Zaideth, doce años de edad: Puedo saber con exactitud cuánto tiempo me cuesta llegar al colegio en las mañanas, también el tiempo que me retrasaré si hay un trancón en el rompoy que está a unos metros del megacolegio. Mi parte favorita es cuando debo bajarme y cruzar el parque lleno de robles florecidos, donde los pájaros cantan y algunos niños pequeños van en fila india, con los profesores a la cabeza, con unos silbatos, pidiendo paso a los vehículos para que los dejen pasar. Allí, el momento es muy tranquilo, con el aire fresco de las seis de la mañana y las carcajadas de los estudiantes que se van reencontrando con sus amigos. Sin embargo, mi recuerdo favorito se dio antes de ese momento en que me bajo del bus. Fue cuando vi a una pareja subirse antes del rompoy, debían tener en