«Debes ser el único esposo que Selene debe tener» Aquellas palabras echaron raíces en el corazón y la mente de Henry, y su deseo de hacer que Selene fuera suya, fue más grande que cualquier otro anhelo, pero para conseguirla a ella, primero debía recuperar su reinado. La corona le pertenecía por derecho, de la misma manera que lo hacía Selene Russell. Henry miró a su madre y una sonrisa extraña se marcó en su rostro, mientras por su mente pasaron varias alternativas de lo que podía hacer, para que el compromiso de su primo y Selene durara menos de lo que duró el anuncio. Lo primero que tenía que hacer, era conocer el acuerdo al que había llegado la familia real y la familia Russell, eso sería el principio de todo. —Mamá. —Escucha muy bien, Henry, no puedes permitir que ellos sigan come