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Con el tiempo dejo de responderle, ella me enviaba correos 3 o 4 veces por semana, yo le respondía un o dos a lo mucho, y después ninguno, por eso en el último que mandó se despidió de mí. Debo regresar, saber cómo esta, quiero ver a mi familia, ellos me escriben que me extrañan, no he regresado desde hace 10 años, siempre les digo en los correos que tengo mucho trabajo, al parecer soy una abogada muy exitosa, quien lo iba a pensar, yo odiaba esa profesión. También quiero verlo a él, sé que seguramente es un importante ingeniero automotriz, me gustaría tanto verlo sonreír. El teléfono suena y contesto pensando que es papá, pero la voz de la línea no es de él – ¿Viviana dónde estás?, te estamos esperando en el juzgado –dice la voz gruesa del otro lado – ¿Quién eres?–digo no teniendo id