La pareja estaba tan concentrada en su discusión, que no se dieron cuenta del momento en el que Marcus había pasado cerca, desviándose hacia el castillo, pero alcanzó a escuchar algo de la conversación, solo que no entendió nada o si lo hizo, prefirió hacerse el que nada había escuchado, pues en nada podía intervenir y tampoco quería causarle más problemas a Selene. El joven entró al castillo, saludó a su tío que estaba sentado frente a la chimenea, mientras leía un libro. —¿En dónde estuviste todo el día, muchacho? —preguntó el Marqués con tranquilidad —. No me digas, estuviste tocando el viejo piano de tu padre —comentó y Marcus asintió. —Lamento haberme desaparecido —se excusó, pero su tío negó, restándole importancia. —Sabes que no tengo problema con eso, o bueno, sí —dijo, cau