Capítulo 17.

1430 Words
Ángel no respondió, sólo rodeó mi cuerpo con sus brazos y sus labios se dirigieron a los míos. Sus besos eran tanto apasionados como delicados. Unos cuantos suspiros se escaparon de mis labios al momento en el que Ángel dejó mis labios y atacó mi cuello. -No sabes cuanto he soñado con que te tengo en mis brazos Hannie...-La voz ronca de Ángel me hizo estremecer.-Ahora puedo cumplir ese sueño.-Mordí mi labio conteniendo un gemido.- Ángel bajó de mi cuello hasta mi clavícula, lentamente fue descendiendo. Su mano arrastró el pequeño tirón del vestido color blanco que llevaba puesto. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, Ángel dejaba pequeños besos en mi hombro. Por mi parte disfrutaba de cada beso que Ángel dejaba en mi cuerpo. Un chillido de sorpresa se escapó de mis labios al no sentir mis pies en el suelo. Ángel me sostuvo. -Quiero hacerte mía,Mi dulce Hannie...-El calor invadió mi rostro.- -Y yo quiero que lo hagas.-Ángel sonrió ladino.- -Todo lo que mi chica ordene.-No evite robarle un beso. Una risita se escapó de mis labios. Sentía la suavidad de la cama debajo de mi espalda. Mis ojos se encontraron finalmente con los de Ángel, esos hermosos ojos azules eran mi sueño y perdición. Aunque cabe decir que ya lo estaba... La ropa desapareció de a poco. Tal como lo imaginaba Ángel tenía el cuerpo de infarto, bien. Trabajando cada cosa estaba en su lugar. Y qué decir de sus partes nobles. ¡Estaba bien equipado!. El contacto que teníamos era mucho más. Sin miedos ni contratiempos. Perfecto. Ángel fue adentrándose en mi despacio. Casi pareciera que temiera romperme o algo así. Apreciaba el hecho de que me tratara cómo a una princesa. El color en mi vientre fue aumentando, era agradable y placentero, mis manos se mandan solas a la espalda de Ángel, no evitaba dejar marcas de mis uñas. Ya que lo marcaba como mío, él me marcaba como suya dejando marcas y chupones en todo mi cuello y cuerpo. -Me encanta...-Ángel había susurrado en mi oído. Mi corazón se aceleró como nunca pensé que lo haría por alguien.- -Te quiero...-Logre articular a penas.-Te quiero Ángel...-Y quizás puede que esté loca por empezar a quererlo, quizás en poco tiempo hasta lo ame. Pero esa era mi realidad. Yo sabía cuando estaba verdaderamente segura de algo y con Ángel lo estaba, ni siquiera tenía que dudarlo. Me estaba enamorando. La mirada de Ángel estaba puesta en mí. Juraba que sus ojos brillaban luego de decirle eso. Él sonrió y beso mis labios con deseo y necesidad. -También te quiero Hannie...me volveré loco si te alejarás de mí.-Susurró con voz ronca.-Necesitó tenerte aquí conmigo de lo contrario.-Ángel sujeto mi mano y la llevó al lugar en donde se encontraba su corazón.-Esto dejaría de funcionar sin ti.-Me estremecí por completo.- -Hazme el amor Ángel.-Suplique.- Hazme el amor y no te detengas.-Él asintió. Luego nuestros labios se unieron en un apasionado beso. Mis piernas rodearon la cintura de mi novio, mi cuerpo jadeo por completo cuando Ángel dejó los labios para besar mi pecho y hacer lo que quiera. Quería gritar y gemir pero temía que Luam se despertara. -Quiero que gimas...-La voz de Ángel me sacó de mi burbuja.-Quiero escucharte gemir Hannie, lo necesitó.-Gruño.- -L-Luam está...durmiendo.-Ángel sonrió ladino. Sus movimientos se aceleraron provocando que unos cuantos gemidos se escaparan.- -No es necesario que grites como quiero. Me basta con escuchar tu hermosa voz.-Asentí. Deje que cada gemido atorado en mi garganta saliera, mi cuerpo empezaba a arder y ya sabía lo que quería decir eso.- Las manos de Ángel acariciaban todo mi cuerpo, su tacto ardía sobre el mío. Unos pocos segundos después había llegado a mi límite con un agudo gemido, en el cual pronunciaba el nombre del hombre que me hacía el amor. Ángel estaba perdido en su propia burbuja de placer, sus ojos estaban cerrados y su boca medio abierta, sus labios estaban rojos y una ligera capa de sudor cubría su frente, sin olvidar que su cabello estaba alborotado dándole un toque sexy. Ángel salió despacio de mí y se acostó a mi lado mientras me rodeaba con sus brazos dándome calor. De fondo se escuchan las olas ir y venir. Sí parecía la típica escena cliché de las novelas de televisión pero así era. Y como lo estaba viviendo justo ahora no era tan malo. Era perfecto. (...) -¡Hermana ya estamos aquí!