-¡Necesito una transfusión de sangre de inmediato, la paciente no resistirá más!-Grite a las enfermeras,las cuales de inmediato corrieron a buscar lo pedido.-
-Brook no sobrevivirá, a perdido mucha sangre en el parto.-Se había acercado uno de mis compañeros.-
-Lo sé. pero j***r no me puedo quedar con los brazos cruzados y tú lo sabes Max.-Dije.-
-El parto ha sido de alto riesgo, la bebé ha sido prematura. Las dos tienen posibilidades bajas de vida.-No me daría por vencida. no sabía qué ésa criatura tenía mucho por lo que vivir. Pero el destino tenía un amargo sentido del humor.-
-De todos modos hay que hacer algo.-Respondí.-¡Maldita sea necesito esa sangre!-Grité.-
-Aquí está la sangre doctor Brooks.-Asentí y de inmediato corrí hacía la paciente la cuál estaba pálida debido a la pérdida tan grande de sangre. Coloqué la intravenosa. unos minutos o horas estaría estable.-
Aún sabía que no duraría mucho en éste mundo.
Suspire y salí de la habitación. Necesitaba aire para relajarme, los partos eran emocionantes pero los de alto riesgo eran otra cosa. Traer una vida es lo más hermoso que puede hacer una mujer. Pero dadas las circunstancias se daba que en los partos qué si no moría la madre lo hacía el bebé. o peor ambos lo hacían, nosotros hacíamos todo lo que estuviera en nuestras manos. La vida se escapaba como el aire. Aún qué quisieras sostenerse fuertemente está encontraba la manera de escaparse.
-¿Cómo se llama la paciente?-Pregunté a una de las enfermeras que atendió el parto conmigo.-
-Gloria Woods, señor.-Respondió la enfermera.-
-¿Cómo se encuentra?-Por la cara que puso la enfermera sabía que no era nada bueno.-
-Será mejor que lo vea usted mismo, doctor Brooks.-No esperé más y fui directo a ver como se encontraba la paciente.-
Su estado era deplorable. Sabía que ella había preferido la vida de su bebé sobre la de ella. Admiraba el valor de las personas que hacían eso, ponían la vida de los demás por encima de la suya propia. Ellos le daban la oportunidad a nuevas vidas.
No había muchas personas así.
Ya dentro de la habitaciones se podía observar a una chica joven no de más de 27 años. Su piel a comparación de hacer unos momentos tenía algo de color. Sus ojos se posaron en mi. Me acerqué rápidamente.
-Mi bebé...-Susurró ella.-¿Cómo está ella?-Preguntó en un susurró.-
-No le mentiré señorita Woods...la bebé a nacido prematura.-Me maldije a mí mismo cuando ví los ojos de la chica llenarse de lágrimas.-
-Quiero verla...por favor quiero verla.-Suplicó.-
No sabía qué decir. Sabía qué la pequeña necesitaba todo el cuidado ahora, pero su madre la necesitaba. Mi atención se fue hasta una de las enfermeras que había entrado. Tenía otra bolsa de sangre con ella.
-Señorita quiero ver a mi bebé...-Pidió suplicante.-
-Me temo que eso no será posible señorita Woods.-Respondió la enfermera. Quién a diferencia de mí no tenía lástima alguna en su mirar.-La bebé está en cuidados ahora mismo.-Dijo.-
-Por favor...necesitó verla.-Mi corazón se encogió.-
-Señorita ya le dije que...
-Traiga inmediatamente a la bebé.-Dije dirigiéndome a la enfermera.-
-Pero doctor Brooks, eso no puede ser.-Dijo.-
-Y yo ya le dije que la traigan. Cualquier cosa me haré responsable por la salud de la bebé y está mujer. pero le di la orden de que trajera a la bebé, no discuta y obedezca.-La enfermera asintió y se marchó cabizbaja.-
-Gracias...-Susurro la chica.-
-Yo me haré cargo personalmente de la bebé señorita Woods.-Dije tomando su mano.-Dígame ¿no tiene a nadie qué pueda estar al pendiente de ella una vez que salga?-Pregunté esperanzado.-
Pero mis esperanzas se fueron cuándo ella negó. Me había dicho que no estaba casada. Tal parece qué su familia era inexistente.
