Remitente: Hannah Navarro.
Número 25, Jefferson Street, Lafayette, Luisiana, 70501
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Destinatario: Comandante S. R. Johnson.
Estación Kodiak de la Guardia Costera de Los Estados Unidos. Isla Kodiak, Alaska, 99615
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Agosto, 02, 2010
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Señor Johnson:
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Llevo mucho tiempo queriendo escribir esta carta y ahora que finalmente lo hago... no estoy muy segura de cómo debo comenzarla. Son tantas cosas las que dan vueltas en mi cabeza que es complicado elegir una sola, pero como no pretendo extenderme ni quitarle demasiado tiempo, me saltaré el protocolo y simplemente diré lo que quiero decir:
Le escribo esto para agradecerle a usted, y a todo su equipo, pero en especial a usted, por todo el esfuerzo y dedicación que ponen en cada uno de los llamados de auxilio que llegan a su base.
Yo, como ciudadana de este país, le doy gracias a Dios por tener a personas como usted en los cuerpos de rescate, cumpliendo tan arriesgada y noble tarea; me llena de esperanza y confianza saber que siempre podremos contar con su persona y los suyos. Me ayuda a dormir tranquila por las noches, aunque pueda sonarle tonto.
Le agradezco particularmente a usted por todo el esfuerzo que ha puesto en cada uno de estos rescates, a pesar del riesgo que esto representa para su integridad física y su vida; eso dice mucho del tipo de persona que es, y deja su nombre en alto; para mí, usted es el hombre más valiente que conozco… Es y siempre será un héroe.
Quizás se estará preguntando quién soy y por qué le digo todo esto; sepa que aunque no nos conocemos, sentí necesario expresar mi eterna gratitud hacia su trabajo, hacia su dedicación, pues labores como la que ustedes desempeñan, con la determinación con la que las realizan, no es cosa de todos los días… no lo hace cualquiera, y eso merece ser reconocido, por mi persona y por todos en esta nación.
Espero que se sienta orgulloso de sí mismo, por su valentía, su integridad y determinación, porque a mí me enorgullece decir que pertenezco al país que forma hombres como usted.
Confieso que me llevó varios meses encontrarlo, y aunque hubiese querido hacer esto de otra forma, luego de varios intentos fallidos me informaron que su dirección, correo electrónico y toda información personal es privada, por lo que decidí enviar esta carta a su base, con la esperanza de que algún día llegue a sus manos y para que pueda recibir mi mensaje.
Espero que mi gesto no le genere incomodidad, pero es difícil no desbordarse en halagos ante personas como usted, que lo dan todo por los débiles y necesitados.
Sin más que agregar, me despido, deseándole un buen día, y una larga vida, porque no merece nada menos que eso.
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Hannah Navarro.