Cerré la puerta detrás de mi espalda con lentitud. Aún era temprano cuándo salí corriendo de la casa de mi padre, me había aguantado las ganas de llorar. También no me sentía bien con lo qué había dicho Channel. Por mucho que la odié los demás merecían saber la verdad de lo que había pasado.
Incluso Ángel...
Suspire conteniendo las lágrimas, miré el reloj de la pared y comprobé que eran las 2:12 de la tarde. La fiesta debería de haber terminado tarde. Caminé hasta la cocina y tomé algo de agua, o eso era lo que iba a hacer cuando la señora que cuidaba de Luam apareció.
-Señorita Miller, pensé que regresaría más tarde.-Me miró sorprendida.-
-La fiesta a terminado antes de lo previsto señora Britt.-Respondí tratando de no titubear.-
-¿Quiere que me retiré señorita?-Negué.-
-¿Cómo...como sé ha portado Luam?-Pregunté.-
-Oh ella es un angelito, a dormido todo el día y no a dado problema alguno.-Sonrió.-
-Me alegra escuchar eso.-Dije.-Señora Britt quiero que por favor continúe cuidando de Luam y se retiré a la hora acordada a cambió le daré el doble de su paga.-Dije.-
-No hace falta señorita, me encantan los bebés y siempre qué necesité de ayuda extra u algún consejo no dude en llamarme.-Asenti.-
-Muchas gracias.-Ella asintió.-Estaré en mi habitación.-Sin esperar respuesta alguna me marché a mi habitación.-
Una vez sola dejé que cada lágrima escapará de mis ojos. No era justo lo que me hacía Channel, pero lo hacía por vengarse de mí, más esto era pasarse por completo. ¿Qué pensaría Angel ahora?, ¿reaccionaría como los demás?. La mirada que me daban los Blair era de total repulsión, cómo sí el hecho de no concebir hijos fuera una grave enfermedad contagiosa.
Mirando el lado positivo Connor me dejaría en paz sabiendo que sí sé llegase a casar conmigo yo no le daría herederos.
Tal vez era mejor así. Ángel tenía que saberlo tarde o temprano. Y si existe la posibilidad de qué él tuviera interés en mi ahora ya no querría estar al lado de mí.
Al lado de alguien que no podría darle hijos...
Desconocía el hecho de cuándo me había quedado dormida. Mi cabeza dolía, me sentía mareada. Me levanté arrastrando los píes y caminé hasta el espejo de cuerpo completo qué había en mi habitación. Mis ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar.
Me dirigí al baño para lavar mi cara y así lo hice, de paso tomaría una ducha que me quitará todo cansancio del cuerpo. Aunque pensándolo bien el cuerpo solo me pedía dormir por 100 años y un poco más. Pero no lo haría, pues tengo una pequeña ahora. No podía ser egoísta y pensar sólo en mí. No. ahora tenía a alguien más a mi lado.
Luego de darme una ducha abrí la puerta de mi habitación y vi como estaba Luam. Fui directamente a su habitación donde la señora Britt dormía en la mecedora, decidí no despertarle ya qué aún no era tiempo de su salida, por otro lado faltaba poco claro. Había dormido muchas horas, ya eran las 6 de la tarde.
Me encaminé hasta la cuna de mi niña. Sonreí de lado al ver qué Luam estaba despierta, ella estiró su boquita en forma de sonrisa, sus ojitos brillaban y movía sus bracitos inquieta. La tomé y la recoste en mi pecho, Luam soltó unos tiernos quejidos moviendo un poco su cabecita.
-Vamos a mi habitación bebé...-Susurré y tomé rumbo a mi habitación, dejé a Luam sobre mi cama con muchas almohadas a los lados para qué no se cayera. De caminó había tomado una de las tantas botellas de leche solo por si acaso.-Me pregunto si seré una buena madre para ti Luam...aún que parezca tonto tengo miedo de fallar contigo puesto que no tendría más oportunidades...-Murmure acariciando la carita de mi niña. Sonreí al momento en el que Luam tomo mi dedo entre su diminuta mano.-
Sabía qué aún era pronto para hablar sobre el futuro. Tenía claro que con Luam a mi lado nada saldría más, pero los errores eran inevitables siendo humanos.
Sería la mejor madre de todas para mi hija.
El domingo por la mañana era tranquilo. el sol avanzaba conformé pasaban las horas, Luam estaba dormida en mi cama ella me había despertado a las 6 de la mañana para comer y ahora estaba dormida. Por mi parte ya no tenía sueño, aprovecharía que Luam estaba dormida para hacer algunas cosas, cómo por ejemplo trabajo y demás.
