Pasaron horas y Catrhyn aún no despertaba, aquél hombre seguía a la espera de que reaccionara, verificaba que no tuviera fiebre alta, solo le dió un poco pero fue leve. El hombre cambió sus prendas y le colocó un vestido pijama blanco de seda y limpió cada parte de su cuerpo con una toalla y agua fría para que su fiebre no fuera empeorar.
Le compró comida y la puso al microondas para calentarla un poco y esperar a que despierte, ya tenía tenía calculado el momento en que lo haría.
Después de tanta espera Catrhyn se despertó pero con muchas ganas de vomitar así que solo salió de la cama de un brinco y se dirigió al baño y expulsó todo hasta quedar sin fuerzas, sintió en su hombro una mano cálida que le daba palmadas para poder calmarla, ella sólo se levantó y se lavó la boca sin aún prest
