Narra Alejandro: Mi madre y Beatriz cacarean emocionadas, discutiendo sobre telas, colores de manteles y centros de mesa. Ambas están de lo más emocionadas por el tema de la fiesta de compromiso, así como por la boda, a pesar de que todo esto no es más que una vil mentira, producto de una amenaza. Me han pedido que las trajera hasta el centro de planeación de eventos, donde una organizadora se esmera en brindar todo lo que sale de la boca de Beatriz. Al principio me sorprendió un poco la oferta: ellas pueden conducir perfectamente o en su defecto, utilizar a uno de los hombres de mi padre, que desde que se desató la guerra, han reforzado la seguridad de cada integrante de mi familia. Además de eso, Beatriz y yo no hemos vuelto a hablar desde el altercado cuando salimos del hospital, y las