-Hannie ¿qué tienes?-La mirada de Adriana era de preocupación.-¿sucedió algo?-Pregunto.-
-Nada Adri. No sucede nada.- Sonreí forzada no quería que sé preocupara solo por mis decepciones amorosas.-
-¿Segura?-Insistió.-
-Segura.-Bese su frente.-Estare en mi habitación descansando. Si necesitas algo llamame.-Ella asintió.-
Tomé rumbó hacía mi habitación. Me encerré en está, caminé lentamente hasta el baño y me deshice de cada prenda que traía puesta. Necesitaba una ducha y quizás relajarme de lo que había sucedido hoy día.
¿Quién diría que cuándo decido ir al hospital en donde trabaja Ángel me encontraría con que sé estuviera besando con ésa tal Paulina?. Si tan solo hubiese sabido lo que pasaría ni siquiera me aparezco por ahí.
Pero ya no había de otra. Había escuchado todo como para no tener duda de ello. Angel estaba ¿comprometido?. Ya no sabía que creer, primero dice que es su Ex novia y ahora resulta que están comprometidos.
«Quizás solo sea una mentirá.»
«Tal vez ellos de verdad estén juntos.»
Negué con la cabeza alejando cada pensamiento que tenga que ver con Angel. Abrí la regadera dejando que el agua envolviera por completo mi cuerpo. Tenía la necesidad de llorar por alguna razón. ¿Por qué llorar? Angel y yo no somos nada. no lo entendía pero no podía evitar sentir un agudo dolor en el pecho.
-No lo entiendo...¿Porque duele aún qué no seamos nada?-Susurre.-
Decidí no darle más vueltas al asunto y seguir con mi baño. Cerré los ojos cuándo el agua chocó con mi rostro. Inmediatamente las imágenes de horas atrás aparecieron en mi mente. No quería pensar que era real, que ellos sí estuvieran comprometidos. Y que tal vez Angel Brooks solo sé distraía conmigo.
En definitiva no quería pensar en ellos. De todos modos seguía doliendo.
Mire inexpresiva los documentos frente a mi. No tenía cabeza para el trabajo, solo tenía en mente a Luam y Angel. Tenía que centrarme en mi bebé. Pensar en el futuro y esas cosas. ¿Le diría a Luam qué no es mi hija? ¿que su madre murió dando a luz y yo como su mejor amiga decidí que fuese mi hija por qué no tenía la posibilidad de ser madre nunca más? Era una historia loca pero era lo correcto. Luam tendría que saber de la existencia de su verdadera madre algún día.
También ella quizás preguntaría sobre su padre. Entonces ahí no sabría que decir. Escuchaba de casos de mujeres las cuáles habían adoptado y no sabían nada sobre los padres biológicos de sus hijos y estos lo tomaban bien. Otros no lo tomaban muy bien y se entristecían al saber que no eran sangre de sus padres. Pero ¿eso qué importaba? lo importante no es la sangre sino de las personas que te dan todo el amor que necesitas.
Tenía la seguridad de que Luam lo tomaría bien. Después de todo ella sabría que su madre la amaba incluso antes de que ella naciera. Ella lo entendería.
"Señorita Miller, el señor Steels quiere pasar a su oficina."
La voz de Nick me sacó de mis pensamientos. Rayos no tenía cabeza para nada hoy en día.
"¿Señorita Miller quiere que haga pasar al señor Steels?"
-Claro Nick...-Respondí.-Dile que pasé.-Dije.-
"Está bien señorita."
La puerta se abrió dejando ver al vicepresidente de la empresa y mejor amigo desdé hace años de mi padre tanto como de mi madre. También él que me conoce desdé que tenía uso de la razón.
-Tenemos muchas cosas de las cuáles hablar Hannie...-Dijo y asentí.-
-Ya lo creo.-Respondí.-
-Bueno. no te sientas presionada y dime todo lo que te afectó, quiero ser de ayuda pues me desconcierta saber que la presidenta tiene mala cara y anda en las nubes.-Me encogí de hombros. Los demás lo habían notado y ¿qué remedió quedaba? tenía que contarle lo que ocurría al señor Steels de todos modos.
-Está bien...-Dije. Empecé a relatar todo lo que había sucedido a lo largo de los meses. Desdé el embarazo de alto riesgo de Gloria y su muerte. Hasta que tuve cáncer de cuello uterino. Finalizé al decirle que ahora Luam era mi hija.
