Capítulo 10.

1094 Words
Fruncí el ceño. No estaba de humor para los juegos de Connor. Pensé qué ahora que sabía lo que me sucedía sé alejaría y me tendría repulsión como sus padres conmigo al darse cuenta de lo sucedido. Tenía todas las esperanzas de que ahora sí se largara y me dejará de molestar. De otra manera no sabría que haría. -¿Que quieres Connor?-Él también había fruncido el ceño.- -¿Que quiero?-Gruño.-Primero ocultas tu "relación",ahora resulta que tenías cáncer y una hija...¿¡te atreves a preguntar que quiero!?-Se levantó.- -¡Primero a mi no me levantas la voz, segundo es mi vida puedo hacer lo que se me venga en gana!-También grité.- -¡Me importa muy poco, ya lo dije antes y lo diré ahora Hannie, tú serás mía!-Connor avanzó hasta dónde estaba.- -Y yo ya te dije qué eso no pasará Connor...tengo pareja y una hija. No puedes seguir insistiendo siempre.-Gruñí.- -No me importa. Que tengas pareja me da completamente igual, qué tengas una hija y que no puedas tener hijos propios tampoco me importa Hannie. Tu serás mi esposa.-Entonces había explotado literalmente.- -¡No, no lo entiendo Connor!-Grité.-¡Quieres casarte conmigo por que no puedes tenerme aún que te rechazó, tenga pareja o no!, nos casamos ¿y luego qué? ¡te aburres de mi eso pasará!-Él negó.- Connor no respondió. Él sabía qué yo tenía razón. Si nos casamos luego se aburría, sólo está encaprichado conmigo. Además de que no lo amo ni hoy ni nunca. -¿Sabes que mientras más me rechazas más te deseó Hannie?-Hice una mueca de asco. Connor se acercó peligrosamente a mi y me tomo del los brazos.- -Suéltame.-Gruñí.- -Siempre me he preguntado cómo serían tus labios Hannie.-Mi cuerpo tembló de sólo imaginarlo.- -Connor...suéltame o te patearé y eso si que no te gustará.-Lo retaba con la mirada. Él sonrió burlón.- -Correré el riesgo.-Y de un momento a otro Connor tenía sus labios sobre los míos. Por mi parte me sacudía con violencia tratando de que sé alejara, pero él muy desgraciado me tenía sostenida de los brazos.- -Hannie...-Todos mis sentidos entraron en pánico al escuchar esa voz. ¡j***r era Ángel!, no me había quedado más opción que morder a Connor. y eso hice, mordí su labio inferior él se quejó y se alejó.- -¡Vete Connor!-Grite. Mi rostro ardía, mis ojos picaban. si Ángel pensaba algo qué no era estaba perdida.- -Tienes garras gatita.-Connor tenía un poco de sangre en su labio inferior, pasó su lengua limpiando la sangre.-Eso me gusta.-Sonrió.- -¿Interrumpo algo?-Mi vista fue a parar en Ángel quién se acercaba hasta a mi.-¿Estas bien?-Pregunto y asentí.- -Angel...yo...no es lo que creés.-Mordí mi labio.- -No te preocupes.-Dijo sin mirarme. a cambió Ángel miraba molesto a Connor.-Lo mejor será que te vayas de aquí.-Dijo.- -¿Y quién va a obligarme eh? ¿un doctor?-Dijo burlón Connor. Éste se había acercado a Angel de manera amenazante. hasta quedar frente a frente. ambos tenían la misma altura.- -Connor largate.-Gruñí.- -Nadie me va a obligar si no quiero. tu "novio" no hará la diferencia.-Pude escuchar un gruñido por parte de Angel.- -¿entonces obligar a una mujer a estar con alguien que no ama está bien?.-Gruñó.- -Escucha doctor de quinta. yo la ví primero y sé qué tú y ella no tienen ninguna relación.-Miré con pánico a Angel.- -¿Y qué sí así fuera?-Reto Angel.-Las mentirás se vuelven realidad. y sé que Hannie prefería mi compañía a la tuya.-Connor bufo.- -¡j***r ya callate!-Cuando pensaba qué Connor iba a empezar una pelea con Ángel estaba equivocada. Ángel tenía inmovilizado a Connor por el brazo, exactamente éste tenía el brazo tras su espalda.-¡Suéltame infeliz y pelea como los hombres!-Gritó connor.- -¡Un hombre no obligaría a una mujer a hacer algo que no quiere!, deberías preguntarte sí eres un hombre por hacer eso.-Note que Ángel retorció más el brazo de Connor.-Largate y deja a Hannie tranquila.-Gruño.- -¡Vale, vale me voy!-Gritó Connor.- -Deja te llevo a la salida.-Y así como había dicho Ángel llebo a Connor hasta la salida y lo empujó.- -¡Esto no se quedará asi me escuchaste infeliz, no sé quedará así!-Connor tenía el rostro rojo.-¡Sera mejor que tengan ojos en la espalda!-Y sin decir nada más se fue dando pisotones al piso.- Un silenció invadió mi oficina. Mi corazón martilleaba fuerte, nunca imaginé que Ángel supiera cómo someter personas. Quizás debía saber más de él. Ángel era un completo misterio. -Angel...yo...lamento el mal momento.-Dije apenada.- -Eso ya no importa. ahora dime ¿ese idiota te hizo algo?-Negué.-Hizo que lo besarás a la fuerza.-Me encogí de hombros.- -Es un idiota, aún no se saca de la cabeza el querer casarse conmigo.-Bufe.-Me costará olvidar esto.-Ángel se acercó hasta donde estaba.- -Tal vez conozca una manera en la que puedes olvidar lo qué te hizo el idiota.-Mire a Angel confundida.- -¿Cómo?-Pregunté. él sonrió.- -¿Me dejarás?-Preguntó con mirada segura.- -Yo...confió en ti Ángel.-Su sonrisa se hizo más grande. Ángel puso una de sus manos en mi cintura, la otra en mi mejilla. No despegaba mi mirada de él. Al percatarme de que él se acercaba cerré los ojos y me deje hacer. Los labios de Ángel sé acercaron a los míos.- ¡Dios me estaba besando, de verdad estaba pasando! A diferencia del idiota de Connor Ángel era amable, delicado y apasionado. Con temor rodeé su cuello con mis brazos, él me acerco más a su cuerpo y profundizamos el beso. Nuestras lenguas se encontraron, sentía mi rostro arder. Nos separamos por la falta de aire y así lo hicimos aún qué yo no quería separarme y da al parecer que él tampoco. Nuestras respiraciones eran agitadas. Él sonrió y yo agache la mirada. La mano de Ángel se posó en mi mentón haciendo que levantará la mirada. -¿Funcionó?-Preguntó con una radiante sonrisa.- -Si. funcionó.-Susurre. Ángel asintió.- -¿Puedo?-Me había tomado de la cintura nuevamente.- -Esta y todas las veces que quieras.-Ángel no esperó otra palabra cuándo ya nuevamente habíamos juntados nuestros labios.- Está vez sin miedos. con más pasión que la anterior, sentía que no podía más de la alegría. Él hombre en el que siempre pensaba me estaba besando. Ángel se había separado de mis labios para bajar hasta mi cuello. Me estremecí por completo al sentir sus labios en mi cuello. Juraba dejar marcas. Y por Dios. ¿Qué podía ser mejor que esto?
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