Cristián fruncía el ceño. Su compañera se había alterado y él lo había notado. El pulso ahora circulaba más agitado y su respiración irregular. Al final la soltó cuando ella lo miró desafiante y enterró ligeramente las uñas sobre sus dedos. La vio acercarse a la mesa infalible y gruñó cuando el otro hombre no se quiso mover. Surtió efecto poniendo distancia de inmediato. Alisha tecleó en la computadora y soltó un chasquido al encontrar lo que sospechaba. -Cristián necesito tu celular, perdí el mío cuando pasó aquello- hizo una mueca al recordar el incidente del atentado contra su vida. Ella marcó algunos números y cancelaba de aquí para allá cuentas mientras seguía escribiendo en su pc. El lobo estaba impresionado con la facilidad que hacía ambas tareas como si fuera un juego de niños.