Argent

VII.- El Brujo y el Lobo

Derek se levantó y se dirigió al segundo piso a la habitación del castaño. Se paró frente a la puerta alzando su mano deteniéndose por unos momentos. ¿Y si el castaño estaba ocupado? ¿Si seguía molesto y serio?

- Derek entra de una vez, te juro que no muerdo - le dijo Stiles divertido desde adentró

Derek negó con la cabeza, si que este chico era único pero no podía espera más de su compañero. Era simplemente perfecto.

El alfa abrió la puerta encontrándose con Stiles frente a una pizarra transparente con muchas cosas anotadas y cosas unidas por hilos de diferentes colores.

- Lo siento, ¿estás muy ocupado? - le preguntó Derek sentándose en la cama

- Para nada, estaba matando el tiempo, termine el reporte hace unos minutos solo necesito lo de Jughead para mandárselo a mi supervisor - le dijo Stiles  abriendo las ventanas que daban al balcón - ¿sales conmigo?

Derek asintió saliendo al balcón con el otro, Stiles se recargo sobre el barandal viendo el bosque, de su bolsillo saco una cajetilla de cigarro, tomando uno, prendiéndolo y colocándolo entre sus labios, aspirando con fuerza y tomarlo entre sus dedos.

- No pareces ser alguien que fuma - le dijo Derek tranquilo

- Una mala costumbre de hace tiempo, de alguna forma me calma. Ahora dispara, se que quieres preguntarme algo - le dijo Stiles esbozando una sonrisa

- Chris y Allyson nos dijeron que te entrenaron como cazador, ¿cómo fue eso?

- Así es pero no fue porque quisiera, papá no sabe nada pero Gerard me amenazó para que lo hiciera, si yo me volvía un cazador mantendría a Ally lejos de esta, ella no tendría que ser una cazadora si no quería. Muchos pensarían que al ser mi abuelo el entrenamiento no seria tan malo o que tendría un trato especial hacía mi y si lo tuvo pero no de la mejor manera…

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Un Stiles de 13 años se encontraba en el campo de entrenamiento de los Argent, el niño vestía unos tejanos negros ajustados, una playera negra y bostas del mismo color. A su lado había varios niños de su edad, niños del clan y de otros clanes que sus padres habían abandonado para formar parte del clan Argent. Había crecido con la mayoría, todo parecían ansioso y emocionados pero Stiles solo estaba molesto, él no quería ser un cazador, no quería dañar a los demás incluso si eran sobrenaturales. Para le pequeño ellos tenía el mismo derecho de vivir como ellos pero su abuelo era despiadado, desde que era más pequeño había la oscuridad de su abuelo y tía.

Un cazador llegó haciendo que comenzaran con los ejercicios básicos para aumentar su fuerza y resistencia, a Stiles le parecía sencillo, tenía talento para eso aunque no le gustara. Su sueño era ser agente del FBI y su papá estaba muy orgulloso de él así que desde pequeño le enseño a defenderse, tenía un don para aprender las cosa de manera rápida, era un excelente alumno según su padre.

Gerard se acercó a los niños viendo a su nieto, él cual parecía más tranquilo que antes y esbozó una sonrisa.

- Mieczyslaw - le llamó el mayor

Stiles e levantó y camino hasta su abuelo con el ceño fruncido, definitivamente odiaba a ese viejo arrugado. 

- ¿Qué? - le preguntó de mala manera

Stiles siempre había sido "rebelde", nunca había respetado a Gerard o Victoria, su madrastra. No tenía miedo de responderles, él no se quedaba callado, las únicas personas que veían el lado amable y tierno del castaño eran su padre, su hermanita y su tía Kate.

- No entrenarás con estos niños, eres un Argent puro y eres más capaz que todos ellos, yo te entrenare personalmente - dijo esbozando una sonrisa cínica

El pequeño no pudo evitar pasar saliva con miedo, sabía que su abuelo era un monstruo.

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Stiles entró prácticamente arrastrándose a su casa donde se encontraba Chris sentado en un sofá leyendo unos documentos, podía escuchar a Victoria en la cocina y suponía que Allyson estaba en su habitación.

Al escuchar la perta Chris miró a su dirección parándose de inmediato para acercarse a su hijo y atraparlo antes de que cayera al suelo, sus piernas ya no respondían, había tenido que caminar a su casa y herido.

