When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Mamá toma el control remoto y pausa la película, volviéndose hacia mí y agarrando mi mano buena en la suya. —Molly, él no puede rechazarte. Tú lo sabes. —Lo sé —le digo, tratando de contener las lágrimas—, pero eso no significa que él tenga que marcarme. Podría vivir su vida sin una pareja. —Ese hombre está en territorio renegado con tu hermano tratando de encontrar una forma de curar tu mano mientras te mantiene a salvo —comienza ella, apretando mi mano—. Esas no son las acciones de un hombre que planea dejarte. Sé que tiene razón, pero mis miedos han sido tan prevalentes en toda mi vida que es difícil creer que realmente no sea un problema para él. No aportaría nada a esta relación, y mucho menos al reino. Respiro profundamente antes de decidir dejar el asunto de lado por ahora. —¿