Capítulo 4.

2194 Words
Y entonces estábamos desdé el principió. Agradece que la operación fue todo un éxito, pero ya nunca más tendría la oportunidad de ser madre. O eso fue lo qué pensé hasta que me dijeron que Gloria, mi mejor amiga casi mi hermana había dado a luz una hermosa bebé. Más pareciera que las cosas no estaban de mi lado hoy. No esperaba que la bebé fuese prematura y con ello mi amiga muriera en su parto. Por eso ella estaba tan sombría cuándo hablaba sobré su embarazo. Pero no dudaba que ella hubiera sido una gran madre. Tomé la mano de mi amiga la cuál estaba fría. Juraba que su tono de piel era mucho más blanco. sus labios estaban morados y sus cabello marrones perdían color cada vez más. Unas lágrimas se resbalaron por mis mejillas. ¿Por qué ella? ¿por qué tenía que irse y dejarme sola? La única persona además de mi madre que me conocía a la perfección. -¿Esto era lo que no querías contarme verdad?-Susurre.-Sabías que tu embarazo era de alto riesgo y aún así seguiste adelanté con el...-Solloce.- Quería llorar y gritar muy fuerte. El dolor que sentía en mi pecho era igual que cuándo murió mi madre, pero con la diferencia de que yo no pude despedirme del cuerpo de mi madre, cuando me había dado cuenta ya estaba en una tumba enterrada. Los funerales no son algo que les guste a las personas puesto qué se sufre mucho. yo no era la excepción, sufría demasiado al saber que nunca más escucharía los chillidos y gritos de mi amiga. Que nunca compartiría momentos de felicidad con ella aunque fuese el mínimo de ellos. Ahora sólo quedaba seguir adelante. De Gloria solo me quedaba su pequeña hija, Pareciera que el destinó puso en mi camino a esa pequeña criatura pues yo no podría tener hijos, pero que a cambió gloria se fuera me rompía el corazón. -Hannie...-Escuchar nuevamente esa voz hace que mi cuerpo sufre escalofríos. Limpié mis lagrimas con torpeza mientras me giraba para encarar al dueño de esa voz.- -¿S-si diga?-Murmure. Incapaz de levantar la vista. sabía de quién se trataba y j***r. solo había visto una sola vez al doctor Brooks, y me sentía penosa de verle a la cara y que descubriera que yo estoy llorando.- -Por favor no ocultes tus sufrimientos...-Dijo con voz tranquila.-Todos pasamos por esto y tarde o temprano vamos a morir, la muerte es algo que no podemos evitar.-Asentí.- -Lo sé.-Respondí.-Duele mucho...Gloria era como mi hermana.-Dije.- -Puedo comprobar que sí. Lo que estás haciendo por esa pequeña vale mucho más de lo que te imaginas.-Asentí nuevamente. no quería por ningún motivó levantar la cabeza.- -Es lo menos que puedo hacer...después de todo esa pequeña no tiene familia.-Murmure.- Todo mi cuerpo se tensó al sentir la mano del Doctor Brooks en mi barbilla, haciendo qué lentamente levantará la cabeza. Mis ojos se posaron en los suyos. Él sonrió cálido. -Antes de qué gloria muriera me suplicó que te dijera que cuidaras a su pequeña...ella sabía que no estaría ahí para verle crecer.-Dijo.-Confió plenamente en que serás una gran madre para ésa criatura.-Mi corazón martilleaba fuertemente en mi pecho.- -Así será...-Pase saliva con dificultad. Esos ojos azules eran intensos, tenían mucho significado y misterio también. Éste hombre me intrigaba por completo.- -Pediré personalmente que preparen a tu amiga. se necesita que se ordenen los papeles de defunción. Si necesitas apoyo para ir no dudes en llamarme.-Dijo.- -Claro yo...no entiendo mucho de esas cosas.-Hice el intentó de sonreír.- El Doctor Brooks asintió. se había instalado un silenció algo incómodo hasta que él habló. -Sé de algo que, puede alegrarte.-Le mire curiosa.-Sígueme.-No protesté, todo era mejor si podía distraerme.- Pero antes de salir me acerqué hasta donde estaba mi amiga y dejé un pequeño beso en su frente. Sabía que ella estaría en un lugar mejor pero era sumamente difícil asimilar qué ya no estaría nunca más conmigo. Una vez fuera de la habitación tome todo el aire que mis pulmones me reclamaron. Por otro lado, el doctor Brooks me dio una mirada rápida y sonrió de lado. ¿Qué le hacía tanta gracia?. Ahora no tenía tiempo de pensar en eso, me dijo que le siguiera y eso hacía. Caminaba justo al lado de él. Era increíble lo guapo que era, pareciera uno de esos doctores de telenovelas. Demasiado para ser de verdad, me percaté de el pasillo al cuál nos dirigimos más no dije nada. El pasillo estaba un poco vacío con cinco personas o más. algunas enfermeras que saludaban al doctor con sonrisas amables, Llegamos al pabellón de recién nacidos ya sabía a dónde nos dirigimos. -Es hora de alimentar a la pequeña Luam.