Ella se ríe de mí. —Solo espera hasta que lleguemos al postre. No sé por qué está actuando así. No es como si no tuviera acceso completo a la cocina de la manada y la capacidad de hacer lo que quiera por mí misma. Sin embargo, jugaré junto a ella por ahora. Estoy segura de que está siendo inspirada por su loba y después de nuestra conversación de hoy, creo que debería mostrarle un poco más de respeto a su loba. Papá nos mira y sonríe. —¿Todo está bien ahora? —pregunta y ambos asentimos—. Bien. Creo que lo sabes, pero te amamos más que a la vida, Molly. Estamos felices de tenerte. Sus palabras me traen lágrimas a los ojos. —Lo sé, papá. Estoy feliz de que me encontraste. —Dos veces —agrega con una sonrisa—. La diosa te trajo a mí dos veces. Solo que no lo supe hasta esta semana. Des