-Pero si hay alguien.-Mire a la chica.-Si yo...no estoy para mi hija y sí ella sobreviven porque...sé que lo hará...mi mejor amiga...mi hermana Hannie Miller se hará cargo de ella...yo lo sé...-Susurraba cada vez más bajo.-
-Le pido que por favor resista señorita Woods...tiene que ver a su pequeña.-La mencionada me dio una sonrisa débil. Suplicaba con todas mis fuerzas que ésa Hannie Miller de verdad se haga cargo de la pequeña. Sería una lástima que no la quisiera puesto que la niña no era su sangre. pero según me había dicho la señorita Woods era prácticamente su hermana.-
La puerta de la habitación se abrió dejando ver a la enfermera de antes con una pequeña en una incubadora con ruedas. Ayude a la señorita Woods a levantarse. Sus ojos se iluminaron al ver a su hija. Me partía el corazón saber que ella no viviría para ver crecer a su hija.
-Eres hermosa...te amo tanto mi pequeña...-Escuche que había susurrado a su pequeña. Así fueron los siguiente minutos hasta que la bebé empezó a llorar fuertemente. La máquina que mide los latidos hizo un largo pitido informando que la señorita Woods había fallecido.
Tomé a la pequeña en brazos y la devolví a la incubadora. Miré el cuerpo de su madre y ésta tenía una pequeña sonrisa. Ella se había ido en paz, pues había conocido a su pequeña bebé.
-A muerto...-Susurro la enfermera y asentó.-
-Lleve al bebé a la sección de prematuros. Intenté que comiera algo.-La enfermera asintió.-
-¿Qué pasará con la bebé?- Preguntó.-
-Solo hay que esperar. La señorita Woods había mencionado a una amiga suya que se haría cargo de la pequeña, esperó que aparezca pronto.-Dije Suspirando. Digamos que la muerte de alguien no se siente nada bien, no importa sí no es tu familia te sientes mal.-
Tenía todas mis esperanzas puestas en la chica llamada Hannie Miller. Esperaba que ella aceptará y cuidará bien a ésa bebé.
Presente.
-¿Funcionó?-Pregunté con una sonrisa.-
-Si. Funcionó.-Respondió ella en un susurró.-
-¿Puedo?-Me atreví a tomarla de la cintura nuevamente.-
-Esta y todas las veces que quieras.-No esperé más para probar nuevamente sus dulces labios. No lo creía pero así era. Hannie se había vuelto una adicción por completo para mi. no solo ella sino que también la pequeña Luam. Ahora más qué nada quería protegerla de todo lo que pudiera ser peligroso para ella.-
Los labios de Hannie se movían al compás de los míos. Pareciera que estaban hechos para los míos, encajaban a la perfección. La falta de aire que reclamaban nuestros pulmones se hizo grande por lo que casi por obligación tuvimos que separarnos.
Mis labios bajaron hasta su delicado cuello. Estaba tentado a dejar leves marcas, pero eso traería algunos problemas para cuándo saliéramos de aquí. Me deje llevar en el instante en el que Hannie había pasado su delicada mano por mi pecho, tal parece que ella no quería perder el tiempo ya que había quitado los primeros botones de mi camisa. Y ¿quién era yo para impedírselo? la dejé ser.
Lleve mis manos hasta sus muslos levantándola. Ella rodeó mi cuello sosteniéndose para no caer. La hice sentar en el escritorio, mientras más besaba su piel más era la tentación de hacerle el amor aquí y ahora.
Todo mi cuerpo sufrió un escalofrío al verla tan hermosa y agitada. La blusa blanca que llevaba puesta estaba más abierta, su bien peinado cabello ahora estaba alborotado dándole un toqué más sexy. Sus labios estaban rojos y yo no podía estar más orgulloso de haber causado ése color rojo en sus labios.
-Ven aquí ángel...-Susurró ella y me acerqué cortando todo el espació personal qué quedaba.-¿Deberíamos detenernos?-Ella jadeo al momento en el que mis labios tocaron su clavícula no muy lejos de su pecho.-
-Deberíamos...pero simplemente no puedo detenerme.-Mi voz había salido dos veces más grave de lo normal. Sentía un agradable calor en mi vientre.-
-Yo tampoco quiero que te detengas...esperaba ansiosa qué pasará...-Sonreí. Ella entonces se sentía igual que yo. Sentía la misma atracción que yo por ella desdé el día en qué la ví.-
-Entonces no nos detengamos. Yo también había esperado ansioso esto.-Ella suspiró. su rostro tenía un color rojo suave.-
Esto era el cielo. Era el cielo estar con ella, ignorando el hecho de que estábamos en su oficina. De a ver estado en otro lugar habría sido más que perfecto. Estaba ansioso por verla desnuda, ansioso de probar cada centímetro de su magnífico ser pero...
