Capituló 18
666
Corro por los pasillos, las alarmas sonando con fuerza, nada puede frenarme, siento una puzante necesidad de salir y acabar con todo el maldito mundo, pero mientras escapó, matare a todo el que pueda en este complejo, lo conosco como si yo lo hubiera construido, solo tengo que llegar al área de armamento, ese lugar era como una tienda juguetes para mí, tenía tanto de dónde escoger, no soy propensa a volar cosas, prefiero acabarlas con mis propias manos, sentir como la vida se les va, la sangre, la adrenalina que me genera es como tener sexo y hace años que no lo tengo, sigo corriendo aniquilando a todo el que intente detenerme, no me importa ninguno de ellos, aún que yo lo haya entrenado nunca forme ningún vínculo con ellos, me quitaron la capacidad de conectar con otros ser humano, alguna vez llegue anhelarlo, un abrazo, una caricia, un beso, pero aquí abajo se vive, se respira pura gente podrida por dentro que son iguales o incluso peores que yo y eso ya es decir mucho, no quiero destruir este complejo por un sentido noble de justicia o querer salvar a este maldito país, quiero destruirlo por venganza, porque ellos me arrabataron todo. Es hora de devolverles el favor.
Una vez en el ascensor pulso el botón del piso de armería.
El hacker
Victor se ha vuelto loco, derremate, quiere que me cuele en el servidor del presidente de los estados unidos, como si fuera haudini, perdió la razón, para empezar tengo que buscar su debilidades, una puerta tracera o lo que sea para poder burlar todo el sistema de seguridad nacional, j***r, tienen mejor tecnología que yo y todos mis amigos de la red, ni si quiera la Reyna puede hacer eso. No estaba molesto por eso, de hecho estaba emocionado, porque por primera vez estaba optimista, Natalia estaba viva, y estábamos moviéndonos para rescatarla, Elías volvió a Rusia a pedir apoyo en su gobierno, y yo tenía la peor tarea de todos, hecharme encima al servicio secreto. j***r.
Soy un astuto hacker, me sente frente a mi ordenador, con los ojos fijos en la pantalla. Mi objetivo era provocar al Servicio Secreto para que me buscaran, ya que teníamos información confidencial que creía que le interesaba al Presidente de los Estados Unidos.
Con una sonrisa pícara, comenze a trabajar en su plan. Cree un virus informático que simularía un ataque a los sistemas de seguridad de la Casa Blanca. El virus no tenía como objetivo dañar los sistemas, sino simplemente hacer que pareciera que lo estaba intentando.
Mientras el virus hacía su trabajo, envie un mensaje anónimo al Servicio Secreto, burlándome de ellos y desafiándolos a que me atraparan. El mensaje decía: "No podrán detenerme. Tengo información que el Presidente necesita saber. Venid a buscarme si os atrevéis".
El Servicio Secreto, alarmado por el supuesto ataque y el mensaje, activó su protocolo de respuesta a incidentes cibernéticos. Un equipo de expertos en seguridad informática comenzó a rastrear la fuente del ataque, determinados a encontrar al responsable.
Mientras tanto, observaba desde la sombra, esperando a que el Servicio Secreto me localizara. Sabía que no podía entrar al sistema de la Casa Blanca, pero estaba seguro de que el plan funcionaría. Quería que me buscaran, para poder entregarle la información al Presidente en persona.
Sevicio Secreto
Especialista en Contrainteligencia – Señor tenemos una anomalía.
Ingeniero Técnico – Si ¿Cuál?
Especialista en Contrainteligencia – Hay un troyano que está luchando por ingresar a nuestra defensa, no ha tenido éxito. Pero sigue intentado.
Ingeniero Técnico – No sería el primero.
Especialista en Contrainteligencia – Si pero este amenaza directamente al servidor del presidente, quiere acceder ala casa blanca, específicamente a la sala presidencial. A dejado un mensaje “No podrán detenerme. Tengo información que el Presidente necesita saber. Venid a buscarme si os atrevéis".
