Al entrar al hospital, el doctor la vió entrar.
—Señora Jéssica.
—Doctor, he encontrado a la doctora que mencionó y la he traído, ¿podemos comenzar el tratamiento?
—Lo siento señora Jéssica, su abuelo está en un estado crítico, está tarde sufrió otro ataque y le damos solo unas horas de vida, lo mejor sería que se despidiera de él.
—No, mi abuelo, no puede morir.
Ella salió caminando lo más rápido que podía.
Subió en el ascensor hacia el piso que se encontraba su abuelo, habían dos guardias vigilando la entrada, éstos eran del personal de Reynaldo.
Al entrar encontró a su abuelo, quien estaba descansando, el ritmo de su corazón era muy débil.
—Abuelo, no puedes irte, la he traído, he traído a la persona que te curaría, por favor, no te vayas.
—Hija, todos tenemos un tiempo aquí, y