"Señorita Miller, su hermana Adriana está aquí y quiere verla."
Nos separamos de golpe al escuchar el nombre de la hermana de Hannie. Ella me miró con vergüenza y su rostro se volvió más rojo.
-Dios mío...-Susurró ella. Se sentó y acercó su mano hacía la cajita de su escritorio.-¿Mi hermana está aquí Nick?-Preguntó con voz firme.-
"Así es señorita. su hermana quería darle una sorpresa pero le he dicho que mejor avisar antes, pensé que estaría usted ocupada. ¿me equivoco?"
-Para nada Nick. En un momento te avisaré para que mi hermana pasé.-Dijo mirándome.-
"De acuerdo señorita."
El silencio reinaba en la oficina. De no ser por el secretario de Hannie lo que estábamos a punto de hacer hubiera llegado más lejos. No me imaginó lo que hubiese sucedido si su hermana hubiese entrado por sorpresa.
-Creó qué lo mejor será arreglarse.-Dijo Hannie con vergüenza.-Gracias a Dios Nick avisó antes.-Asentí.-
-De lo contrarió Adriana hubiese quedado traumada de por vida.-Hannie río un poco.-
-Le debo una a Nick aunque él no lo sepa. Le hemos ahorrado un trauma a mi hermana.- Asentí.-
-Vamos es mejor arreglarse para qué no sospeché.-Dije y ella asintió.-
Un poco más y la pobre hermana de Hannie queda traumada. Al menos no llegamos lejos hasta ahora...
-Nick puedes decirle a mi hermana que pasé.-Hannie se sentó en su asiento. El rubor aún estaba presenté en su rostro.-
"Enseguida señorita."
De inmediato se escuchó el toquido en la puerta de la oficina. Hannie suspiró, tal parece que estaba algo nerviosa. Ella evitaba mi mirada a toda costa.
-Pase...-Había dicho Hannie una vez que la puerta fue tocada.-
La puerta se abrió dejando ver a Adriana, la hermana menor de Hannie. Pero no venía sola, en sus brazos estaba estaba con un hermoso vestido amarillo pastel, un listón en la cabeza y medias blancas.
-Mira quién te quiso hacer una visita hermana.-Hannie corrió al ver a Luam en brazos de su hermana. Al mismo tiempo, Luam sonrió al ver a su madre. La escena era adorable.-
-Oh mi bebé.-Sonrió Hannie dejando muchos besos en la cabecita de Luam.-
-Me pareció buena idea traerla.-Se encogió de hombros Adriana.-Hola señor Brooks.-Saludo.-
-Por favor llámame ángel, Adriana. Dejemos las formalidades.-Ella asintió.-
-Angel.-Sonrió.-Lamento venir sin avisar, en realidad iba a hacer una sorpresa.-Mire de reino quién tosió un poco.-
-Nick hizo bien en avisar antes.- Respondió Hannie.-
-¿Por qué?-Preguntó Adriana.-¿Interrumpí algo?-Nosotros negamos con la cabeza.-
-No del todo pero nadie nunca sabe...nosotros hablábamos de cosas importantes.-Dijo Hannie volviendo su atención a Adriana.-
-¿Como cuáles?-Curiosea su hermana.-
Hannie abrió la boca más de está no salió nada. Lo mejor era salvarla de su propia hermana.
-Cosas de pareja.-Hannie asintió rápidamente.-¿Como haz estado Adriana, te sientes bien?-Ella asintió.-
-De verdad estoy mucho mejor con mi hermana que...en casa de mis padres.-Susurro esto último.-
-Espero de todo corazón las cosas se arreglen.-Ella asintió.-
-Si. yo también.-Me sentía mal por ver tanta tristeza en una chica tan joven como Adriana. ella debería de estar saliendo con sus amigas o estar más pendiente de sus estudios qué de lo que hagan sus padres. Pero nadie elije con que persona será o no su familia.-
Simplemente algunos tienen suerte. Otros no la tienen tanto y viven verdaderos infiernos siendo inocentes.
-Bueno Adri ¿que las trae por aquí?-Pregunto Hannie. su hermana sonrió.-
-¿Les parece si salimos a dar un paseo?-Se encogió de hombros.-Estoy muy aburrida Hnnie.-Adriana era adorable.-
-Bueno...¿tu que dices Ángel?-Me miró dudosa.-
-Por mi esta perfecto.-Respondí.-Así tendré más tiempo de conocerte un poco más Adriana.-La mencionada sonrió emocionada.-
-¡Gracias gracias!-Chillaba.-
Hubiésemos continuado con nuestra conversación para ir al parque de no ser porque la puerta de la oficina de Hannie se abrió. Dejando ver a su padre y a su esposa. Está última no tenía buena cara.
