Anna Sophie. Con mi cabeza apoyada en su pecho, disfruto de los latidos de su corazón, de la paz que se respira entre nosotros después del caos de día que tuvimos. Después de que todo fue dicho, sentimientos fueron aclarados y todo el dolor quedó despejado, puedo sentir con más claridad esa conexión que siempre hubo entre nosotros. Es una conexión de alma, cuerpo y corazón. Este hombre llegó como un vendaval a mi vida, despertando mis mayores miedos, pero dándome las mejores alegrías. Y sé que después de hoy, no podré soltarlo. Al menos, no sin dar una pelea digna. Una pelea digna de él. Sonrío cuando sus dedos acarician los míos en su pecho, luego los entrelaza juguetonamente y quedo cautivada allí, mirando cómo nuestras manos, tan diferentes físicamente, encajan como dos puzl