Isabella Mientras me doy un baño pienso sobre todo lo que sucedió anoche la entrega sublime de pasión, mi declaración en el momento de alcanzar el clímax, y luego la soledad en la que me dejo mi jefe por no saber sobrellevar la situación, luego verlo tirado en ese sillón ebrio ahogando sus miedos en el alcohol y ahora su arrepentimiento que parece genuino, pero es un zorro disfrazado de oveja, no me puedo dejar convencer tan fácilmente, si me quiere tener tendrá que demostrarlo. Decido que lo mejor es dejarlo solo por lo que resta de día. Salgo del baño envuelta en una de las algodonosas toallas y busco mi teléfono para llamar a Kris, su buena vibra me ayudara a despejar un poco la mente. Es lo único que necesito en este momento. — Hola Isa, ¿Que tal te va con tu Dios del sexo? — a eso