Natalia
Mantengo el control, quienes me secuestraron no saben con quien se están tratando y si lo saben son bastantes estúpidos para emboscarme en una calle transitada y traerme hasta aquí. Espero hasta que lleguen y medigan de una maldita vez que quieren.
Y después los matare.
Escucho los pasos y una luz se enciende sobre mi cabeza, parpadeo para aclarar la vista, hay una silla frente ami, estoy sin ataduras y sigo armada, algo bastante estúpido, pero eso demuestra que tiene el control de la situación, que si hago algo, no saldré ilesa, también me dice la situación que no me quieren matar, no quieren mi dinero, ni el de mi esposo o mi padre o hermano. Intuyo lo que quieren. Controlarme.
Lose. No tengo dudas de ello. Un hombre trajeado que nunca había visto aparece frente ami, varios hombres lo rodean, armados, camuflados de n***o y pasamontañas, cubiertos con chalecos blindados, no se mueven, solo permanecen de pie ami al rededor, son como 20, presas fáciles, o son muy confiados o tienen algo que usar en mi contra.
– Hola Natalia. – dice su acento, su postura y su forma de hablar, es americano, de Nueva York, se sienten seguros de sí mismo, irradia arrogancia y poder, huele a los carroñeros burócratas.
– Si querías una audiencia bien pudiste llamar, no había necesidad de tanto Chow, me aburres.
Eso lo hizo sonreír.
– Quería un lugar más privado para que hablemos.
– ¿Hablar? ¿Es enserio? – este hombre es divertido.
– Si, hablar, es lo que hace la mayoría de la gente, hablar, hacer tratos, discutir términos, llegar a cuerdos beneficiosos.
– Así, no me digas, ¿Quieres que trabaje para ti? ¿Matando a tus enemigos? ¿Limpiando el camino para ti? Es Encerio.
Me carcajee, este hombre estaba matándome.
– Sabías que la civilización occidental, construyeron su imperio con guerreros y no solo con esclavos. Los guerreros más letales y poderosos de la historia, crearon ejércitos invencibles, pero solo un puñado de hombres fueron capaces de conquistar el mundo.
– ¿A dónde quieres llegar? se todo sobre historia y guerras. No necesito tu palabrería barata.
– Lo siento. Lo siento. Se me olvidaba que posees un intelectual demasiado alto, memoria fotográfica, facilidad en las artes marciales y los idiomas, un talento inato que mi gobierno, perdió, pero que nosotros deseamos obtener. Tu colaboracion.
– Asi que esto es tu intento de sivilizado. Y si me niego. Me amenazaras con matar ami familia, ami, ¿Encerio?
– Bueno, si pero no como tú crees, la era de la medicina a avanzado mucho con el paso de los años, esto no es una invitación formal, es un reclutamiento.
Lo mire con hostilidad.
– Se que es difícil de asimilar, pero ponte a pensar, se que puedes matarme, se que puedes matar a cada hombre que hay aquí y salir invicta, pero – me tense, uno de los escoltas le acercó una tablet y me la enseño, ahí estaba mi hija, mi esposo, mis amigos, comiendo, lo mire con hostilidad.
– Si te atreves a tocarlos.
– Pero si ya lo hice y ni te diste cuenta.
Sonrió muy satisfecho de si mismo, me mostró las imágenes, tenían las ropas de hoy, no eran tomas falsas de hogar, eran reales, no era un farol.
– ¿Qué hiciste?
Tocó la pantalla y todo se puso en infrarojo, sus cuerpos se iluminaron con su calor térmico, y en sus vientres un color azul.
– Eso querida se llama “Conquista” un veneno muy letal, no tiene sabor, no tiene olor, se puede poner en cualquier cosa, agua, jugo, vino o una simple comida familiar.
Lo mire con hostilidad, deseosa por arrancarle las entrañas. Respiraba cada vez más rápido, el continuó con su explicación.
– El veneno puede llegar hacer efecto después de 24 horas de su consumo, emorragia nasal, dolores de cabeza, desmayos, entre otros malestares, entonces, Natalia, la situación es está, si no cooperas, ellos morirán, si luchas contra nosotros, ellos morirán, si matas alguno de nosotros, ellos morirán.
– ¿Que quieres?– dije apretando los dientes.
– Que te tomes esto – me tendió un frasquito con un líquido rosa – Descuida, no es veneno, pero te enfermara, te llevará casi cerca de la muerte, pero no morirás, si te niegas, ellos morirán, ¿y no quieres eso verdad?
