PV ZAC
¡Mierda!, ¡Mierda! No creí que Alaia escuchara mi conversación, y mucho menos me imaginé que esa perra de Sara me llamara, la verdad me extrañó mucho que me llamara y menos en ese plan tan cariñoso en que lo hizo.
Pero Alaia me tiene que escuchar, no quiero que piense mal de mí. Tengo que explicar el porqué sigo con Sara, y aunque ella no quiera me va a escuchar, sí o sí.
Me voy corriendo hasta llegar a su habitación, al llegar mis nervios explotan, respiro profundo y abro la puerta, y es el peor error que pude haber cometido, está sólo en ropa interior.
—¿Qué diablos haces aquí? ¿Acaso no te enseñaron a tocar la puerta? —sin poder evitarlo mis ojos recorren su cuerpo de pies a cabeza, ella es simplemente perfecta.. —¡Zac te estoy hablando!.
—Lo siento, lo siento —digo reaccio
