La Loba Rota

Capítulo 5-2

La ceremonia ha terminado y mientras nos ponemos de pie para salir, me doy cuenta de que estar entre Seth, el Rey y la Reina ha complicado nuestra salida ahora. Normalmente, el nuevo Alfa saldría primero y todos los demás seguirían en orden jerárquico, pero como los miembros Reales están aquí, los tres deben salir primero. Cuando ellos se voltean para salir primero, el Rey Peter se vuelve hacia nosotros y dice:

—Seth, ¿por qué no acompañas a la dulce Molly? Estoy seguro de que nuestro nuevo Alfa Robert no le importará —se dirige a Robbie, quien solo sonríe y dice:

—Claro que no me importará que el Príncipe acompañe a mi hermana —pero no sin lanzarle una mirada al chico al que agredió levemente hace solo 40 minutos.

Seth se pone delante de mí y me ofrece su brazo mientras mueve las cejas y dice:

—Mi dama —y sinceramente no puedo evitar reírme de su expresión. Veo la cara de mi mamá de reojo y simplemente irradia alegría por toda la interacción. Tomo el brazo de Seth con mi mano y él extiende su otra mano para ponerla sobre la mía mientras caminamos detrás de sus padres.

Al llegar al final del pasillo y salir de la vista de todos, mi hermano se acerca y agarra a Seth y a mí. Se inclina hacia adelante detrás de nosotros y le habla a Seth:

—Cuida tus manos, hermano —dice con una sonrisa burlona.

—Oh, definitivamente estaré vigilando dónde van —Seth vuelve hacia Robbie y por un momento creo que mi hermano realmente podría perder el control de su lobo—. Estoy bromeando, Rob. Siempre cuidaré de ella —le dice, y me conmueve la sinceridad en su voz. Sin embargo, apenas me conoce, es una promesa vacía, pero está intentando.

Con la ceremonia terminada, casi es hora de la recepción. Espero que mis acciones anteriores y el retraso no hayan afectado demasiado el servicio de la cena. Sé que no se supone que esté en la cocina hoy, pero papá ya me ha enviado una vez y sería terrible para la manada si las cosas no salen bien. Tomo una decisión y decido ir hacia allá.

—Seth, necesito ir a la cocina y asegurarme de que todo esté listo. Nos encontraremos en el comedor una vez que sepan que todo está arreglado —le digo y frunce el ceño—. Soy la chef principal de la manada y, aunque mi sous chef se encarga de todo, ya que era una reunión familiar, me sentiría mucho mejor si pudiera ir a asegurarme de que todo esté listo y si necesitan ayuda extra —continúo hablando, dándome cuenta de que ni siquiera sé si él sabe que soy chef.

—Puedo acompañarte si realmente lo necesitas, pero no quiero dejarte sola.

—Estaré bien, de verdad. Solo está mi personal allá abajo, y conociste a Oliver antes, creo. Estaré bien y subiré una vez que estén todos listos.

—Molly, ahora eres la futura Reina. Ya no tienes que trabajar —me dice, y sé que está intentando ser amable, pero eso realmente duele.

—Nunca he tenido la obligación de trabajar. De hecho, tuve que convencer a mi papá para que me permitiera tener este trabajo. Realmente lo disfruto. Es como contribuyo a mi manada —le digo, pero me doy cuenta de que en mi dolor he dicho más de lo que quería. Tengo sentimientos complicados sobre mi papel en esta manada y no quería derramarlos frente a él.

—De acuerdo, Molly. Lo entiendo. Al menos déjame acompañarte hasta la cocina para asegurarme de que estés segura, por favor.

Y sé que su solicitud es genuina y solo quiere que esté segura, pero con más personas saliendo de la ceremonia y acercándose, no quiero que nadie vea. Asiento con la cabeza, pero suelto su brazo.

—Es por aquí —le digo y comienzo a caminar hacia la dirección de las escaleras de servicio. Puedo sentir su irritación hacia mí por soltar su brazo a través de nuestro vínculo, pero sigo adelante y él no dice nada. Llegamos al final de las escaleras cuando de repente agarra mi brazo y olfatea el aire. Olisquea de nuevo y luego me empuja contra una puerta y olfatea lentamente mi cuello. Su cuerpo está suavemente presionado contra el mío. Está tan cerca y se eleva sobre mí y su aroma me ha envuelto y empiezo a sentirme completamente abrumada.

—Todo aquí abajo huele como tú —finalmente me dice—. Es tan fuerte.

—Oh, ehm, sí. Paso todo mi tiempo aquí abajo. La cocina está por aquel pasillo y mi oficina está allá. La puerta detrás de mí es la que lleva a mi suite —le digo.

—Muéstrame, por favor —dice y lo considero por un momento. Está tan cerca y hace que mi corazón se acelere, y luego se empuja ligeramente más contra mí y besa el lugar de mi cuello donde iría la marca de una pareja. Casi cedo, pero estamos demasiado cerca para pensar con claridad y necesito decirle la interminable lista de problemas que tenemos para estar juntos.

—Después —murmuré, porque es todo lo que puedo articular con él tan cerca. Lo escucho tomar una respiración profunda mientras se aparta de mí, pero aún se queda donde está, elevándose sobre mí.

—Después —me susurra mientras ambos tomamos un momento para recobrar la compostura—. ¿Estás lista? —pregunta después de un momento, y todo lo que puedo hacer es asentir. Él retrocede y agita su brazo indicándome que vaya adelante. Camino hacia la puerta de la cocina con él detrás de mí y me vuelvo hacia él.

—Gracias por bajar conmigo— le digo.

—De nada. ¿Estás segura de que estarás lista para la cena?

—Sí, papá me llevará allá arriba si intento algo —le digo y él sonríe.

—Qué bien. No puedo esperar para verte de nuevo —dice, tomando mi mano derecha y llevándola a su boca para un beso.