-Wow...todo es muy dramático.-Asentí.-Esa niña no es tu hija.-Dijo.-
-No me importa.-Respondí.-Ahora es como si lo fuera. Sabes que no podía dejarla sola, no cuándo su madre había muerto y no tenía idea de quién era el padre.-El señor Steels asintió.-
-Tienes un gran corazón Hannie. También mucha valentía.-Sonrió.-Tengo la confianza de que serás una gran madre para ésa pequeña.-Asentí.-
-No tengas duda de ello.-El señor Steels asintió. Me contaba de los avances de los últimos modelos de algunos relojes que pronto saldrían a la venta. Pero mi cabeza estaba en otra parte.-
Unos minutos después me encontraba en mi oficina revisando y firmando unos cuántos papeles importantes. Miré el reloj que estaba en la pared y faltaba mucho para la hora de salida. Yo quería estar con mi bebé cuidarle y darle besos como cada día lo hacía.
Antes no me importaba salir tarde. Incluso llevaba trabajo a toda hora y sólo estaba pendiente de la empresa. Ahora con Luam conmigo era diferente.
Ella es mi mundo ahora.
(...)
El toque de la puerta de mi oficina llamó mi atención. Los toquidos insistían más no sabía quién era. Seguramente el señor Steels había olvidado algo.
-Nick...¿tengo alguna cita pendiente?-Dije mirando extrañada la puerta.-
"No que yo sepa señorita, pero alguien quiere verla con urgencia."
Fruncí el ceño. ¿quién quería verme?. Según yo aún no era momento de hacer una reunión como siempre sucede cada jueves.
Mi corazón se aceleró al pensar que podría ser Ángel pero...yo no quería verlo...no ahora.
Suspiré y negué con la cabeza. Llevé mi dedo a la cajita que me comunicaba con mi secretario.
-¿Quién quiere verme Nick?-Pregunte.-
"Conno Blair señorita. ¿quiere qué le haga pasar?"
Genial. ¡Perfecto!, lo que me faltaba Connor. Bufé no estaba de humor para sus cosas sin duda.
-Dile que pase.-Respondí.-
"Está bien, señorita."
La puerta se abrió de inmediato dejando ver a Connor. Él siempre mantenía su mirada engreída y superior a la de las demás. Nada en el mundo podía cambiar eso de él.
-Hannie parecé que tenemos una eternidad que no nos veíamos.- Rodé los ojos.-
-Di a que vienes Connor, tengo trabajo por hacer.-Dije.-
-Tú siempre tan amorosa conmigo.-Dijo burlón.-Quiero que tengamos una cita.-Dijo.-
-Vale.-Respondí.-
-Y no aceptaré un no como respuesta...¿espera qué?-Me miró incrédulo.-
-Dije que sí.-Fruncí el ceño.-
Connor sonrió victorioso. Se acercó hasta mi escritorio. Su rostro estaba a una distancia considerable del mío.
-Sabía que pronto te darias cuenta de que tú y yo tenemos que estar juntos Hannie.-Dijo.-Al fin te diste cuenta de que ése doctor de quinta no es rival para mi.-Alardeó.-
-Si sigues alardeando te echaré a patadas y desecharé tu invitación por el caño.-Buffet.-
-En unas horas iré a tu hermoso departamento.-Me guiño un ojo. Y así como llegó Conor se fue.-
La puerta se cerró dejándome solo a mi con mil y un pensamientos. Suspire y me levanté, dejé los documentos a un lado. Suficiente trabajo por hoy.
Tenía que saber de Luam y distraerme con ella. Además aunque no lo quisiera tenía una cita con Connor...
Dios dame fuerza y paciencia para soportar a Connor Blair de no contrario lo apuñalaba con lo primero que viera solo para callarlo.
(...)
-Hannie...Hannie... Hermana...hermana despierta por favor. Luam no para de llorar.-Me levanté de inmediato al escuchar el nombre de Luam.-
-¿Adriana?, ¿qué pasó con Luam?-Pregunte sentándome en mi cama.-
-Me despertó y no a dejado de llorar.-Murmuró mi hermanita.-
-Ve a dormir yo revisaré a Luam. -Dije tomando mi bata y amarrado los lazos en la parte de la cintura.-
-¿No necesitas ayuda?-Negué con la cabeza.-
-No. Tu tranquila Adri, buenas noches.-Bese la cabeza de mi hermana y la envíe a dormir. Mire la hora y eran las dos de la madrugada.-
No espere más tiempo y me dirigí a la habitación de mi bebé. Su llanto era fuerte y cargado de querer atención. Una vez estuve cerca de la cuna me destrozó ver a mi pequeña llorando.
