Seth coloca suavemente sus manos a cada lado de mi rostro. —Molly, ¿estás bien? —Finalmente lo escucho hablándome y solo sacudo lentamente la cabeza —. Bien, vamos a casa. ¿Quieres que te cargue? —Vuelvo a sacudir la cabeza, sin confiar en mí misma para hablar, pero me levanto y comienzo a caminar hacia afuera. Seth intenta agarrarme del brazo, pero sigo caminando con los brazos cruzados, casi abrazándome a mí misma, mientras regreso rápidamente a la casa de la manada. Él no dice nada más, solo me sigue de cerca, colocándose frente a mí para abrirme la puerta. Puedo ver preocupación en su rostro mientras lo hace, pero no puedo reunir fuerzas para decir nada todavía y simplemente continúo, bajando las escaleras y entrando a la seguridad y comodidad de mi hogar.
Seth me sigue, cerrando sile