Agente de Operaciones – Inicien proceso de búsqueda y captura, denle acceso remoto y cuando lo tengamos, traiganlo.
Nick
Es una carrera contra el tiempo, estoy jugando sucio lose, pero ese es el plan, provocarlos, Taylor logro conseguir unos videos clandestinos donde le inyectan Argomeda a una mujer de 34 años aproximadamente, no hay nada de Natalia, es como si quisieran tenerla en secreto, ni un rastro digital o físico, solo existe varias veces documentos de sujetos con clasificación numérica, 666, 777, 888 y 999, los primeros tres los reconosco, pero el último me inquieta, tenemos todo almacenado en el sistema de la Reyna, solo Victor, Taylor, Iván y yo tenemos acceso y e creado un protocolo para que se difunda la información si nos sucede algo a todos nosotros. Porque se que nos querrán callar.
666
Estoy en la meta final, e pasado todas sus pruebas de seguridad, la puerta clandestina se abre, atrás hay un rastro de sangre y caos, cuerpos sin vida, alarmas sonando, prisioneros escapando mientras me abro paso a la libertad. El aire y aroma a bosque llegan a mi, por primera vez en toda mi existencia, soy libre, y lo primero que aré, es ir por la cabeza de todo esto, lo matare y nadie podrá detenerme.
Casa Blanca
Narrador:
La asesina, conocida solo por su código "666", se deslizó sigilosamente por los pasillos de la Casa Blanca, su armadura 'Khaos’ Su objetivo era claro: eliminar al Secretario de Defensa, el líder de un grupo clandestino que buscaba derrocar al Presidente. 666 había sido creada para ser una arma letal.
Mientras tanto, Nickelay y sus amigos, un grupo de hackers y activistas, habían descubierto el plan de 666. Sabían que tenían que actuar rápido para alertar al Presidente, pero este estaba rodeado de seguridad y era difícil acceder a él.
"Tenemos que encontrar una manera de llegar al Presidente antes de que 666 lo haga", dijo Nickelay, su voz llena de urgencia.
"¿Y cómo planeas hacer eso?" preguntó su amigo, Edward un experto en seguridad informática.
Nickelay sonrió. "Deja eso de mi cuenta. Tengo un plan".
Mientras tanto, 666 se acercaba cada vez más a su objetivo, su armadura y máscara haciéndola casi invisible en los pasillos de la Casa Blanca. El Secretario de Defensa, ajeno al peligro que se cernía sobre él, continuaba con su reunión, sin saber que su vida corría peligro.
666, la asesina, se movía con precisión y velocidad, evitando a los agentes de seguridad que patrullaban los pasillos de la Casa Blanca. Su armadura avanzada la hacía prácticamente invisible en la penumbra, y su máscara ocultaba cualquier rastro de humanidad en su rostro.
Mientras tanto, Nickelay y sus amigos trabajaban febrilmente para encontrar una manera de alertar al Presidente. Nickelay, con su habilidad para infiltrarse en sistemas de seguridad, logró acceder a las cámaras de vigilancia de la Casa Blanca y vio a 666 acercándose al despacho del Secretario de Defensa.
"Tenemos que actuar ya", dijo Nickelay, su voz llena de urgencia. "666 está a punto de llegar al despacho del Secretario".
Su amigo, Edward un experto en seguridad informática, trabajaba en hackear el sistema de comunicaciones de la Casa Blanca para enviar una alerta al Presidente. Pero 666 era demasiado rápida, y ya había llegado a la puerta del despacho.
El Secretario de Defensa, ajeno al peligro, abrió la puerta y se encontró cara a cara con 666. La asesina levantó su arma, y Nickelay y sus amigos sabían que tenían que actuar rápido para evitar la tragedia.
¿El Secretario de Defensa, al ver a 666, palideció de repente. "Tú... tú eres la proyecto Argomeda” dijo con su voz temblorosa.
666 no respondió, pero su máscara pareció cambiar ligeramente, como si una emoción fugaz hubiera cruzado su rostro.
"Creíamos que habías sido destruida", continuó el Secretario, retrocediendo lentamente.