Sonrió satisfecho, conocía todo sobre venenos y sabía lo que eso le haría a mi familia, abrí el frasco y lo verti en mi boca. Sin dudar, tosi por su textura amarga, cuando recupere el aliento, volvió a enceñarme la pantalla, una nube de gas los rodeaba, de un color naranja.
– ¿Que es eso?
– El antídoto Claro. Ellos estarán bien.
Se puso de pie alisando su traje.
– Estoy ansioso por qué trabajemos juntos. Y recuerda, ellos son tu motivación.
Salió caminando con seguridad del almacén donde me retenían. Dejándome furiosa e impotente. Mi vida se acaba de convertir en un infierno. Pero ellos lo valían.
Salí del almacén con calma, aunque por dentro sintiera un incendio, no podía respirar, no podía pensar con claridad. Estaba teniendo un ataque de ansiedad, lo sabía. Me recosté contra una pared y cerré los ojos.
Victor
Estaba saliendo del baño cuando Natalia estaba entrando por la puerta.
– Cariño ¿Dónde…
No me dejó hablar, se abalanzó sobre mi boca con fuerza, sentí su desesperación en su beso, la furia contenida, algo le estaba pasando. Pero no me dejó preguntarle, se lo que vino a buscar, una distracción.
Dibujaba círculos en su espalda distraído, ella contemplaba nuestra mano entralazada, jugando con mi anillo de bodas, le daba vueltas distraída.
– ¿Me vas a decir que te pasa?
– Te extrañe.
– ¿Me extrañaste? – me reí – Ni que me hubiera ido lejos.
– Lose, pero a veces te extraño, quisiera poder detener el tiempo y quedarnos así, solo por estar contigo.
– Bueno. ¿Pero que pasaría con los de mas?
– Dije quizá.
Bese su mano.
– Parecías frustrada, no eras tú misma.
– Pudiste manejarlo no – sonrió, ,se me hecho encima con ganas de más. Y cómo podría oponerme cuando estaba así de juguetona.
Natalia
Los meses siguientes fueron un infierno, desde que diagnosticaron mi supuesta enfermedad, no salíamos del doctor, no soportaba los dolores de cabeza, eso era lo que más mataba, me estaban torturando físicamente y no podía frenarnarlos, intente buscarlos, saber quiénes eran, pero no había rastro digital ni una pista. Supe cómo pusieron la cámara que me mostraron en la tablet, solo era una y la pusieron los técnicos de las emprensa de Dowson, lo que significaba que había topos, me lo confirmaron cuando me hicieron llegar unas fotos con los ojos de mi hija y esposo perforados, una señal de que debía parar conmigo investigación. Intente ser más discreta está vez pero no sirvió de nada, en una de mis quimioterapias el agente del gobierno que me tendió la emboscada hace seis meses entro ala sala sentándose frente ami.
– Sabes. Me gusta tu determinación, pero debes parar. Creí que fuimos claros la primera vez. No querrás que te lo recuerde ¿Verdad?
– ¿Quienes son? ¿Quieren que coopere? Pero se ocultan bajo su cargo de funcionarios y se que no lo son.
– Tan perspicaz Natalia, Está Bien te diré esto, somos un grupo secreto, creado por la mafia, una mafia en específico para quitarse el gobierno de encima, sobre todos de aquellos que quieren controlarlas drogas y el tráfico de armas. Tus misiones es eliminar a esos enemigos que quieren frenarnos y quienes ya no nos sirven. Serás como nuestra mascota asesina. No es genial. Es para lo que naciste. Desperdicias potencial dirigiendo esa fábrica de seguridad, cuando naciste para hacer grandes cosas, pero si sigues poniéndonos lo difícil me temo que tendré que eliminar a alguien de tu familia, alguien para hacerte entrar en razón. Quizá tu. Hija.
Apreté los puños con fuerza. Me abalanzaria sobre el, pero estaba débil por el medicamento.
– Si te atreves a tocarla, desearás no haberlo hecho.
– Entonces coopera, deja de entorpecer nuestro camino, has tu trabajo, resiste todos lo que puedas porque cuando todo termine, tu nueva vida te espera, piénsalo es mejor que tú familia esté lejos y no sepa nada de esto. A menos que quieras ir a sus funerales, piénsalo, es mejor por las buenas que por las malas. Ellos estarán más seguros si tú te alejas de ellos, pero a la mayor provocación nos obligaras actuar.
Quería matarlo, arrancarle los ojos, los pulmones y la piel. Pero tenía razón, entre más rápido pasará el tiempo menos peligro correrían, quizá si llego hasta ellos pueda destruirlos desde dentro. Lo que sea que tengan planeado para mí. Lo puedo superar, nunca me he rendido y no empezaré ahora.