Dereck.
Juego con los chicos a la pelota mientras en la distancia observo a Sophie y Stephanie hablar.
En un primer momento, tan pronto las chicas se vieron, se lanzaron a los brazos de la otra y pude ver lágrimas en los ojos de ambas. Desde entonces, se fueron a sentarse en las tumbonas y llevan horas hablando y hablando y hablando. Y mi rojita se ve tan feliz. Nunca la había visto tan feliz como hoy. Y me siento orgulloso de decir que, cuando me mira desde la distancia, su sonrisa se ensancha y sus ojos se iluminan, brillando con amor.
Joder, amo a esa mujer.
El sentimiento es tan desconcertante y desconocido dentro de mí. Esta necesidad de proteger, de verla bien, de hacerla reír, de quererla siempre conmigo, es algo que nunca sentí con nadie.
— Espabila — me grita Thomas cuando
