Capítulo 5

1159 Words
Cristian pensó que enloquecería al ver el cuerpo inerte de su pareja en el piso cubierto de sangre. Su cuerpo vibró tan dolorosamente que lobo salió al exterior. Desgarrando la ropa en el camino corrió en dirección al hombre que había dañado a su mujer, su alma gemela, su mitad, la persona que tanto tiempo había esperado. La rabia, el dolor, el odio; una mezcla de sentimientos desbordados nublaron toda cordura llevándolo por el abismo de la venganza. El agresor se giró rápidamente de la impresión disparando al animal sin comprender la situación. La bala rasguñó una de las patas delanteras del enorme lobo marrón, pero un ligero dolor no le impediría alcanzar la garganta de su agresor. El hombre por reflejo lo esquivó a duras penas, la velocidad del animal era impresionante si se consideraba el tamaño de al menos un metro de altura. Nunca había visto una fiera tan grande en todos sus años de experiencia. Retrocedió un paso intimidado por los orbes dorados inyectados en sangre y rabia. El lobo economizaba sus movimientos analizándolo, sus largos colmillos estaban visibles debido a la piel engurruñada de su hocico, los pelos del lobo se erizaban como púas de metal, dándole un aspecto más aterrador del que ya, de por sí, tenía. El lobo volvió a abalanzarse y el hombre levanto el arma pero el gatillo se atoró. Solo fue cuestiones de segundos para que esos colmillos atravesaran la delgada carne del cuello. Cristian no tuvo consideración con el cuerpo. Desgarró cada fibra de carne hasta el pecho donde aún el corazón latía, débil pero vivo. No vaciló, no pensó, abrió la boca y lo destrozó dentro de ella. El dolor lo cegaban, lo consumía, quitándole el aliento y las fuerzas para pensar y la muerte de aquel hombre apenas si traía una décima de consuelo. Dejó a un lado en cuerpo inmóvil y sin vida, se acercó a su pareja preparándose para lo peor. Si ella se había ido, en la acompañaría. Acarició con la nariz la mejilla prácticamente oculta bajo la mata de cabello desordenado, dejando una pequeña mancha. Aún mantenía el calor en su piel joven y suave. Un gemido de dolor brotó en la garganta y volvió a tocar su rostro aplicando más fuerza en un intento por despertarla, aun con esperanza de que estuviera viva. Un pequeño movimiento de sus labios lo alertó. Cristian levantó la cabeza y se fijó en su torso. Era leve pero se movía. Volvió a su forma humana y sin aun haber completado la transformación la tomó entre los brazos acercándola a él y tomo el pulso en su cuello. Era tan débil que lo asustó, pero en el fondo una sensación de alivio lo invadió para ser suprimida por la desesperación. Si no actuaba rápido, esta vez si la perdería. Tomando lo que había quedado de su camisa, la envolvió alrededor del pecho de ella en un intento de detener la sangre temporalmente. La cargó y la llevo a su auto depositándola en el asiento trasero. Los minutos en la carretera entre la pequeña ciudad y su condominio le parecieron eternos. A pesar de pisar el acelerador e ir a máxima velocidad, le tomó cerca de 15 minutos. Serguei lo esperaba en la entrada, gracias a la llamada que había hecho en el camino y apenas se detuvo, vio cómo su alfa tomaba a Alisha en sus brazos y la sacaba del auto. Cristian gruño inconscientemente -Cálmate beta, te necesito claro, no tenemos mucho tiempo, aún hay esperanza de salvarla- El enorme hombre se giró y caminó en grandes zancadas hacia el interior de la mansión. Cristian tomó los pantalones que uno de sus compañeros le dio, recordando que había manejado desnudo, apenas si se había dado cuenta. Su mente giraba solamente alrededor de la vida de su pareja. Corrió escaleras arriba ignorando las preguntas de los otros residentes y cerró la puerta tras de sí al entrar en la habitación. -Tienes que enlazarte con ella- le soltó su alfa mientras examinaba la herida. -Serguei, eso...-cerró su boca al ver el ceño fruncido del hombre mientras apartaba la ropa de Alisha dejando su pecho manchado al descubierto. -Es el único método, no será un enlace completo, pero tienes que morderla y darle tu sangre, yo le daré también de la mía, la sangre de lobo se encargara de reparar los órganos dañados más rápido que su cuerpo humano. Cristian vaciló al principio pero tenía que ceder. Sabía que esa decisión iba a costarle cuando su pareja se despertara, una mujer tan independiente como ella enloquecería si la amarraban de aquella forma, pero era el único método de mantenerla en este mundo, y Serguei era lo bastante egoísta como para no perder a su mano derecha. El beta se acercó y la incorporó suavemente con ayuda de su alfa. Tomando una profunda respiración, aun vacilante dejó salir sus colmillos y pronunciando la promesa sagrada mentalmente tan rápido que temió equivocarse enterró los caninos en el blanco cuello de Alisha tomando solo mínimo de sangre pero la suficiente para entrelazar sus cuerpos y que la marca quedara permanentemente en su piel. Luego se rasgó él y llevó su muñeca a los labios de ella. Inclinándole la cabeza hacia atrás, dejo que el líquido rojo entrara en su boca. Los labios inertes pero aun cálidos de su pareja reaccionaron levemente y el volvió a respirar, debía disfrutar de estos pocos minutos junto a ella. Estaba seguro que sus acciones le costarían caras, aun si le había salvado la vida. Su mano fue remplazada por la de su alfa, minutos después, cuando la debilidad se apodero de sus miembros y necesito de soporte para no caer de la cama. Cristian se sintió mareado después del proceso. Había perdido bastante sangre mientras le daba a ella y a consecuencia de la herida en su brazo que ya apenas si era una línea roja en su piel bronceada. Muy a su pesar, tuvo que dejar que Serguei la acomodara en la cama y la cubriera con una gruesa manta. No le gustaba la idea de ninguno de los hombres de la casa cerca de ella, pero no tenía fuerzas para levantarse y sabía que su alfa solo lo ayudaba. Pero igual, no le gustaba. Dakota entró más tarde a la habitación llevándoselo renuentemente a su propia habitación por órdenes de su superior. Quería, necesitaba estar cerca de su pareja para cuando ella despertara. No le importaba su estado actual, cada célula de su cuerpo estaba llena de Alisha y de la culpa de no haber estado durante el ataque. Su comandante le obligó a tomar de su sangre para ayudarlo a recuperarse. Como beta de la manada estaba por encima en la línea de mandato pero por respeto a la persona que una vez fue su maestro, nunca lo desafiaba, aun así Dakota tuvo que poner presión en su nuca para que se alimentara.
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