- ¡Mieczyslaw! Por el amor de Dios, ¿Gerard te hizo esto? - preguntó Chris preocupado cargando a su hijo subiendo al segundo piso

- Si, decidió entrenarme él - dijo Stiles con trabajo cuando su padre lo dejo sobre la su cama para ir por el botiquín de primeros auxilios

- Ese imbécil, sabía que algo así pasaría pero no creía que salieras así del primer enteramiento, lo siento Mica, lo siento mucho - dijo Chris mientras limpiaba todos los cortes

Stiles tenía hematomas por todo el cuerpo, su torso estaba lleno de cortes profundos, tenía un ojo morado, su nariz sangraba sin parar, tenía el labio roto, una ceja abierta y Chris pudo notar dos costillas rotas; su hijo parecía haber salido de una pelea callejera, estaba hirviendo de coraje y furia.

El mayor termino de curar, coser y vendar todas las heridas de su pequeño y le dio unas pastillas para el dolor.

- ¿Sti? - preguntó una pequeña Allyson de 8 años, la cual se alarmó al ver a su hermano cubierto de vendas y con rastros de sangres

- Hola Ally - le saludó con una hermosa sonrisa adornando su rostro

- ¿Estás bien Sti? ¿Qué te paso? - preguntó muy asustada

- Tranquila Ally, ya sabes que al abuelo le gusta ser algo duro - le dijo Stiles acariciando con ternura las hebras castañas de la pequeño

- Ally deja descansar a tu hermano, descansa Mica, lo necesitas. En un rato te traigo algo de comer - le dijo Chris recostando a su hijo con cuidad y tapándolo

- Esta bien, cuida de Ally que ella no le haga nada - dijo antes de caer profundamente dormido

- ¿Sti va a estar bien papi? - preguntó Allyson acariciando el cabello de su hermano mayor

- Lo estará, solo necesita dormir. Ahora vamos a comer para después traerle algo a Mica - le dijo Chris tomando a la pequeña en brazos

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Unas horas después Stiles despertó por unas suaves caricias en su frente, a su lado estaba su tía Kate esbozando una tierna sonrisa. Allyson estaba a su lado leyendo un libro.

- Hola pequeño torbellino, ¿cómo te sientes? - le preguntó Kate con dulzura

- Como si Gerard me hubiera golpeado, es bueno verte tía Kate - le dijo Stiles sentándose para comer lo que le habían traído

- Desde mañana estaré en los entrenamientos, tararé de apaciguar a mi padre, todo estará bien pequeño Mica

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- ¿Kate era amable? - preguntó Derek sorprendido

- Aunque no lo creas ella era la típica tía linda y cariñosa, era una madre para mi pero todo cambio cuando yo comencé a mejorar. Cuando fue ganando experiencia Gerard se concentró en mi y eso hizo que Kate me envidiara y de ahí salió un poco del odio que había en su corazón, nada fue igual. Kate comenzó a ser incluso más dura conmigo de lo que era Gerard, mi infancia fue una tortura hasta los 17 cuando deje a los cazadores y fui a Quántico. Ser un Argent no fue tarea fácil pero por lo menos le pude evitar eso a Ally, ella es fuerte pero no hubiera resistido eso - dijo Stiles terminando con lo que quedaba del cigarro tirándolo al suelo y apagándolo

Derek estaba sorprendido por todo lo que le había contado el castaño, esos malditos se atrevieron a dañarlo de maneras que era imperdonables cuando era tan solo un niño, un niño que debía ser feliz, que debía de jugar con sus amigos y preocuparse con que juguete iba a jugar.

El alfa no pudo evitar soltar un gruñido molesto, le encantaría ver a esos dos y arrancarles la garganta con sus dientes, no merecían vivir por el hecho de haber dañad a su hermoso compañero.

- ¡Ey! Tranquilo lobo feroz, eso fue hace tiempo, si jamás voy a olvidarlo pero de cierta forma me ayudo a saber que el mundo está lleno de mierda y que de algún modo saldría lastimado. Estoy roto Derek, estoy lleno de errores, tengo sangre en mis manos, creí que al entrar al FBI pararía todo esto, matar inocentes pero fue todo lo contrario, incluso tuve que pasar por cosas así antes de crear el equipo - dijo Stiles mirando el apidaje con tristeza

Derek tomó la mano del menor con cariño y esbozó una ligera sonrisa.

- No tienes que contarlo, aun no estás listo pero no permitiré que algo así vuelva a pasar o por lo menos no lo harás solo. Estaré a tu lado Stiles, no importa que tan difíciles se pongan las cosas - le dijo con cariño

- Gracias Sourwolf