-¿Papá?-Hannie se levantó. Observe como el padre de Hannie miró directamente a Luam. Quién estaba más concentrada en meter su pequeño pulgar en su boca que en lo que pasaba a su alrededor.-
-Hannie necesito hablar contigo.-Dijo su padre. Su vista fue a parar en mí.-A solas.-Gruño.-
-Lo que sea que tengas que decir dilo en frente de todos papá.-Hannie frunció el ceño.-
-Hannie esto es importante. Necesito que hablemos a solas.-Hannie asintió. Aún así su rostro estaba fruncido.-
-Ángel luego hablamos ¿si?- Asentí.-
-Vale. hablaremos más tarde.-Me acerqué hasta donde estaba Hannie y bese su mejilla. Casi llegando a sus labios. Miré a Luam y deje un beso en su regordeta mejilla. Ella en respuesta río y estiraba sus bracitos.-Con permiso.-Salí de la oficina.-
Saqué mi teléfono de mi bolsillo trasero. Pude notar qué tenía algunas llamadas perdidas. La gran parte de mi amigo y compañero de trabajo Max Stone. Me preguntaba ¿para qué estaría llamando?. Creó que luego tendría que ir a visitarlo. O eso era lo que iba a hacer cuando fui detenido por una mano en el hombro. Al principió creía que era Hannie. Pero esa idea de fue al ver a la mujer qué tenía frente a mi. Era la esposa del padre de Hannie.
-¿Se le ofrece algo señora Miller?-Pregunte. Ella sonrió y me miró de arriba hacía abajo.-
-Seré directa Angel Brooks.-Asentí.-¿La estúpida de Hannie te tiene amenazado para que finjas ser su novio, se sinceró cuanto te paga?-Fruncí el ceño.-
-¿Disculpe?.-No entendía a qué quería llegar.-
-¿Cuanto te paga Hannie para que finjas ser su novio?-La madrastra de Hannie sonrió.-
-No me paga nada.-Respondí seria.-Hannie y yo tenemos una relación.-Esperaba el momento indicado para pedir ser novio de verdad.-
-No te creó nada.-La sonrisas de la señora Miller se borró.-
-Depende de usted sí creerme o no señora Miller.-Dije.-
-Llamame Chanel.-Dijo.-Te propongo un trato ¿vale?-Juraba que su tono de voz se había vuelto más meloso.-
-No me interesa nada de lo que proponga señora.-Gruñí.-
-Oh creeme que te gustará guapo...sé mi amante y te pagaré el doble de lo que la estúpida te paga. Porque sé ustedes no son nada.-Chanel se había acercado peligrosamente a mí.-
Suspire. Esta mujer no era lo que aparentaba ser. La tomé de los hombros y Sonreí ella había sonreído ampliamente.
-Lo repetiré nuevamente...No me importa lo que me proponga, no me interesa nada, menos ser su amante. Mi lugar esta al lado de Hannie que ha demostrado ser una hermosa mujer. Ahora si no le importa me retiraré.-La solté y me di vuelta. Quería salir de aquí lo pronto posible.-
-¡Rogaras por qué seas mi amante Ángel, tú y Hannie no estarán juntos eso dalo por echo!-No me giré por ningún motivo.-
Ninguno de ellos me alejaría de Hannie y Luam. Ni ése Connor ni Chanel.
(...)
-Bueno, el galán habla de una vez. has estado en el aire últimamente dime, ¿que te trae así?-Preguntó divertido mi amigo Max.-
-Una mujer.-Sonreí.-
-¿De verdad?-Asentí.-La chica tiene que ser muy especial.-Dijo Max.-
-Lo es.-Respondí.-
-Debo creelo si ella te trae tan distraído de lo normal amigo.- Río.-¿Cómo se llama?-Preguntó.-
-Hannie...Hannie Miller.-Max asintió.-
-El apellidó me suena pero no sé dónde he escuchado de él.-Max levantó una ceja.-
-Trabaja en una empresa de relojes.-Dije.-
-Oh...la chica tiene dinero.-Se burló.-
-Burlate todo lo que quieras Max. Yo sé qué ella es más sencilla y humilde de lo que su imagen hace pensar a las personas. Sé que es ella.-Sonreí.-
-¿Qué es ella?-Preguntó Max confundido.-
-El amor de mi vida...