Habían ya pasado cinco meses desde que Gabriel había decidido decirle a su esposo acerca de su embarazo. Esos meses estuvieron llenos de gritos y cambios de humor de parte del arcángel además de antojos realmente extraños, todo eso lo tenía que pagar Sam aunque Stiles terminaba siendo el paño de lágrimas del arcángel cuando alguien según él lo lastimaba o le decía palabras hirientes. Stiles solo sonreía cansado y acariciaba el cabello del hombre con cariño hasta que se calmara y corriera a los brazos de su esposo. Derek junto con los demás por otro lado estaban realmente preocupados por la salud del castaño aunque tratara de ocultarlo todos podía notar lo pálido que estaba, a veces lo veían más débil pero el híbrido se negaba a que lo ayudarán. Magnus tuvo que hacerle un té especial,