Me doy la vuelta, abrochándome la chaqueta y él toma mi sombrero de mi mano, colocándolo en mi cabeza de una manera que me recuerda a Seth haciendo lo mismo anoche. Me ofrece su brazo y felizmente lo tomo mientras salimos. Lo sigo, dejando que me muestre lo que él quiera. Me guía por la zona donde se encuentra su cabaña, llena de árboles de pino, contándome sobre los diferentes tipos. Un poco más adelante hay menos árboles de pino y una mayor variedad de árboles, ¡incluso algunos arces de azúcar! —¿Haces jarabe? —pregunto emocionada, ya planeando investigar cómo hacer jarabe. —Solía hacerlo, hace mucho tiempo. No lo he hecho desde hace mucho tiempo, pero hay algunos lobos por aquí que sí lo hacen —me dice con una risita ante mi emoción—. Estoy seguro de que estarían encantados de enseñar