Según pasaban las horas yo ya no tenía nada que hacer. Luhan aún era pequeña como para hacer más cosas aparte de dormir, comer y estar poco tiempo despierta.
Mi atención se dirigió a mi teléfono al momento en el que sonó. Sin ganas caminé hasta él para ver quién llamaba a medió día. Eran muchas llamadas perdidas por parte de mi padre y Adriana. Mi corazón sé aceleró cuándo ví que tenía mensajes y llamadas de Ángel.
Llamada entrante de: Ángel.
¡Justo ahora era él quién llamaba!. No me atrevía a darle la cara por miedo al qué dirá, no estaba lista para enfrentarlo. Aún no era tiempo.
Pero sabía que no podría evitarlo para siempre, tarde o temprano Ángel aparecería.
-Lo siento...pero ahora no estoy lista para enfrentarte Ángel...-Susurre por mí misma. Tenía miedo.-
Movía con impaciencia mis piernas. Hace como 5 minutos alguien tocó la puerta, quizás era la señora Britt o alguien de mi familia. Pero descarte esa idea cuándo escuché la voz de Ángel al otro lado de la puerta.
-Joder...-Mordí mi labio.-Ya voy.-Dije en voz alta. los toquidos cesaron. Con temor camine hasta la puerta y la abrí despacio sin mirar quién era, ya sabía de quién se trataba.-
-Hannie...-Ángel sonrió de lado al verme. ¿por qué estaba tan feliz.-
-Ángel...-Susurre.-¿Que te trae por aquí?-Pregunté temerosa.-
-Teníamos una cita.-Dijo.-Ayer te fuiste corriendo y no me diste oportunidad de hablar contigo.-Mordí mi labio.-
-Sobre lo de ayer...verás yo tengo que decirte algunas cosas.-Murmure.-
-Hablaremos de eso cuándo estés lista, no te forzaré a algo que tú no quieres.-No cabía duda. éste hombre me mataría por ser tan dulce.-
-Claro.-Sonreí ladina.-Pero...¿por qué insistes en salir conmigo? ¿por qué no sales con mujeres normales?-El sueño de Ángel se frunció.-
-Tú eres normal.-Negué con la cabeza.-
-No. no lo soy.-Jugaba con mis manos nerviosa. no me atrevía a levantar la cara.-Las mujeres normales pueden...tener hijos...-Dije.-
-Que te hayan retirado el cuello uterino no te hace menos mujer, al contrarió salvaste tu vida Hannie. No muchas mujeres tienen la suerte de qué le descubran el cáncer de cuello uterino a tiempo. y cuándo sé dan cuenta...ya es demasiado tarde.-Respondió sombrío Ángel.-
-Aún así...deberías alejarte de mí.-La mano de Ángel se dirigió a mi mentón. haciendo que levantará la cabeza.-
-Pero yo no quiero alejarme de ti Hannie...-Esas palabras lograron hacerme estremecer por completo.-
-Yo...la verdad no sé qué decir Ángel...-Murmure.-
-No digas nada y sólo deja que esté cerca de ti Hannie.-Asentí mirando directamente a sus ojos. Él decía la verdad, lo sabía en la manera en las que sus ojos tenían un brillo extraño.-
-Esta bien.-Ángel mostró una sonrisa que llegaba hasta sus ojos.-
-Me alegra que me dejarás acercarme a ti Hannie.-Dijo.-No solo a ti, sino que también a Luam.-Podría jurar que cada vez Ángel estaba más y más cerca. En el instante en qué su respiración acarició mi rostro cerré los ojos también para acercarme. Pero nos habíamos alejado cuándo escuchamos un llanto.-
Luam estaba despierta.
(...)
-¿Qué te parece este lugar?-Preguntó Ángel mirando a los alrededores. De alguna manera me había convencido para salir los tres. Sí. Luam iba con nosotros en su lindo coche color amarillo pastel.-
-Es hermoso.-Sonreí. Ángel asintió satisfecho. Habíamos salido a almorzar. Pasamos por una tienda de bebés y compramos algunas cosas para Luam. Ahora estábamos en un parque dónde había muchas personas. En su mayoría personas mayores, familias y niños. Otro lugar era para las personas en parejas.-
Angel y yo caminamos hasta esa zona. A diferencia de la anterior aquí había silenció y una tranquila paz. Las luces en los árboles se encendieron cuando ya se había hecho de noche. Dándole un toque romántico al lugar.
Suspire y tomamos asiento en una de las bancas de color blanco. Creo que le debía una explicación a Angel.
