Andrea La venta de órganos en el mercado n***o es casi un exito gracias a mí, ya voy muy pocas veces al hospital porque me la paso en mi propia sala de cirugias que tengo en el Norte. Samuel y yo trabajamos tan bien que creamos una gran conexión, hace un tiempo que deje a Mike, porque aunque era bueno para mí, ocultaba muchas cosas y con Samuel era diferente. Está conmigo en todo momento y eso me encanta de él. — Acepto – digo con una gran sonrisa. Samuel sonríe y se pone de pie, saca la sortija de su cajita y me pone el anillo. Sí, me casaré con el hombre que amo y que sabe todo de mí. — ¡Acepto! – grito y todos nuestros amigos celebran felices. – Joder, te amo. — También te amo – lo besó. – No me esperaba esto en mi cumpleaños. — El mejor regalo – sonríe Samuel. – Por favor el