-Oh bebé...no llores nena estoy aquí.-Tome a Luam en brazos. Revisé su pañal y estaba sucio. Hice una mueca pero de todos modos le cambié el pañal y le di de comer. Pero aún así Luam no quería dormir o no tenía la intención de dejarme dormir.-¿Qué sucede cariño si no tienes sueño?-Luam me miraba fijamente. Empezó a balbucear cosas sin sentido. Era adorable y lo fue más cuándo la recoste en mi pecho justo donde estaba mi corazón. Luam se quedó quieta.
Mi bebé se había dormido escuchando los latidos de mi corazón.
La mañana del día siguiente fue agradable. Bueno lo era cuando estaba con mi hermana. Eran las ocho de la mañana y Adriána pronto tenía que ir al instituto y yo al trabajo mientras la señora Britt cuidaba de Luam.
-Hannie.-Puse atención a mi hermana.-Papá y mamá me han estado preguntando el por que ya no voy a casa.-Asentí.-
-¿Qué les dijiste?-Pregunte.-
-Les dije que estaba contigo y con la bebé...ellos no lo tomaron bien.-Adriána se encogió de hombros.-
-Adri, ellos tienen alguna razón para preocuparse...Digo son tus padres y tú eres menor.-Mi hermana frunció los labios.-
-No quiero volver ahí. Quiero quedarme contigo Hannie. Mamá y papá no me prestan atención, hacen muchos eventos en casa y esas cosas. Solo dicen que sea perfecta... ¿acaso la familia lo es?-Suspiré sabía a qué se refería.-
-Sé mejor que nadie por lo que estás pasando. También lo viví, tu eras muy pequeña.-Adriana asintió.-
-Quiero quedarme contigo y la bebé Hannie.-Adriana se levantó de su asiento, llegó hasta mí y se recostó en mi pecho.-Tu si me quieres...-Murmuró. Sonreí y abracé a mi hermana. Era tan adorable.-
-Veré que puedo hacer para que te dejan quedar conmigo.-Adriana me miró. Sus ojos brillaron.-
-¡Eres la mejor Hannie!-Chillo contenta.-
Hubiéramos seguido conversando de no ser por que Luam empezó a llorar. Adriana me acompañó a verla. Al igual que en la madrugada mi pequeña lloraba fuerte. Cuando la tomé en brazos para ayudarla no esperaba que Luam estuviera ardiendo. Literalmente ardía en fiebre, estaba rojita. Por lo que tuve que salir disparada al hospital no sin antes enviar a Adriána al instituto con el chofer.
El pánico me invadía al pensar que algo podría pasarle a Luam. Si algo le ocurría no me lo perdonaría.
Presente.
Angel había juntado nuestros labios en un beso desesperado y húmedo. Mentiría si digo que no lo eché de menos, que no echaba de menos estar así de cerca con él. Y que no extrañaba sus labios sobre los míos.
Nos separamos debido a la falta de oxígeno que nuestros pulmones reclamaban. Con respiraciones agitada Ángel había acercado su frente a la mía. Mi rostro ardía y seguramente estaba rojo también.
-Perdoname...yo de verdad necesitaba hacerlo.-Su voz salió ronca. Un escalofrío recorrió mi cuerpo por completo.-
-Ésta bien Angel...yo también quería que lo hicieras.-Susurré. Ángel sonrió de la única manera en la que solamente él podía hacerme sonreír también a mí.-
-Te necesitó conmigo Hannie. De lo contrarió terminaré Volviéndome loco por no tenerte.-Suspire. ¿podría ser más perfecto?.-
-También te necesitó Ángel.-Él se acercó a besar mis labios.-
-Necesitó saber algo primero antes de hacerte una pregunta importante.-Lo mire extrañada.-
-Claro... ¿De qué se trata?-Pregunté.-
-¿Paso algo con Connor Blair en la cita que tuviste con él?-Hice una mueca.-
-¿Cómo sabes eso?-Pregunté.-
-Da la casualidad de que los encontré en un restaurante. Mi amigo Max me obligó a ir.-Dijo.-por favor responde.-Pidió.-
-Ángel tú sabes de sobra que nada. Nunca pasará algo entre Connor y yo.-Ángel suspiró.-Me gustas tú.-Ángel me miró con sus penetrantes ojos azules. Tomó mi mano y la llevó a sus labios. Dejo un beso en ella.-
-Entonces ya puedo hacerte la siguiente pregunta.-Mi corazón martilleo fuertemente.-
-Ángel...-Él sonrió y dejó otro beso en mi mano. ¿acaso iba a...?-
-Hannie. está vez estoy decido de verdad a hacer las cosas bien contigo, no miento cuando digo que no dejo de pensar en ti día y noche, que lo único que necesito es saber que no te iras de mi lado, quiero que confíes en mí yo en ti… Por eso esto es algo que he estado pensando por mucho tiempo, me preguntaba si... y ¿quieres ser mi novia?.