Dante El cuerpo me duele, como si me hubieran golpeado, pero no fue así, me dieron muchos sentones y algunos azotes. Es glorioso despertar con Andrea a mi lado, lo que daría por esto todos los días. Pero somos demasiado inestables para estar juntos, una bomba del tiempo que pronto llegará al límite y explotara, dejando una destrucción masiva, eso es lo que somos. Acaricio su mejilla cuando va despertando, tiene varias marcas en su cuello, sus hombros, sus pechos, en todo el cuerpo tiene marcas y yo estoy igual o incluso peor por sus uñas. Me sonríe y se acurruca a mi lado. Besó su frente y la abrazo. Nunca me había sentido tan satisfecho como lo estoy con ella. — Tengo hambre – murmuró. — Y yo sueño – los dos reímos. – Media hora y vamos a desayunar juntos a algún lugar, está casa hu