-Su voz me sacó de mis pensamientos.- -Muchas gracias por traerme aquí.-Sonreí.- -No agradezcas.-Dijo.-Ahora eres la madre de la pequeña, vamos.-Asenti. ingresamos al lugar dónde estaban dos los bebés, más atrás los prematuros.- Observé cómo una de las  enfermeras que atendía de Luam intentaba de darle de comer mas esta negaba y se movía inquieta. Cuándo nos acercamos la enfermera nos miró apenada. -No quiere comer.-Explico.-He intentado de todo pero nada funciona. lo siento.-Se disculpó.- -No importa, ahora mismo le daremos de comer.-Dijo el doctor.-permítame.-La enfermera asintió y dejó a Luam en los brazos del doctor quién le regaló una hermosa sonrisa a la pequeña.- Me acerqué para verla más de cerca. Era tan pequeña y frágil, era hermosa sin duda. Luam se encontraba cómoda en los brazos del doctor y sin dudarlo tomaba de la botella. La escena ante mis ojos era adorable, no evitaba que mi corazón se estremeciera por lo que veía. -Ya está...-Levanté la vista.- -Gracias por alimentarla.-Sonreí.- -Es un placer hacer este tipo de cosas, después de todo es mi trabajo.-Dijo.-Te estoy mal acostumbrando, luego no querrás comer con nadie qué no fuese conmigo.-Quería soltar un chiquillo por cómo le hablaba a la bebé.- Luam tenía los ojitos abiertos, un poco cansados puesto que recién acaba de comer. No esperaba más para tenerla en mis brazos y darle todo mi amor. -¿Cuándo podrá salir del hospital doctor Brooks?-Pregunte. el nombrado dejó con cuidado a Luam en la incubadora completamente dormida.- -Si sigue así podrá salir cuando menos lo esperes.-Respondió.-Es una bebé muy tranquila, casi no llora pero cuándo se trata de comer no lo hace con todos.-Asentí.- -Por lo que he visto ella se rehúsa a comer con las enfermeras. La primera vez que he venido a darle de comer lo hizo inmediatamente.-Dije.- -Me alegra escuchar eso.-Sonrió.-¿Ya tienes todo lo que necesita la pequeña?-Entonce había caído en que ni siquiera tenía mi departamento decorado, y tenía muchas cosas qué comprar para la llegada de Luam a mi departamento.- -Oh...dios no...-Me di un golpe mental.-Aún no he comprado nada para ella.-Mordí mi labio.-¿Eso me hace una mala madre doctor Brooks?-Pregunté haciendo una mueca.- -Por favor llámame Ángel.-Mi cuerpo sufrió otro escalofrío.-Y no. sólo eres una madre primeriza, no siempre sé es perfecto.-Sonrió.- -Quizás tiene razón...Angel.-El asintió. me encogí de hombros.- Platicamos un poco más sobre la habitación para Luam. tenía que comprar muchas cosas entre ellas la cuna, ropa, pañales etc. Pero lo que me sorprendió fue que Ángel me dejará su número de teléfono si necesitaba ayuda con algunas cosas. Y aunque me negué a recibir ayuda insistió. Tal parecé que no podía negarme en lo absoluto. (...) -Todos estamos aquí reunidos para despedir a Gloria Woods. No cabe duda que su familia y amigos sienten una gran tristeza por su partida. Pero sabemos qué se sacrificó para darle una oportunidad a una nueva vida. Su hijo...-Observa con mucha atención el ataúd en dónde sé encontraba mi amiga. En cualquier momento llovería no cabía duda. No faltaba mucho para qué nunca más volviéramos a vernos.- Una vez que bajaron el ataúd de mi amiga. la lluvia empezó a caer, pude ver que todos los compañeros de oficina de gloria estaban aquí. Entre ellos mi padre, Chanel y Adriána. No sabía la razón del por qué Chanel estaba aquí, supongo que por ser esposa de mi padre. -Lo siento mucho hija...-Levanté la vista y vi a mi padre. Este tenía rostro sombrío.-Conocía a gloria desdé pequeña y ahora no está.-Dijo.- -Se qué ahora, está en un lugar mejor.-Respondí neutral.- -Lo siento mucho Hannie...-Adriana me abrazo.-Si te sientes mal, no dudes en ir a casa ¿si?-Deje un beso en la cabeza de mi hermana.- -Lo pensaré pequeña.-Sonreí de lado.- -Vale, si sucede la más mínima cosa me llamas.-Adriana me abrazo mas fuerte.-Vamos papá...-Mi padre asintió y se fue con Adriana. Dejándome sola con Chanel...