666 dio un paso adelante, su arma aún apuntando al Secretario. "Fui liberada", dijo, su voz baja y mecánica. "Y he venido por ti".
Nickelay y sus amigos, que estaban observando la escena a través de las cámaras de vigilancia, se miraron entre sí con preocupación. Sabían que tenían que actuar rápido para evitar que 666 llevara a cabo su misión.
"Tenemos que hacer algo", dijo Nickelay, su voz llena de urgencia. "No podemos dejar que mate al Secretario".
Su amigo, el experto en seguridad informática, asintió. "Estoy trabajando en hackear el sistema de seguridad de la Casa Blanca. Pero necesito más tiempo".
Nickelay sabía que no tenían tiempo. 666 estaba a punto de disparar. ¿Qué podían hacer para detenerla?
Taylor, el agente de la CIA, irrumpió en el despacho del Secretario de Defensa a través de la ventana, seguido de cerca por Víctor zolov, el traficante de armas, Iván Ivanov, el líder de la hermandad rusa, y Will Dowson, el ejecutivo dueño de un edificio de seguridad de escoltas.
"¡Al suelo, todos!" gritó Taylor, su arma apuntando a 666.
La asesina no se inmutó, su máscara reflejando su letalidad "Taylor", dijo, su voz baja y mecánica. "No esperaba verte aquí".
Víctor, Iván y Will se dispersaron por la habitación, cubriendo las salidas y protegiendo al Secretario de Defensa. Taylor se acercó a 666, su arma aún apuntando a la asesina.
"¿Qué haces aquí, 666?" preguntó Taylor. "Creíamos que habías sido destruida".
666 no respondió, pero su mirada se desvió hacia el Secretario de Defensa. "He venido por él", dijo.
Nickelay y sus amigos, que estaban observando la escena a través de las cámaras de vigilancia, se miraron entre sí, concientes de que Taylor no les había mentido, ese secretario maldito era un traidor. ¿Y qué estaba pasando en realidad en la Casa Blanca?
Taylor se acercó a 666, su arma aún apuntando a la asesina. "No te acerques, 666", dijo. "No sabes lo que haces".
666 no respondió, su mirada fija en el Secretario de Defensa. Su cuerpo parecía tenso, listo para atacar.
"Argomeda", murmuró Taylor. "Te han dado la dosis completa, ¿verdad?"
Víctor, Iván y Will intercambiaron miradas preocupadas. Sabían que la droga Argomeda era peligrosa, capaz de borrar la memoria y la humanidad de una persona.
"Tenemos que detenerla", dijo Víctor. "Antes de que mate a alguien más".
Taylor asintió. "Lo sé. Pero tenemos que hacerlo con cuidado. No sabemos qué efectos secundarios puede tener la droga".
De repente, 666 se movió, su cuerpo ágil y rápido. Atacó al Secretario de Defensa, pero Taylor y los demás reaccionaron rápidamente, impidiendo que le hiciera daño.
La lucha era intensa, con 666 utilizando todas sus habilidades para tratar de matar al Secretario. Pero Taylor y los demás estaban decididos a detenerla, sin importar el costo.
666 logra escapar del despacho del Secretario de Defensa, dejando atrás a Taylor y los demás. Pero su fuga no es fácil, ya que Nickelay ha descubierto a dónde se dirije, Victor y Taylor van tras ella : el complejo subterráneo donde la retenían.
Mientras 666 se dirige al complejo, Victor y Taylor la siguen, decididos a detenerla y mostrarle la verdad sobre su pasado. Cuando llegan al complejo, su hija Kelley los espera en la entrada del complejo, con un equipo armado hasta los dientes, listos para sacrificar sus vidas si es necesario.
Mientras tanto, el Secretario de Defensa, aprovechando la distracción, escala para continuar con su plan de derrocar al Presidente. Pero Nickelay y su equipo están decididos a detenerlo.
"Tenemos que detener al Secretario", dice su amigo Edward "Antes de que sea demasiado tarde".
Nickelay asiente. "Y también debemos ayudar a 666 a recuperar su sentido. Es la única manera de detenerla".