Después de un rato, finalmente ella retrocede un poco. —Háblame —dice suavemente, como siempre hace cuando estoy molesta. —No me quiere, mamá —le susurro y admitirlo en voz alta ante ella, y ante mí misma, me provoca un dolor físico en el pecho—. Sabía que no lo haría, pero duele. —No lo sabes. Los sentimientos son complicados —dice, apartando mi cabello de mi rostro. —Aunque él no lo quiera, él está atrapado conmigo. Creo que simplemente ser rechazada sería mejor. Siempre seré la pareja con la que está atrapado. Y ella solo se queda allí, escuchando, dejándome hablar sobre todos mis sentimientos y pensamientos que pasan por mi cabeza. —Él sabía, mamá. Durante 4 años ÉL SABÍA que yo era su pareja, y sabía que no era lo suficientemente buena. Dijo que no pensaba que sería una buena r