- Chanel me dio una mirada y sonrisa de superioridad. Eso no significaba nada bueno. ¿por qué? esa mirada traía siempre problemas. -Después de todo tu amiga decidió seguir adelante con un embarazo de alto riesgo ¿no?-No respondí.-Pudo simplemente haber abortado a ése bastardo que llevaba en el vientre. y solo imagínate mi padre tenía.-Dijo burlona.-Supongo que la suerte no es para todos.-Río.- -No te permito hablar así de mi amiga.-Chanel levantó una ceja.- -Espero que tu amiga se haya llevado esa cosa con ella.-Esa fue la gota que derramó el vaso. Estaba hablando de Luam mi niña.- Mi mano se dirigió sola al rostro de Chanel. Quien se quedó impactada y llevó su mano hasta su mejilla, mi sangre hervía en rabia. Sabía que ella era la culpable de la muerte de mi madre y que ahora hablara mal de mi amiga recién fallecida. ¡y como sí no fuera poco se atrevía a insultar a mi niña! -¿¡Que demonios te pasa estúpida!?-Gritó.- -¡Callate zorra barata, no te permito que hables así de mi amiga y su bebé!-Grite.- -¡Te enojas por la verdad, ella se busco su propia muerte junto con su bastardo también!-Con la poca distancia que había entre ambas lance a Channel al piso, su ropa se había llenado de lodo.- -¡Dije que te calles!-Las lágrimas bajaban de mis ojos igual como la lluvia lo hacía. Chanel me miró con pánico. justo cuándo estaba a punto de lanzarme contra ella alguien me había sujetado de la cintura y apartándose también.-¡Suélteme!-No sabía quién era.- -¿¡Qué demonios está pasando aquí Hannie!?-Grito mi padre con el rostro rojo.- -¡Tu hija está loca, se atrevió a golpearme solo por que le di mi pésame, de la nada me atacó!-Chillo channel.- -¿¡Que demonios Hannie!?-Mi padre me miró molesto.- -¡Alejala de aquí sino quieres quedarte viudo nuevamente papá, llevatela!-Grite.- -¡Estas loca!-Grito Chanel quien se escondía detrás de mi padre. se estaba haciendo la víctima oh, cómo odiaba eso.- -¡Vete!-Quice hacer el esfuerzo de soltarme y darle más bofetadas pero quién sea que me estaba sujetando lo hacía muy bien.-¡j***r suelteme!-Chille.- -Dejala no vale la pena...-Esa voz hizo que automáticamente mi enojo pasará a segunda plana.- Era Angel... Suspiré varías veces tratando de calmar mi enojo. Mi padre miraba de manera extraña a Angel. Chanel por igual, está seguía sobando su mejilla. Al menos había logrado darle una bofetada ya qué hacía mucho que lo deseaba. Mi padre y Chanel se alejaron dejándonos sólos a Angel y a mi. Él aún seguía sosteniéndome fuertemente de la cintura. -Puedes soltarme...-Susurre.- -Lo haré si me aseguras no correr y buscar venganza.-Sonreí de lado.- -No lo haré, lo prometo.-Responderé. Él lentamente me fue soltando. Trague saliva queriendo con todas mis fuerzas evitar llorar.- -Tranquila, desahogarte te hará bien.-El nudo que tenía en mi garganta se fue y dejé que el primer sollozó se escapará, Ángel me acerco a él, sus manos acariciaban mi cabello mientras susurraba que todo estaría bien.- Por alguna razón me sentía cómoda con él. Tenía poco de conocerlo y dejaba que se acercará tanto a mi. Miré con una mueca el mensaje de texto que había en mi teléfono. El mensaje era de Ángel el cual me citaba a vernos en el centro comercial. "¿Te parecé si nos vemos en el centro comercial?, te esperó a las 2:00 de la tarde. estaré en la fuente." Mire mi reloj y justamente eran las 1:30 de la tarde. Tenía tiempo para vestirme e ir a ver a Ángel. Agradece que era fin de semana, quizás se había tomado un día libre del hospital. Me apresuré todo lo que pude y así llegué a tiempo. Busqué lo primero que encontré. Una falda por encima de las rodillas color pastel, una blusa de tirantes blanca y una polera de hombros al descubierto color amarrillo pastel, unas zapatillas también amarillas y una cola de caballo. Estaba lista. Al llegar al centro comercial caminé hasta la fuente. Había muchas personas, una en particular que alzó el brazo. sabía que era el Doctor Ángel. Sonreí y él también lo hizo. -¿Esperaste mucho?-Pregunte y él negó.- -No.-Respondió.-Llegue hace unos minutos.-Dijo.- -Bien, entonces ¿para qué estoy aquí?-Pregunte.- -Compraremos todo lo que necesité Luam claro.-Le miré.- -¿De verdad?-El asintió.- -Si. esto sería algo así como una cita.-
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