Barb también empezó a moverse hacia ella, con una expresión extrañamente extraña de simpatía en su rostro.
Pero Tyla no dejaría que eso sucediera. En el peor de los casos, y en lo que a ella concernía, esto era lo peor: conservaría su honor. Con auto control perfeccionado de años de entrenamiento social, levantó la cabeza con orgullo y marchó al tubo de gravedad. El campo se congeló sobre sus pies cuando entró, levantándola suavemente hacia arriba hasta llegar al entrepiso. Salió del tubo y, con dignidad, del salón.
Los reporteros seguían allí, sin darse cuenta del cataclismo social que acababa de ocurrir. Tyla DeVrie caminó regiamente más allá de ellos y levantó su pulgar izquierdo graciosamente sobre el escáner. Momentos más tarde, su limusina se acercó a la acera, su puerta se abrió, entró y la puerta se cerró otra vez, ocultándola de los ojos humanos.
Sólo entonces se desmoronó su escudo emocional. “Spaceport”, dijo con una voz apenas audible, con sus manos temblando tanto que tuvo que probar tres veces antes de que ella pudiera colocar su pulgar sobre el escáner para verificar su identificación.
La limusina se deslizó por aquella calle oscura.