-¿Que te tiene tan nerviosa?-Di un saltito en mi asiento. Miré a Ángel quién me observaba con atención.-
-Creó...creó qué ya estoy lista para hablarte sobre de lo que ya sabes.-El asintió.-
-No quiero que te sientas obligada, Hannie. Cuándo estés cómoda puedes decirme.-Dijo.-
-De verdad quiero hacerlo.- Respondí.-Si dejaré que estés cerca de mí y de Luam no debe de haber secretos.-El asintió.-
-Entonces adelanté.-Asentí. Tome todo el aire que mis pulmones me reclamaban.-
-Veras...como te habrás dado cuenta mi familia y los Blair querían que me casará con su hijo Connor.-Ángel asintió.-Ellos sólo quieren negocios, hacer de las compañías socias. De por medio tiene que haber un matrimonió para que eso se de.-El sueño de Ángel se frunció.-
-No deben forzarte a algo que no quieres. Menos si no éstas enamorada.-Asenti.-
-Ellos no lo ven así.-Dije.-A mi...me detectaron cáncer de cuello uterino, esa noticia me devastó por completo, yo quería tener los míos...-Sentía que en cualquier momento me echaría a llorar.-Sabía...sabía qué si no tenía pareja al menos le daría todo mi amor a alguien que de verdad lo quisiera, alguien que me necesitará siempre.-Murmuré.-
-Pero ahora ya tienes a ése alguien que siempre necesitará de ti.-Angel rodeo mis hombros con su brazo.-Tienes a una hermosa bebé que desafortunadamente perdió a su madre, a cambió tiene a otra que la amará pase lo que pase.-Sonreí de lado.-
-Si...tienes razón.-Dije.-Luam es ahora todo lo que tengo de mi amiga, y aunque no sea mi hija de sangre la querré cómo sí lo fuera.-Ángel asintió.-
-Tienes un gran corazón Hannie, esta pequeña necesita tanto de ti como de ella.-Dijo. Llevé mi mano hasta la carita de Luam, ella nos miraba atenta mientras hacía muecas con su boquita.-Y siempre que necesites dónde apoyarte no dudes ni un minuto en llamarme, yo estaré ahí para ti.-Susurro.-
Él tenía tanta razón en sus palabras. Desde ahora no estaba sola, tenía a Luam conmigo. Y a Ángel también.
Una muy dormida Luam estaba en su coche de color amarillo pastel. Angel y yo decidimos qué era hora de regresar y eso hicimos recorrimos el camino hasta mi departamento mientras contábamos cosas de nuestras vidas.
Ángel era muy interesante. Según me había dicho disfrutaba de la natación y del cocinar, me dijo que de no ser médico sería cheff. Pero el ayudar a otros era más fuerte y ahora era médico.
Reíamos por sus chistes. los cuáles en sí no tenían gracias alguna pero su risa era más contagiosa qué el mismo chiste.
-Creo que dejaste a tu familia con la duda.-Dijo de la nada. Mi atención se puso en él.-Tu padre y tu hermana se veían desconcertados.-Asenti.-
-Ellos no lo sabían.-Respondí.-Solo Chanel.-Gruñi.-
-Espero no te ofenda la pregunta pero, ¿por qué se llevan tan mal?-Preguntó.-
-Tengo la sospecha de que ella es la culpable de la muerte de mi madre...-Ángel me miró con asombro.-Se que es una acusación muy fuerte pero todo me parece muy extraño.-Dije.-
-¿Por que sospechas de que ella fue la causante de la muerte de tu madre?-Frunció el ceño.-
-No sé cuándo ni cómo mi padre empezó a verse con esa mujer, pero el mismo día en el qué ella y mi padre estaban en casa mi madre fue a hacer unas cosas.-Dije.-Su muerte fue a causa del fallo de frenos, tuvo un accidente que la mató de inmediato.-Relata.-No me cabe duda de que Chanel es capaz de eso y más.-Angel asintió.-
-La verdad es que todo es muy sospechoso.-Dijo.-
-Ya no quiero hablar más de eso.-Susurre.-
-Descuida. mi prioridad es que estes comoda.-Sonreí.-
-Gracias.-El ascensor se abrió dejándonos en el pasillo donde se encontraba mi apartamento. Continuamos nuestra charla hasta que no muy lejos pude ver que alguien estaba sentado frente a mi puerta. Ángel me miró confundido y yo también le había devuelto la mirada. Nos acercamos hasta la persona la cuál era chica. su cabello rubio se me hacía familia.
-¿Adriana?-Pregunte. La chica levantó el rostro. Efectivamente era mi hermana menor, su rostro estaba cubierto de lágrimas.-
-Ha-hannie...-Susurro. me alarme cuándo mi hermana empezó a llorar.-
-Adriana ¿qué pasó? ¿por qué lloras? ¿Qué haces aquí a éstas horas?-Preguntaba. Me puse de rodillas frente a ella.-
-Hannie...escapé de casa...