-Separe la vista de mi bebé para prestarle atención a mi hermanita. La cual estaba con el pelo mojado. Detrás de ella llegaba Max.- -¿Cómo estuvo la playa?-Preguntó Ángel.- -¡Genial que un señor nos enseñó a surfear!-chillo Adriana. Me reí cuando Luam también lo hizo. Mi pequeña estiraba los brazos hacia Adriana.- -Me alegra escucharlo.-Sonreí.- -Adriana es buena surfeando.-Alago Max. Adriana bajo la mirada lo cual me hizo entrecerrar los ojos.- -No es para tanto.-Adriana se encogió de hombros.-Enseguida bajo tengo que darme una ducha.-Sin esperar respuesta Adriana subió las escaleras a toda velocidad.- -¿Sucedió algo en la playa?-Preguntó Ángel a su amigo que rápidamente cambio su semblante..- -Unos chicos querían hacerse los listos con Adriana.-Dijo.-Tuve que defenderla, aunque no me moleste. Ella es muy inocente.-Asentí estando completamente de acuerdo, a veces quería protegerla del mundo tan cruel pero sabía que eso no podría hacerse.- -Tiene 17 años.-El amigo de Ángel puso los ojos en blanco.-Lo sé. Es extraño que una adolescente de esa edad sea tan inocente y te agradezco la cuidaras Max.-El mencionado asintió.- -Creo que lo mejor será que tú amigo mio te des una ducha también.-Ángel puso su mano en el hombro de Max.- -Claro. Permiso.-Nosotros asentimos. Una vez solos Ángel se sentó a mi lado. Le regaló una hermosa sonrisa a Luam quien no dudó en llevar sus diminutas manos al rostro de mi novio.- -Le agrado a esta pequeña.-Solté una risita.- -La cuidaste y alimentaste cuándo sus posibilidades de vida eran bajas. Obvio que le agradas.-Reí un poco.- -Y pensar que no hace mucho estaba Volviéndome loco tratando de saber si yo te gustaba.-Ángel beso mi mejilla.- -Y así es. Me gusta mucho doctor Brooks.-Le guiñe un ojo.- -Y usted me trae loco señorita Miller.-Ángel y yo nos reímos el uno con el otro. Algunos besos aparecieron y fue imposible no querer más pero Luam quería la atención de ambos por lo que hacía lo que yo creo eran pucheros.- Luam quería atención y eso era adorable. Unas horas después el sol ya se estaba ocultando. Luam había dormido una pequeña siesta ya que además de querer atención mi bebé también tenía hambre. Ahora mismo Adriana y yo mirábamos a Luam. -Vamos Luam "Ma-má" no es difícil.-Adriana le hablaba lento a Luam. Quien a su vez solo balbuceaba cosas sin sentido. Negué con la cabeza tratando de no reírme.- -Aun es muy pequeña Adriana.-Nuestra atención cayó en el amigo de Ángel.-El niño empieza a pronunciar las primeras palabras hacia el final del primer año de vida y, entre los 18 y los 24 meses, aproximadamente, aparecen breves frases compuestas de más de dos vocablos. Ya sabes "ma-má, pa-pá, gugu"-Adriana y yo asentimos.- -Entonces esperaré.-Mi hermana sonrió.- Max asintió y se fue. Eso fue un poco raro pero no le daba importancia. Ángel fue al súper y así comprar comida.Mencionó que hacía meses no visitaba su casa de playa, por lo que antes de que nosotros llegáramos le había pagado a unas señoras para que limpiaran y ordenan todo. Fue un lindo detalle de su parte. (...) -Hannie...Hermosa, ¿estás dormida?-Me giré al escuchar la voz de Ángel. Él acariciaba mi pelo y fue imposible no cerrar los ojos cuando se siente tan relajante lo que hacía.-Lo siento, ¿te desperté?-Negué con la cabeza.- -No lo hiciste descuida.-Ángel asintió. Me atrajo más a su cuerpo dándome calor, empezaba a hacer algo de frío por la madrugada.- -Me encanta estar así contigo.-Sonreí ladina aún que él no pudiera verme.- -Pienso lo mismo.-Empecé a dejar pequeños besos en el pecho y cuello de Ángel.- -Mm...no hagas eso...-La voz de Ángel se volvió ronca.- -¿Porque no?-Susurré cerca de su oído.- -No quiero que los demás despierten si te hago gemir y gritar.-Mordí mi labio recordando lo de esta tarde.- -Tal vez si quiero repetir lo que pasó esta tarde.-Hice que Ángel quedara acostado, por mi parte subí a su pelvis.- -¿Está tratando de provocarme, señorita Miller?-Un gruñido se escapó de él.- -Claro que sí, doctor Brooks.-Ángel me sujetó de la cintura.- -Entonces tendré que hacerte mía otra vez...
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