PV ZAC
Tengo más de media hora esperando a que mi madre salga de la habitación, de la mujer de ojos azules, todavía no se cómo se llama, ya que Henry entró con ellos.
Mientras esperaba di un millón de vueltas por el pequeño pero acogedor apartamento, pude verlo detenidamente y sólo tiene un cuarto, la sala, una pequeña cocina, un baño, todo muy pequeño, hasta pude visualizar un pequeño patio.
La verdad, no soy una persona que discrimina a los demás por su posición económica, al contrario, trato de mantener los pies bien puestos en la tierra, me gusta ayudar a la gente, y hacer lo posible porque salgan adelante.
Eso me enamoró de Sara, es una mujer muy humilde, cariñosa, le encanta ayudar a los necesitados, y sobretodo le encantan los niños, nunca había conocido a alguien igual.
La puerta de la habitación se abre y sale mi madre mucho más tranquila de lo que llegó.
—¿Cómo está la señora? — Mi madre frunce el ceño, por un momento pero me contesta.
— Está bien, Alaia es una mujer muy fuerte. — ¿Alaia? Así que ese es su nombre.
—Y su hijo, ¿Cómo se encuentra?
—¿Hijo? — vuelve a fruncir el ceño.
— Mamá, ¿quieres por favor dejar de hacer caras cada vez que pregunto algo?
—Hijo, ven siéntate, — dice mi madre señalando el sofá, yo hago lo que me dice. —Mira, Alaia no es una señora, es apenas una jovencita de 20 años — abro los ojos como platos.
— ¿20 años y ya tiene un hijo tan grande?
—Henry no es su hijo, es como si lo fuera y es que él hasta mamá le dice, pero la verdad es que Henry es el hermano menor de Aila, cuando ella tenía 17 años y el pequeño 4 años quedaron huérfanos, ya que sus padres sufrieron un accidente, por lo que ella dejó de estudiar faltando muy poco para graduarse, y empezó a trabajar para sacar a su hermano adelante.
—¿No tenían más familia? — mi madre niega.
— Sólo sé que tiene un familiar, pero que esa mujer les saca hasta lo que no tiene. Es cruel, ambiciosa, y sin corazón, por lo que Alai pasa diciendo que ella y Henry se tienen el uno al otro.
Me quedo realmente sorprendido por lo que me dice mi madre, es increíble cómo está joven ha salido adelante por ella y su hermano, y ¿quién será esa mala mujer que en lugar de ayudar les saca el dinero a esta increíble mujer?, porque eso es lo que es Alaia una increíble mujer.
—¿Y qué es lo que tiene Alaia? — los ojos de mi mamá se llenan de lágrimas y yo me asusto, ¿Acaso se va a morir? — ¿Qué pasa mamá?, ¡No me asustes!
—Alaia es de esas personas que para ella están primero los demás y luego ella, trabaja mucho, y casi no se alimenta bien, y estar tres años así le está pasando la factura tiene una anemia demasiado fuerte, está muy baja de peso, y sus defensas están muy bajas, si ella sigue así podría ser fatal. — sin saber porque me levanto muy enojado del sofá.
—Pues creo que es una irresponsable — dije muy enojado.
—¡Zac! no hables así sin conocerla, Alaia es la mujer más buena, noble y pura que conozco. No hay dos como ella en el mundo.
—Pues permíteme dudarlo, ya que para mí Sara es así — mi madre pone los ojos en blanco al mencionarla, pero no me importa — además, sí ella sabe que tiene un niño a su cargo ¿porque no se cuida? ¿Acaso no sabe que si le pasa algo el niño queda solo?
—Ella lo sabe Zac — dice mi madre claramente muy enojada — Ella se a puesto horarios de comida para ver si se recupera, pero el maldito trabajo que tienen la explotan, si Alaia no va porque estuvo enferma como el día de hoy por ejemplo, mañana tendrá que ir y trabajar 24 horas seguidas y si acaso comerá dos veces, luego vendrá, se bañará, ayudará a su hermano con las cosas de la escuela, le hará de comer, se irá a acostar una o dos horas y luego se irá otra vez a trabajar.
Mi cara es de asombro total, me vuelvo a sentar en el sofá ¿Cómo puede una persona aguantar tanto?.
—Por amor hijo — contestó mi madre la pregunta que no formulé con palabras. — Tengo dos años al lado de ellos, he querido que Alaia se vaya a un lugar mejor, un trabajo mejor, pero no sé qué porque tiene tan mala suerte, trabajo nuevo que logra conseguir, el día que se presenta a trabajar, le dicen que lo sienten pero que no la necesitaran, le he conseguido dos apartamentos y antes de que firme el contrato me dicen que ya fue ocupado, no sé qué es, pero Alai ya se resignó. Ella ha sufrido mucho pero aún así no deja de sonreír y tratar de seguir adelante, y lo hace solo por Henry.
—Madre, ¿Cómo puede una persona sufrir y aguantar tanto?, Osea a pasado mucho para ser tan joven.
—Lo sé, Alaia es una mujer admirable. — asiento porque realmente tiene toda la razón, y para que mi madre la defienda tanto es porque tiene que ser una gran mujer, una mujer que ocupa ayuda inmediatamente y yo ya sé que voy hacer.
—Esa mirada la conozco — dice mi madre sonriéndome.
—¿Puedo hablar con Alaia? — le pregunto con cautela a mi madre.
—Claro, Pero antes quiero saber que se te ha ocurrido en esa cabecita.
— Ayudaré a Henry y Alaia, los llevaré a vivir conmigo.